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A medida que vas leyendo estos "decires", estas "palabras vivas" de Fray Juan de la Cruz, uno va descubriendo que no era ni tan callado ni tan celestial y divino" como nos lo presenta Santa Teresa de Jesús. Supo reírse de sí mismo y de sus coetáneos. Y hasta la misma hora de su muerte nos sorprende con sus "salidas"
¿Ha pasado la época del cristianismo? ¿Ha llegado al final de su carrera, después de haber contribuido a la cultura durante dos mil años? ¿Qué puede decir aún el Dios de los cristianos a la era planetaria en la que ciencias, religiones y culturas se entremezclan de forma nunca vista en la historia humana y en el momento en que se confirma el declive de una presencia central del cristianismo en las sociedades occidentales? Para calibrar la dimensión de este reto planteado al cristianismo, Jean-Marie Ploux explora el modo en que los hombres han expresado su relación con Dios en diferentes momentos de la historia. En las sociedades marcadas por la Tradición, Dios aparecía como una necesidad consubstancial al hombre. Está en el centro. Viene desde arriba para dar sentido a todas las cosas. En las sociedades marcadas por la Modernidad, la existencia de Dios es cuestionada y la razón pretende fundar su necesidad. Sin embargo permite al hombre, actor de la historia, liberarse del pecado. ¿Qué ocurre en este tercer tipo de sociedad, en la época de la Relatividad, que llega hoy en día? Al responder a esta gran pregunta, esta importante obra desprende una frescura teológica impresionante. Da las claves indispensables de comprensión para intentar hablar del Dios de Jesús en la hora de sociedad numérica, de las neurociencias y de la pluralidad religiosa