En un contexto cultural fragmentado y plural como el nuestro la presente obra ofrece un compendio sistemático de la fe cristiana, tratando de expresar de una forma fiel, actual y significativa el fundamento y el contenido de esa fe. El objetivo de la teología dogmática es articular y comprender la lógica de la fe, preguntándose por el Cristianismo como un todo, para desde aquí tratar de mostrar cuál es su realidad más específica y singular que la distingue y, a su vez, la pone en relación con otras ciencias humanas y con otras tradiciones religiosas. La síntesis más antigua y normativa para el Cristianismo ha sido el Símbolo de la fe. Desde su estructura trinitaria y bajo el entramado de la historia de la salvación, se van exponiendo desde su lógica interna y su referencia a la totalidad, los contenidos esenciales de los tratados de teología: Creo en Dios Padre (Trinidad y Antropología); Creo en Cristo (Cristología, Soteriología, Mariología); Creo en el Espíritu Santo (Eclesiología, Sacramentos, Escatología y Existencia cristiana), precedidos por la reflexión en torno al acto de creer en la revelación de Dios en la historia testimo-niada en la Escritura y la Tradición (Teología fundamental). Esta obra es el fruto del trabajo compartido de los profesores del departamento de Teología Dogmática y Fundamental de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Para su expo-sición hemos seguido la fórmula clásica de las tesis que expresan de forma objetiva el contenido esencial que ha de saber un alumno de teología y que debe conocer todo aquel que quiera acercarse a la comprensión del misterio cristiano desde un rigor y una pro-fundidad a la altura de la conciencia histórica y de la vida de la Iglesia.
Mucha sabiduría de siglos, sobre todo del Oriente cristiano, se recoge en estas páginas. Por ello, recomiendo vivamente su lectura. Tanto el card. Spidlík como el p. Rupnik nos hablan de sí mismos: el primero, de su sabiduría acumulada en tantos años de contacto con los grandes maestros espirituales; el segundo, de su actividad artística, impulsada también ella por el deseo de hacer que los hombres conozcan a Dios. Uno de los aspectos del «conocimiento» es, sin duda, gustar la belleza divina, la visión de la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo (cf. 2 Cor 4,6). El lector tiene en sus manos un excelente instrumento para penetrar cada vez más en la luz del Dios amor. (Del prólogo de mons. L. F. Ladaria, SJ, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe).
El papa Francisco recibió en septiembre de 2013 a Gustavo Gutiérrez con motivo de la publicación en Italia del libro escrito por el teólogo peruano fundador de la teología de la liberación y por Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El gesto del Papa fue visto como un espaldarazo a esta corriente teológica que contiene muchos aspectos positivos, como la opción preferencial por los pobres, rasgo fundamental del pontificado del papa Francisco. El libro se publica ahora en España. En él ambos teólogos reflexionan sobre la importancia de la teología de la liberación para la teología actual en su conjunto y para la vida actual de la Iglesia. Lejos de considerarla superada, reivindican su vigencia y recuerdan el compromiso por la justicia que todo cristiano debe asumir como imperativo sustancial.
