Elisabeth de la Trinidad, excelente pianista, representa un caso luminoso de síntesis entre mística y música. De su mano, esta obra busca recrear la dimensión musical de la espiritualidad cristiana.
En un minucioso estudio de los escritos teresianos, el P. Maximiliano nos descubre las líneas fundamentales de su experiencia y de su magisterio, válidas para todo hombre que busque sinceramente a Dios.
Isabel es un profeta de la presencia de Dios. Su existencia ha revestido una importancia ejemplar: ella nos demuestra cómo cada uno de nosotros puede convertirse en una zarza ardiente en la que el Señor se revela. Es difícil decir más y mejor en menos páginas.
Pocos libros han conocido una difusión tan grande en tan poco tiempo. De clásico de la espiritualidad rusa ha pasado a ser clásico de la espiritualidad universal.
Poco conocido aún en España por el gran público, Livio Melina pertenece al Instituto Juan Pablo II de Roma, cuya revista internacional dirige. El presente libro, fruto de un curso dictado en USA, es una excelente carta de presentación de su autor. En él, Melina desarrolla orgánicamente y de forma clara los puntos nucleares de su pensamiento: teológicamente, la moral cristiana arraiga en Cristo y ambiciona la identificación con él. No se contenta con el vivir recto según puede presentárselo la razón, sino que aspira a la conformación con Cristo y es, al mismo tiempo, participación en la vida del Señor. Por eso, dimensión fundamental de la moral cristiana es su relación con la Iglesia, aspecto éste habitualmente descuidado en los tratados de Moral y al que, sin embargo, la Veritatis Splendor concede un amplio espacio. En suma, esta traducción, revisada por Juan José Pérez Soba, pone al alcance del lector español un novedoso tratado de Moral Fundamental, compuesto con intención divulgativa y lleno de propuestas y aportaciones sumamente sugestivas.
Este libro tiene como objetivo estudiar pensamientos y experiencias del cielo subrayando la diversidad de visiones en su devenir histórico. Tal enfoque enriquece el estudio del vínculo con la trascendencia y, por consiguiente, de la teología espiritual
Este libro quiere ser una invitación a tener la valentía de interrogar a la fe y de interrogarse sobre la fe. Partiendo del famoso pasaje del loco que está buscando a Dios en La gaya ciencia de Nietzsche, el autor plantea la cuestión de Dios con "la fuerza del quizá", como un desafío tanto para los que creen que no creen como para los que creen que creen. Estas páginas no tratan de dar respuestas preconcebidas. Pretenden ser un camino de iniciación al doble misterio de Dios y del hombre a partir del "quizá". Como guía para este camino se nos presenta la figura de Moisés, particularmente actual, porque representa al hombre que discute con Dios, que duda, que refuta, pero que después descubre que su bien está en Dios. Como él, cada cual está llamado a encontrar a Dios a partir de algunas experiencias fundamentales: la del deseo, el pensamiento y, sobre, todo el amor. No hay mandamiento mayor que este: amar a Dios con todo el corazón (deseo), toda la mente (pensamiento) y todas las fuerzas (amor). Solo así es posible ir "más allá de la muerte de Dios" y del hombre. Robert Cheaib es profesor de Teología en varias universidades, entre ellas la Universidad Pontificia Gregoriana y la Universidad Católica del Sacro Cuore. Desarrolla una intensa actividad como conferenciante de diversos temas: la vida de pareja, el ateísmo, la oración, la relación entre la fe y la cultura. Es autor de cerca de una decena de libros y dirige el sitio web www.theologhia.com.
Los escritos de este obispo de Alejandría han marcado de manera decisiva la interpretación de un período crucial en el desarrollo de la enseñanza cristiana, en especial de la cristológica y de la teología trinitaria. Junto a la narración y a la interpretación de las décadas que siguieron al gran Concilio de Nicea, Sobre los sínodos transmite además una amplia serie de documentos, citados por Atanasio, que permiten entrar en contacto directo con otros protagonistas de la controversia. Entre ellos se destacan la carta de Arrio a Alejandro de Alejandría, algunos fragmentos de las obras de Dionisio de Alejandría y de Asterio de Capadocia, y más de quince documentos sinodales entre fórmulas de fe, cartas y cánones. Sobre los sínodos de Rímini, en Italia, y de Seleucia, en Isauria fue redactado por Atanasio cuando se encontraba escondido en algún lugar de Egipto, durante el año 359, justo después de la celebración de estas dos asambleas sinodales. En términos generales, la obra se divide en tres partes: la descripción de los sínodos de Rímini y Seleucia (cc. 1-14); la colección comentada de documentos «arrianos» (cc. 15-32) y, finalmente, la sección teológica, cuya primera parte está dedicada a combatir a los homeos y anomeos (cc. 33-40) y la segunda, a atraer a los homoiousianos.
