El Evangelio de Felipe es considerado sin duda alguna como uno de los textos más importantes de la llamada biblioteca de Nag-Hammadi. En esta región egipcia, situada a unos setenta kilómetros al norte de Luxar, fue hallada en 1945, ocultos en una vasija, una serie de códices escritos en copto que contenían copias de textos de los primeros tiempos del cristianismo y que, posiblemente, fueron escondidos por monjes cristianos en el siglo IV.El descubrimiento de aquellos textos y su posterior traducción han aportado una fuente de información enorme sobre el cristianismo tanto en su vertiente histórica como teológica y espiritual. ... el Maestro amaba a María más que a todos los discípulos y a menudo la besaba en la boca. ... los que dicen que el Señor primero murió y después resucitó yerran, pues Él primero resucitó y después murió. ... el Alma de Adán está arrimada por el Soplo, su madre se lo dio. ... algunos dicen que María fue fecundada por el Espíritu Santo, no saben lo que dicen. Este Evangelio, de fuerte contenido gnóstico, está compuesto de sentencias como las anteriores que revelan aspectos inéditos de las figuras de Jesús y la Magdalena, así como elementos de controversia respecto a la ortodoxia cristiana tanto en lo que se refiere al Antiguo Testamento como principalmente al Nuevo Testamento.A menudo críptico, otras profundamente revelador, El Evangelio de Felipe es hoy un texto imprescindible para cualquier persona interesada en conocer mejor y más profundamente las enseñanzas de los primeros siglos del cristianismo.
El Decálogo ha iluminado desde tiempo inmemorial el comportamiento de los cristianos. Sin embargo, los tres primeros mandamientos no siempre han ocupado el espacio y el tiempo que merecen en la reflexión moral. Conviene recordar que la vida humana resulta difícilmente entendible si no es en clave de vocación. Cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios, está llamada a orientar su existencia desde los deberes morales que brotan de su ser criatura y de la relación con el Señor. Hoy, tras proclamar solemnemente tantos derechos humanos, tal vez haya llegado la hora de reivindicar y defender también los «derechos» de Dios; no en vano, sus derechos son caminos de realización y felicidad para cada persona y para el conjunto de la sociedad. Así, el derecho de Dios a ser adorado en exclusiva como el Ser absoluto y el Amor fontal es la garantía de la libertad del hombre frente a las imposiciones de los ídolos. El derecho de Dios a ver respetado su nombre marca la posibilidad humana de vivir en la verdad. Y el derecho de Dios a ser recordado de modo especial un día a la semana ofrece al creyente la ocasión para celebrar el amor que el Señor regala a sus criaturas, afirmar su señorío sobre el trabajo cotidiano y recuperar el valor humanizador del encuentro festivo y del descanso.
La reflexión teológica sobre la acción de la Iglesia, denominada tradicionalmente «teología pastoral», se ha desarrollado con intensidad tras el Vaticano II. La teología práctica se mueve en el universo de lo que acontece, articula su reflexión en diálogo con el dato revelado entendido teológicamente, formula objetivos, tiene en cuenta el magisterio y aterriza en el campo de los imperativos cristianos mediante propuestas operativas.La primera parte de este manual, «teología práctica general», comienza por una sección histórica, una segunda sección explica qué se entiende por teología práctica, en la tercera se tratan las prácticas o acciones eclesiales, en la cuarta se estudian los diferentes agentes de la acción pastoral, y se concluye con una sección dedicada a la metodología. La segunda parte, titulada «teología práctica especial», se estructura en secciones que abordan la misión (kerigma), la catequesis (didaskalia), la liturgia (leitourgía), la comunidad (koinonía) y los servicios (diakonía). Cada tema se estudia a la luz de la Biblia, la historia, la teología y la realidad social.Esta obra está destinada a responsables o ministros de la acción pastoral, a hombres y mujeres seglares, necesitados de una visión panorámica sobre la acción pastoral y su correspondiente reflexión teológica.
He aquí un retrato de Jesús inequívocamente claro, convincente, sugerente y distinto. Una presentación del hombre tal como fue antes de ser encerrado en doctrinas, dogmas y ritos, antes de convertirse en objeto de la fe cristiana. Nada se da por supuesto; se permite, por el contrario, que hablen por sí mismos los datos hitóricos que poseemos acerca de Jesús. Nos hallamos ante un hombre profundamente comprometido con los verdaderos problemas de su tiempo, que resultan ser también los verdaderos problemas de nuestro tiempo. Es la historia de un Jesús inconfundiblemente humano. Sólo al final, en el último capítulo, el autor, volviendo del revés muchas de nuestras ideas preconcebidas, nos muestra una forma sorprendentemente nueva de entender lo que significa la divinidad de Jesús. Un libro del que todos pueden sacar provecho: el especialista, el laico, el religoso, e incluso el que ya no sabe si cree o no.
