Entre los cristianos surge la inquietud por no desviarnos del asunto principal y eje de la fe: CÓMO AHONDAR EN EL MISTERIO DE DIOS que nos llama a su encuentro y cómo renovar la predicación que estimule e impulse un renovado encuentro con Él. Para ello se hace imprescindible una necesaria revisión crítica de imágenes, lenguajes, signos, iconos... con lo que nos referimos a lo divino. Al mismo tiempo hay que reflexionar sobre las idolatrías actuales que amenazan con pervertir y desorientar nuestro trato vital con lo de Dios y, en el fondo, nuestra condición humana. Hablar de Dios es darle espacio en nosotros a quien nos lo da a conocer. Por eso, la posibilidad del encuentro con Dios, que es la fuente y fundamento de la predicación cristiana, pasa por algunas dimensiones sustanciales de la fe: la oración, la contemplación, el estudio, la "soledad habitada" y el silencio, la compasión, la "mística de ojos abiertos"... De la verdad, la bondad y belleza que el ser humano ansía y espera, y que en sus destellos se le revelan, no se puede callar. En la segunda parte, se sigue la pista a algunas huellas de la tradición cristiana y dominicana que, como señales luminosas, nos siguen orientando para renovar con creatividad la predicación: profundizar en el conocimiento (Tomás de Aquino), el vacío como condición para el encuentro (Maestro Eckhart), el deseo apasionado (Catalina de Siena), la necesidad de belleza que nos trasciende (Fra ANgélico) y la justicia como virtud en el mundo de Dios (Bartolomé de Las Casas).
Repaso, a modo de memorias o de testamento espiritual, de la vida como teólogo, como ?cristiano que reflexiona sobre la fe?, de Jesús Espeja. A través de sus vivencias personales y de una visión madura de su pensamiento y experiencia de fe, el autor nos anima a continuar en la búsqueda de lo nuevo, o lo que es lo mismo: ?Estar a la escucha de Dios, que se ofrece como amor en una historia cambiante?. Un libro dividido en tres partes que engloban: un marco biográfico, las tres dimensiones de vida del autor: creyente cristiano, fraile predicador y la reflexión sobre la fe y su vida al servicio de la nueva evangelización. Terminando con un epílogo a modo de reflexión: «Muerte y resurrección del cristianismo», donde prevalece una mirada esperanzada sobre la situación actual de la Iglesia».
Origen, objeto y método de la disciplina que se ocupa de la Revelación de Dios, 'fundamento' de toda labor teológica. Incluye un extenso capítulo sobre el diálogo ecuménico.
Los cristianos son ciudadanos corrientes, pero su actuación social ha de ser coherente con su fe y la recta razón. Este título ofrece una iniciación a la Doctrina Social de la Iglesia.
Marco teórico y momentos de intervención (reuniones, encuentros, convivencias y campamento de verano) en la educación en la fe de los preadolescentes (12-13 años).
La preadolescencia presentada como desafío en el marco del crecimiento, en ella el adolescente es testigo y protagonista de su educación en todas las dimensiones.
Los grandes retos sociales, culturales y éticos a los que el hombre debe enfrentarse en el tercer milenio hacen necesaria una confrontación entre la religión y la filosófia, que haga frente a la expansión de corrientes filosóficas basadas en el relativismo. el sincretismo o el pragmatismo. El papa Juan Pablo II, en su decimotercera encíclica, quiere hacer un reforzamiento de la alianza entre la reflexión teológica y la filosófica, que constituyen dos pilares imprescindibles para la civilización humana, con la intención de dar respuesta a los grandes interrogantes humanos sobre el sentido de la vida.
No faltan hoy quienes, sintiendo una gran admiración por Jesús y considerándolo sin duda un gran profeta admirable, no acaban de entender la fe en su divinidad. Por otro lado, la investigación crítica sobre el Nuevo Testamento está pasando ?como gusta de decir el autor? del clásico «problema del Jesús histórico y el Cristo de la fe» a otra pregunta por «la comunidad histórica y la Iglesia de la fe» o (con palabras más habituales) por los orígenes de la fe cristiana. La obra no intenta resolver, pero sí aportar algunas pistas para adentrarse en esas dos preguntas. El subtítulo expresa que, además de los datos históricos, que siempre serán precarios, es posible adivinar un proceso de experiencias teologales que ponen del revés todo el mundo de lo religioso, de lo cúltico y de lo moral, y que derivan del impacto del Nazareno, como si éste hubiera sido una especie de «big bang» inicial que desató esas tres revoluciones. A la fe en la divinidad de Jesús se llega por la seguridad de haber conocido a Dios de una manera única e inaudita. Si a eso apunta el subtítulo del libro, su título (El rostro humano de Dios) intenta abrir caminos para resituar la fe en su divinidad. Llamar a Jesús simplemente «Dios» se presta a infinitos malentendidos que impiden conocer la revelación de Dios y evaporan la humanidad real de Jesús. El rostro es la mejor revelación de cualquier intimidad personal, y esto puede aplicarse también a la relación entre Jesús y Dios. Contextuada así la fe en Jesucristo, el autor intenta ver lo que esto puede suponer para el sentido de nuestras vidas y lo que podría significar tanto en la actual cultura postmoderna y nietzscheana como en la convivencia entre las religiones. JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS, profesor emérito de la Facultad de Teología de Catalunya, enseñó Cristología en Barcelona y Antropología Teológica en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. Ex-director de la Revista Selecciones de Teología y actual responsable académico del Centro ?Cristianisme i Justícia?, colabora habitualmente en diversos medios escritos de la prensa nacional y en revistas especializadas.