¿Por qué y en qué condiciones una dimensión como la oración, tan personal e íntima, o bien tan «profesional» y desligada, puede ser una obra de misericordia? ¿Por qué pedir a Dios por el bien si ya sabemos que es bueno? A estas preguntas contesta la autora en este libro, repasando cuestiones como las causas y los modos de oración, por quién y dónde rezar. Rogar por nosotros y por los demás dice también nos recuerda que nosotros no somos dioses. Rogar a Dios es establecer una relación con Él, en solidaridad con el mundo y dentro de unos horizontes de paz. El último apartado se dedica al avemaría, «una oración para meditar y para acompasar el ritmo del tiempo y una oración de súplica y petición porque la Virgen comprende».
Una breve reflexión sobre la obra de misericordia que se refiere a la visita a las personas que se encuentran encarceladas. Esta dolorosa realidad aúna a los presos, personas heridas por una vida que les ha llevado a transgredir las normas que regulan la convivencia civil, a los directivos y funcionarios de prisiones y a los voluntarios, que visitan y acompañan el recorrido del arrepentimiento, la recuperación y la reinserción en la sociedad de las personas recluidas. Visitar a los presos, dice el autor, es un trabajo arduo de realizar, sobre todo por las restricciones que impone la cárcel a visitantes y visitados. Pero la amistad con aquellos que están «dentro» genera la gratuidad, la esencia de Dios. El papa Francisco nos enseña que a veces estamos «fuera» solo porque hemos sido más afortunados en la vida.
Este libro rompe un mito que ha acompañado a los Ejercicios de San Ignacio desde sus inicios, en ellos no está presente el Espíritu Santo. El autor nos hace caer en la cuenta de la importancia y el modo sutil en que se hace referencia al Espíritu sin nombrarlo directamente.
Los acentos de la misericordia se han marcado principalmente sobre conceptos teológicos. Ahora el autor traza el sentido de la misericordia en su dimensión social. Reflexiona en profundidad en este aspecto tratando de descubrir que la doctrina social de la iglesia quedaría siempre incompleta si esa misericordia no es una opción por los pobres y vulnerables.
¿De qué hablamos cuando decimos misericordia? Puede que se trate de una palabra cuyo significado se haya perdido, o se haya devaluado. O puede también que ni siquiera tengamos una noción clara de en qué consiste. La misericordia divina brota de dos términos que nos hablan de un amor entrañable y de un amor fiel. Para descubrir y entender bien su significado es necesario acudir a la Biblia, en concreto al Antiguo Testamento. A través de este recorrido accedemos al sentido de misericordia y comprendemos a Dios como misericordia. Nos acercamos también al Nuevo Testamento para descubrir dos claves de interpretación de la misericordia. Se trata del Reino de Dios y de los pobres. El Reino de Dios es ese proyecto nuevo tan necesario para nuestro mundo en el que ponemos las bases para vivir desde el Dios de Jesús de Nazaret. Los pobres son centro indiscutible en dicho proyecto y elemento de discernimiento que nos ayuda a ubicar el significado bíblico de misericordia y a concretar una manera de ser y vivir. Dialogando con estos tres conceptos -misericordia, Reino de Dios y pobres- a partir de las aportaciones de diferentes teólogos y teólogas intuimos cómo la misericordia es camino desde Dios hacia Dios y se convierte en acto de nueva creación. José Manuel Andueza (Pamplona, 1971) es licenciado en Teología Sistemática por la Facultad de Teología de Cataluña. Es también licenciado en Psicopedagogia, campo en el que cuenta con dos másters. Ha dedicado toda su vida a sus dos grandes pasiones: la educación y la teología. Colabora en diferentes ámbitos pastorales y en la formación de profesorado tanto en España como en América Latina, en concreto en Ecuador, donde realizó un voluntariado de dos años. Es también miembro del equipo de Cristianismo y Justicia y colabora activamente con diversas entidades sociales.
En el marco del reciente concilio pan-ortodoxo celebrado en Creta, donde las diferentes Igle-sias ortodoxas han compartido su deseo de encaminarse hacia una sinodalidad y participación más explícita y de corroborar la unidad de la Iglesia ortodoxa ante los nuevos desafíos del mi-lenio, presentamos una serie de estudios sobre diferentes temas y varias figuras significativas de la teología ortodoxa, como Soloviev, Florenski y Bulgakov.