Ante la profundidad incomprensible del misterio cristiano y dada la variedad inagotable de los hombres a los que quiere llegar la llamada del cristianismo, resulta imposible decir a todos a la vez algo sobre el concepto del mismo. Una introducción al misterio quizá sea ya demasiado elevada, complicada y abstracta para unos y demasiado primaria para otros. Sin embargo, entre una fe sencilla de catecismo, por una parte, y el estudio de todas las ciencias relacionadas con la religión, por otra, hay un medio de justificación cristiana con honradez intelectual, pues el hombre no vive el todo de su existencia y las amplias dimensiones particulares de la misma conforme a los hallazgos de todas las ciencias actuales y, sin embargo, ha de responder ante su conciencia intelectual de este todo de su existencia de forma indirecta y primaria. Karl Rahner acomete bajo esta perspectiva la empresa de expresar el todo del cristianismo y responsabilizarse de él. Curso fundamental sobre la fe es sin duda la obra más elaborada de uno de los teólogos católicos más influyentes del siglo XX.
La Trinidad no es, como muchos creen, una exclusividad cristiana. La intuición trinitaria, aunque expresada con otros símbolos, se encuentra presente en la mayoría de las culturas de la humanidad. La Trinidad, en efecto, nos habla no sólo de las profundidades de lo Transcendental, sino también de las alturas del Hombre y de la realidad de la Tierra. A esta experiencia profunda Panikkar la denomina «Trinidad radical» y muestra cómo las más diversas tradiciones de la historia se pueden encontrar no en una sola religión, lengua, espiritualidad o cultura, sino en un diálogo fecundo entra ellas para llegar a una armonía en la que la humanidad pueda convivir en paz. La paz entre las religiones, como la concordia entre los hombres, no pueden conseguirse dentro del monismo monocultural dominante en nuestros días. Este libro, que en sus ediciones en otras lenguas europeas ha sido considerado como uno de los estudios más importantes de este siglo sobre el tema, ofrece la base, aunque sea sólo como semilla, para que sea un remedio a la crisis moderna y no un mero remiendo.
La celebración en la Iglesia es una gran síntesis litúrgica y sacramental en tres volúmenes que, respondiendo a las exigencias del momento, destaca los valores permanentes, pone de relieve los centros de sentido, pondera la diversidad y el pluralismo, defiende la identidad sin ahogar la vida, ayuda a una verdadera «recepción» consciente, articula en un desarrollo unitario y coherente la totalidad litúrgico-sacramental, y ofrece una respuesta a la sensibilidad y reivindicación simbólica del ser humano. La unidad entre liturgia y sacramentos es la verificación concreta de la comunicación viva entre la «lex orandi» y la «lex credendi». Bajo el título de este primer volumen, Liturgia y sacramentología fundamental, se incluyen la experiencia histórica, la fenomenología y teología de la liturgia, así como la teología y la pastoral sobre los sacramentos en general, desde las claves que se desprenden de la misma experiencia celebrativa. Estos son los capítulos: 1. Liturgia y sacramentología fundamental: desarrollo unitario (Dionisio Borobio); 2. Liturgia y metodología (Juan María Canals); 3. La vida litúrgico-sacramental de la Iglesia en su evolución histórica (Xavier Basurko - José Antonio Goenaga}; 4. Fenomenología y teología de la celebración (Luis Maldonado - Pedro Fernández); 5. ¿Qué es un sacramento? (Borobio); 6. Pastoral litúrgica (Casiano Floristán).
«La mujer debe estar sujeta a su marido»; «en el plan divino desde la creación, la mujer es inferior al hombre»; «la existencia del macho es natural, la de la hembra es accidental»; «ligera es toda maldad comparada con la maldad de la mujer» Emilio García Estébanez, fraile dominico y doctor en Teología y Filosofía, propone en estas páginas una visión diferente de la Biblia. Partiendo de la Creación y el «pecado original», García Estébanez desgrana los textos bíblicos en relación a la figura de la mujer, cómo se la ve y, sobre todo, cómo se la trata, estableciendo una controvertida tesis según la cual la masiva violencia de género que la sociedad actual sufre no es un fenómeno moderno, sino un mal promovido y defendido desde las Sagradas Escrituras.
Los profetas fueron personajes fuera de serie: místicos con ojos abiertos a la sociedad y la historia, solidarios con el pueblo, con solidaridad crítica, defensores de los aplastados y de la ética por encima de los intereses socioeconómicos, políticos y religiosos -¡por algo les tocó enfrentarse con los sistemas de poder!-, soñadores de un futuro nuevo. Seres humanos de carne y hueso, encarnan, con todo, el corazón apasionado de Dios. Sus libros, los libros proféticos, son, en palabras del filósofo Eugenio Trías, «impresionantes escritos, uno de los más grandes monumentos de la escritura y del pensamiento de la humanidad». Nos inquietan e interpelan, nos turban y nos estimulan, nos hieren y nos dan esperanza. Los grandes temas de su mensaje resultan de eterna validez: las lacras de las sociedades humanas, las contradicciones del ser humano, sus llantos y gritos de liberación, la esperanza y la desesperanza, la crítica de la religión? También este segundo tomo de Drama y esperanza intenta abordar los libros proféticos en clave de lectura existencial, en diálogo con la complejidad de nuestra vida, de nuestro siquismo humano, de nuestra fe y de nuestro tiempo.