¿Podemos fiarnos de las profesiones de fe cuando no alcanzan el corazón ni se traducen en actos? ¿Existen cristianos anónimos entre los ateos y ateos anónimos entre los cristianos? (J. Guy Saint Arnaud). La fe y la duda andan con frecuencia juntas. Parece que creer y no creer pueden mantenerse juntos; nunca estamos libres de esa amenaza de la no fe. Cuando de la fe religiosa se trata, nos movemos en un terreno misterioso, que desborda los cálculos y las medidas racionales. Por eso en este ámbito son tan importantes el diálogo, el respeto y la tolerancia. Estas son verdaderamente las actitudes que dejan entreabierta la puerta de la fe para todos los que quieran atravesarla
¿Quién es Jesús de Nazaret? La respuesta a esta pregunta es, para la fe cristiana, tan importante que determina todo lo demás. ¿Es un personaje extraordinario que ha impreso su sello de manera decisiva en la historia de la humanidad? ¿Es un ser humano inspirado por Dios, capaz también de inspirar todavía hoy a los hombres? ¿Es un enviado de Dios? ¿O es también Dios mismo? Frente a todos estos interrogantes se alza la pregunta que Jesús dirigió a los discípulos y que sigue dirigiendo hoy a los cristianos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?». La condición cristiana surge de la respuesta a esta cuestión, que hoy presenta una nueva formulación: «¿De qué modo es posible defender clara e íntegramente la singularidad y la universalidad de Jesucristo, sin caer, por el otro lado, en el peligro de un exclusivismo salvífico fundamentalista y en último término sectario? ¿Cómo podemos salvaguardar la identidad cristiana y, al mismo tiempo, convivir y colaborar, no solo de forma tolerante sino también respetuosa, con miembros de otras culturas y religiones, aprendiendo unos de otros a través del diálogo? La respuesta a esta pregunta es fundamental para el ser cristiano y para la Iglesia en la actualidad» (Walter Kasper). A este reto, permanentemente actual, quiere responder el presente volumen desde una triple perspectiva: bíblica, teológica y pastoral. Los primeros cristianos confesaron que en Jesús y a través de Jesús se le abre a todo ser humano el acceso a la participación en la vida divina. Los teólogos han profundizado en esta fe durante casi veinte siglos. Ahora es el momento de volver a poner a Cristo en el centro de la vida y la pastoral de la Iglesia para que pueda ser «la luz de los pueblos». GEORGE AUGUSTIN, catedrático de teología dogmática y fundamental, y director del Instituto de Teología, Ecumenismo y Espiritualidad «Cardenal Walter Kasper», acompaña espiritualmente a sacerdotes en la diócesis de Rottemburgo-Stuttgart. Entre sus obras publicadas en Sal Terrae destacamos Llamados a la alegría: el gozo de ser sacerdote y El desafío de la nueva evangelización.
El Padre Pío de Pietrelcina (1887-1968) es mundialmente conocido porque llevó los estigmas de Cristo durante cincuenta años exactos, siendo el único sacerdote estigmatizado de la historia de la Iglesia. Esta obra reflexiona sobre su extraordinaria vida y su mensaje, que tienen muchas enseñanzas que ofrecer a los creyentes del tercer milenio. La espiritualidad del Padre Pío es una llamada a todos los cristianos a recuperar la espiritualidad más auténtica de la tradición de la Iglesia, a poner en práctica las virtudes heroicas y a vivir la pureza de la fe en toda su radicalidad, como él mismo hizo.
Creer en el amor. Posiblemente sea lo que todo hombre desea como luz para su vida. Por eso mismo, es un camino de conocimiento en el que se muestra el amado como aquel que nos promete una vida en plenitud. Esta realidad profundamente humana es la que Dios ha elegido para revelarnos su misterio, de forma que la fe cristiana tiene como objeto el Amor del Padre manifestado en Cristo. Este libro no quiere sino desvelar la riqueza humana y divina de esta dinámica amorosa, con un acento especial en su dimensión epistemológica que pide un estilo teológico con unas características determinadas. De este modo, quiere ser una contribución al año de la fe y un desarrollo de la enorme fecundidad de la doctrina de la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II. La comprensión de la especificidad de la fe en el amor con su fundamento afectivo es un aspecto imprescindible para una teología adecuada a nuestro tiempo.
«Joseph Ratzinger ha señalado en el presente volumen de las Obras completas un camino para salir de la crisis en la que había caído el sacerdocio católico a causa de enfoques y explicaciones desde un punto de vista teológico y sociológico insuficientes, una crisis que había conducido a muchos sacerdotes que habían iniciado su camino con amor y celo a una inseguridad y desconcierto personales en cuanto a su papel en la Iglesia» ( Gerhard Ludwig, obispo de Ratisbona).