Teología y Universidad han vivido una larga historia en común. La Teología, que ya existía como discurso racional de la fe, encontró en la Universidad su lugar natural de diálogo y desarrollo. A su vez, la Universidad se apoyó desde su nacimiento en la Teología como uno de sus pilares fundamentales. En efecto, en cuanto conjunto armonioso de las ciencias y los saberes, la Universidad encontraba en la Teología un insoslayable principio de unidad y, simultáneamente, la Teología se descubría a sí misma iluminada desde los cuatro puntos cardinales de la razón humana. El presente volumen busca ofrecer una contribución intelectual al desarrollo de una Universidad abierta a la Teología, conforme a su identidad originaria, y de una Teología que se enriquece en el diálogo vivo con las demás ciencias. Los estudios que lo integran constituyen las actas del XXXV Simposio Internacional de Teología celebrado en la Universidad de Navarra en octubre de 2017 y tratan desde distintas perspectivas la recíproca relación entre la Universidad y la Teología. Quizá el lector descubra en sus páginas caminos para adentrarse en preguntas hoy apremiantes: ¿está vivo todavía el espíritu que alentó el nacimiento de la Universidad? ¿qué se necesita para que la fuerza humanizadora de la Universidad siga suscitando el deseo de sabiduría y de conocimiento, que acompañan al hombre que se interroga por su destino? ¿qué es preciso transformar para que la Universidad integre adecuadamente la fuerza de lo nuevo y el valor permanente de «lo humano» que está en su esencia?
La Moral social estudia el obrar libre del hombre desde el prisma relacional. Es una reflexión sobre lo social inspirada en fuentes cristianas, pero se autoconcibe como un discurso abierto a todos, por varios motivos: El patrimonio de reflexión práctica que alberga la religión es apreciado con frecuencia también por fieles de otros credos o por no creyentes. Aunque parte de la fe, su propuesta consiste en un humanismo formulado en clave racional y accesible a cualquiera Puede trabajar no sólo en favor de intereses de los cristianos, sino promover el respeto de la persona y de las libertades de todos. Rodrigo Muñoz y Gregorio Guitián son Doctores en Teología y profesores Agregados con docencia en el área de Moral Social en la Universidad de Navarra.
«Reflexiones filosóficas sobre algunos problemas de teología» es el título del curso de diez lecciones que Xavier Zubiri impartió en Madrid entre noviembre y diciembre de 1967. El curso abarcaba cinco de los grandes temas de la teología clásica: la Trinidad, la creación, la encarnación, y la eucaristía. A ello se añadía una reflexión sobre la evolución del dogma. Zubiri pudo revisar y corregir a mano la transcripción mecanografiada de las lecciones. Incluso pudo redactar a máquina algunas partes del curso, como la Introducción y casi toda la primera parte sobre el misterio trinitario, con el objetivo de publicar un libro. En la Introducción, Zubiri señalaba que «no se trata de lecciones de teología... pero se puede partir de un sistema filosófico determinado para estudiar cómo se ve desde él el contenido del depósito revelado». Esto es lo que Zubiri quiso hacer utilizando sus propios conceptos filosóficos, tales como realidad, respectividad, sustantividad, personeidad, etc. De este modo trataba de conceptuar y esclarecer los cinco «misterios» teológicos ya mencionados. Zubiri hacía esto, como era habitual, mediante un diálogo crítico y creativo con la historia de la filosofía y de la teología. El resultado es un libro que no solo muestra la profunda originalidad de Zubiri a la hora de abordar estos problemas, sino también la importancia que tiene la filosofía para el propio desarrollo de los problemas teológicos.
La idea de esta obra surge del coloquio 'Dios en el siglo veintiuno' que se celebró en Lebanon Valley College en 2005. Entonces se apostó por establecer una serie de entrevistas con Gianni Vattimo y John D. Caputo ya que se tratan de dos de las voces más representativas en dos distintos modos de entender tanto la relación entre religión y la sociedad como la vigencia del pensamiento teológico. A través de los textos y los diálogos de Después de la muerte de Dios, John D. Caputo y Gianni Vattimo exploran los cambios, distorsiones y reformas que configuran nuestra fe posmoderna y las fuerzas que constituyen el fenómeno de la religión en el mundo de hoy. Vinculando sus argumentos a cuestiones como el terrorismo y el fanatismo, y desde la política hasta los medios de comunicación y la cultura en general, estos pensadores alumbran en camino hacia una nueva filosofía de la religión. En 1966, la revista Time sacó en portada la frase: ¿ha muerto Dios? El número, que se convirtió en el más vendido hasta la fecha, marcó un antes y un después en la popularización de esta pregunta. Antes, los pensadores más importantes ya se habían hecho esta pregunta: Kant, Nietszche, Dostoyevski, Marx, Freud y algunos más actuales como Michael Hardt o Toni Negri. Las visiones de Vattimo y Caputo nos guían por cómo nos hemos ido desplazando del escepticismo religioso propio de la modernidad a una supuesta readhesión a la religión en el mundo posmoderno. Frente a Vattimo, Caputo remitirá su filosofía de la muerte de Dios a la crítica reconstructiva. Frente a Caputo, Vattimo ofrecerá su interpretación de la muerte de Dios y los procesos modernos de secularización como una fiel recuperación del cristianismo kenótico y una reorientación hacia la auténtica esencia de la fe cristiana. Desde la proclamación de la muerte de Dios, y desde la secularización hasta el retorno de la religión, a lo largo del libro se brinda la oportunidad de pensar de otra manera el fenómeno religioso en la contemporaneidad. Esta obra ofrece lo aparentemente imposible: una teología tras la muerte de Dios y una filosofía de la religión sin religión.