El gran teatro del mundo (1635), del genial dramaturgo barroco Pedro Calderón de la Barca, contiene el germen de este libro. Allí, Dios es el director y el mundo es su escenario; cada persona recibe el vestuario que necesita para interpretar el papel asignado. El apuntador anima a cada actor a «hacerlo bien, porque Dios es Dios». De la misma forma que Calderón hizo teatro a partir de la teología de su tiempo y llevó a escena las cuestiones que preocupaban a la gente, Kevin Vanhoozer busca imágenes nuevas para recuperar el papel primordial que desempeña la doctrina. Así, la Palabra de Dios es el guión de este teodrama que pone en escena la teología (dramaturgia), mientras que los lectores-espectadores son invitados por la Iglesia a representarlo en el gran teatro del mundo contemporáneo. El evangelio de Jesucristo ?gratuita autocomunicación de Dios? contiene dramáticamente una doctrina que parece irrelevante en la sociedad postmoderna actual, donde suele identificarse acríticamente el sentir con el creer. Ante dicha reducción, la presente obra sostiene que no hay tarea más urgente en la Iglesia que esforzarse por formular la fe (doctrina) de cara a iniciar un camino que permita acceder a la verdad y oriente de manera segura la existencia creyente "coram Deo".
«En un pequeño lugar móvil y fungible, en una porción de pan y en unas gotas de vino traspasados por la plegaria, reconocemos, adoramos y nos unimos los cristianos a Jesucristo que llega, anticipando su parusía final para conducir a la Esposa al futuro escatológico? Ese humilde lugar es la primera piedra de la Iglesia de Jesús, de su templo santo; es la simiente que luego se desarrolla en árbol frondoso donde vienen a anidar aves de toda especie. Iglesia que nace sin suelo, pero con mundo interior; Iglesia que, originada extraterritorialmente del sacrificio del Esposo (?fuera del campamento?, Heb 13, 12s), dará vida a la ciudad humana asentando en su centro el dinamismo de aquel sacrificio; Iglesia que amará la ciudad mientras la atraviesa, porque peregrina hacia la ciudad celestial en compañía del Señor». Estas bellas palabras sintetizan y evocan de forma precisa el estilo, el tono y el contenido de la presente meditación teológica sobre la eucaristía. Las tres grandes crisis históricas que han ayudado a clarificar y atestiguar el sacramento de la comunión eclesial ?la presencia real (Medievo), el sacrifico (Reforma) y la comunión (época actual)?, son las que, en definitiva, mejor desgranan este sugerente y actual ensayo.
Diccionario muy útil para las personas que estudian filosofía y teología, que tendrán en su mesa de trabajo un volumen pequeño, suficiente en algunos casos y, en otros, de referencia primera antes de acudir a la biblioteca. Además de los estudiantes, catequistas, pequeñas comunidades y particulares dispondrán en este pequeño volumen de una síntesis rigurosa de los principales términos relacionados con la religión y con las disciplinas afines a ella.
Este volumen de las Obras completas de San Agustín, con el que se pone fin a la colección, quiere ofrecer a los estudiosos y lectores una muestra de la amplísima literatura que a lo largo de los siglos, en especial durante la Edad Media, ha venido utilizando el pensamiento, la doctrina de San Agustín, a través de alguna de sus obras o de colecciones y extractos de sus textos. Además, se han editado libros manuscritos e impresos, sin que se declare el autor que los ha recogido, y par lo tanto figuran anónimos, atribuidos a San Agustín, como protegidos con su autoridad indiscutible, pero que al no ser escritos por él están entre los libros pseudo-agustinianos, llamados apócrifos o atribuidos. Este volumen presenta, pues, catorce obras de distintas épocas como muestra de esa influencia larguísima de San Agustín, leído, interpretado, y a veces expoliado con difusión fragmentaria y popular.
Este libro responde al imperativo bíblico: «Santificad a Cristo y dad razón de vuestra esperanza» Para ello hace memoria de sus hechos, discernimiento de su verdad y pro-puesta de su sentido. «Fundamentos» dice principios originarios y cimientos permanentes. El subtítulo «El camino» explicita el mé-todo de este primer volumen. Cristo se dio a conocer haciendo el camino de nuestra vida. Los hombres le han ido conociendo mientras pensaban su propio camino a la luz de él; como los discípulos de Emaús. Acción y pensamiento, amor y eucaristía nos permiten saber quien fue Cristo, reconocerle viviente hoy y dar razón de él a nuestros contemporáneos.
Este volumen cuarto de las «Obras completas de San Agustín» reúne una espléndida colección de opúsculos, singularmente representativo; del pensamiento católico universal del Obispo de Hipona, de su reflexión ardiente y lúcida en torno a los grandes temas de la cultura religiosa y de su gigantesca talla como agonista del espíritu, como luchador incansable contra las herejías que en su tiempo intentaban destruir las raíces mismas de la verdad cristiana. En él además, el lector sabrá apreciar la pulcritud en la versión y la riqueza crítica doctrinal de las notas y estudios introductorios, elaborados por eminentes conocedores de la temática agustiniana.