Según la bella parábola de un sufí persa, en el mes de nisán las ostras suben de las profundidades del Mar de Omán y se posan con la boca abierta en la superficie. El vapor se eleva del mar y cae como lluvia por mandato de Dios y algunas gotas entran entonces en las conchas abiertas y estas se cierran, bajan a las profundidades del mar con su corazón lleno y cada gota de lluvia se convertirá en una perla. Algo así ocurre con las palabras bíblicas: encierran un secreto y precioso centro que solo se revela a quien, empujado por el deseo, está dispuesto a emprender un viaje de descenso para bajar a su encuentro. Como en la fonte de Juan de la Cruz, ese centro está escondido y quien quiera descubrirlo tendrá que llevar en las alforjas de su viaje lo mejor de sus cinco sentidos para contemplarlas, escucharlas, saborearlas, tocarlas y percibir su aroma. Este libro quiere servir de guía para esos viajeros y las palabras elegidas no son las más «graves» ni las más «rotundamente bíblicas» (amor, vida, alianza, verdad, gracia): sobre estas hay ya mucho escrito y el camino que conduce hacia ellas es un camino real, bien conocido y señalizado. Las que aquí aparecen suelen estar ocultas en vereditas más sombreadas y menos transitadas y no dan muchas facilidades para darse a conocer. Están ahí silenciosas y ocultas, esperando a que llegue alguien que las descubra, las acaricie, les haga preguntas y les pida permiso para tomarlas y albergarlas en el propio corazón. Y las pasee luego por toda la Biblia, para ver si se encuentran con sus hermanas gemelas que andaban perdidas por otras páginas y se alegre al verlas encontrarse, reconocerse, abrazarse y contarse cómo y por qué han ido a parar al lugar en el que están. DOLORES ALEIXANDRE es religiosa del Sagrado Corazón y hasta su jubilación ha sido profesora de Sagrada Escritura en la Universidad Comillas. Autora de numerosos escritos, en la Editorial Sal Terrae ha publicado, entre otras obras: Círculos en el agua / Compañeros en el camino / Bautizados con fuego / Las puertas de la tarde: Envejecer con esplendor.
El presente libro nace con el objetivo de mostrar lo importante que puede llegar a ser, en sociedades pluralistas y secularizadas como las nuestras, establecer un diálogo sobre las razones que cristianos, ateos y agnósticos de diversa índole sostienen para mantenerse en sus posiciones. La realidad del debate entre creyentes, ateos y agnósticos tiene una historia ya secular, y, aunque su carácter excesivamente polémico no nos permita calificarlo globalmente de verdadero diálogo, no han faltado experiencias relevantes y fecundas del mismo, especialmente desde el Concilio Vaticano II. Una propuesta que participa del espíritu del vigente «Atrio de los Gentiles».
En Berlín, entre noviembre de 1841 y febrero de 1842, Søren Kierkegaard asistió a las lecciones sobre la Filosofía de la Revelación impartidas por Friedrich Wilhelm Joseph Schelling. La presente edición recoge los apuntes tomados por el pensador danés, un documento imprescindible para entender la huella de Schelling en el giro que tomará la producción kierkegaardiana hasta El concepto de la angustia (1844). El viejo Schelling expone su concepto de filosofía positiva: una filosofía de la existencia en la que se orquesta su crítica a la filosofía idealista de G. W. F. Hegel. El ideal-realismo del último Schelling servirá a Kierkegaard de orientación para su propia crítica a la filosofía hegeliana. Se hace así eco de sus temas, como son la importancia concedida por Schelling a la mitología, la necesidad de formular una verdadera filosofía de la historia, el papel de la Revelación y, sobre todo, la radicalidad de la angustia como fenómeno originario del drama de la libertad en cuanto pura posibilidad. En este texto del joven Kierkegaard cabe hallar, por tanto, la génesis de la comprensión contemporánea de la angustia.
Breve reflexión teológico-espiritual sobre la Tierra y el ser humano, que propone una «ecoteología» que quiere responder a la pregunta «¿Cómo producir, viviendo en armonía con la naturaleza, con los seres vivos, con los seres humanos y con la trascendencia?». La respuesta pasa por incorporar una nueva visión del mundo y repensar nuestra relación con la Tierra y nuestros modos de producción y consumo. Para Leonardo Boff, el escenario actual puede no ser una catástrofe inevitable sino una crisis purificadora capaz de proyectarnos hacia un futuro lleno de promesas. Con la mirada puesta en los profetas, el teólogo ecologista hace en este libro una apuesta por la esperanza y propone una ecoteología para que el mañana sea posible.