El actual presidente de la Conferencia Episcopal Española hace memoria en este libro de su ministerio pastoral cuando se celebran los 50 años de su ordenación sacerdotal. Blazquez recorre su propia historia desde las perspectivas teológica, espiritual y pastoral.
Este libro quiere mostrarnos, en el marco del Año de la Fe, la gran aportación que, a lo largo de veinte siglos, han hecho muchos hombres y mujeres al crecimiento y desarrollo de la comunidad eclesial cristiana con el testimonio de su vida. Son en total sesenta testimonios de hombres y mujeres de todas las épocas, que han experimentado y reflexionado la fe: Ignacio de Antioquía, Agustín, León Magno, Isidoro de Sevilla, Antonio de Padua, Catalina de Siena, Erasmo de Rotterdam, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Galileo, Pascal, Newman, Teresa de Lisieux, Péguy, Teilhard de Chardin, Von Balthasar, Joseph Ratzinger. Testimonios que ayudan a reflexionar sobre el significado de creer, en una época en la que, en palabras de Benedicto XVI, «Dios desaparece del horizonte de los hombres».
El fundamento y el centro de lo cristiano se encuentran en un nombre y una persona: Jesucristo. Walter Kasper describe la actividad de Jesús, su predicación, sus milagros, su pretensión, su camino hacia la cruz, su resurrección, el misterio de su filiación divina. ¿Qué relación existe entre la confesión bíblico-eclesial de fe en Cristo y la realidad experiencial de hoy? ¿Hasta qué punto se contrapone la confesión de fe en Cristo a la concepción, tanto antigua como moderna, de la realidad? ¿Y qué clase de libertad posibilita? Frente a interpretaciones puramente existenciales o sociológicas, Jesús el Cristo acentúa con fuerza el enfoque centrado en la historia y la libertad. De ese modo, Walter Kasper consigue hacer fecunda la fe en Cristo no solo especulativamente, sino también desde un punto de vista espiritual y, en este sentido, orientado a la praxis. Este libro es una obra magistral y, desde hace décadas, constituye una ayuda para numerosas personas en la tarea de conocer mejor y entender más profundamente a Jesucristo en la fe. Para esta nueva edición, el autor ha escrito un nuevo prólogo que permite situar más fácilmente la obra en el debate teológico de los años en que fue escrita, y también en el actual. «El verdadero amor une, pero no monopoliza; antes bien, libera para realizar el propio y verdadero ser y lo lleva a su más profundo cumplimiento. De esta suerte, Jesucristo nos revela que "Dios es amor" (1 Jn 4,8.16). Con ello nos comunica que el amor es el fundamento y el sentido último de todo ser. Jesús se revela así como la clave, el centro y la meta, como "el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin" (Ap 22,13) de la historia universal y del cosmos entero; en él alborea el misterio de Dios, pero también el misterio del ser humano y del mundo (cf. GS 10 y 45). La verdad que Jesús mismo es (cf. Jn 14,6) constituye una verdad liberadora (cf. Jn 8,31), que trae luz y vida al mundo (Jn 1,9; 8,12). Él es la lumen gentium, la luz de los pueblos (LG 1)» (Del «Prólogo a la nueva edición»). WALTER KASPER, nacido en 1933, doctor en teología y profesor de Dogmática, fue obispo de la diócesis de Rottemburgo-Stuttgart desde 1989 hasta 1999. Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, fue elevado a cardenal en 2001. Con sus numerosos escritos, charlas y conferencias se ha hecho merecedor de un respeto generalizado a lo largo y ancho del mundo ecuménico. Entre los libros de Walter Kasper que han visto la luz en la Editorial Sal Terrae destacamos: Sacramento de la unidad. Eucaristía e Iglesia / Cosechar los frutos. Aspectos básicos de la fe cristiana en el diálogo ecuménico / La misericordia. Clave del Evangelio y de la vida cristiana / El Evangelio de Jesucristo. A ellos se suman los artículos firmados por el cardenal y publicados recientemente en dos obras colectivas: El desafío de la nueva evangelización / El problema de Dios, hoy.
La autonomía moral es una categoría nuclear de la Teología moral fundamental, y guarda una estrecha relación con la libertad de elección, la conciencia, la especificidad o la relación del ser humano con Dios. Esta obra analiza la entrada de este concepto en la filosofía moderna y su irrupción en el ámbito teológico, con todos los problemas y debates que ha suscitado en las últimas décadas, en especial en la confrontación entre la llamada moral autónoma y la ética de la fe. ¿Qué es la autonomía moral? ¿Cómo entenderla en perspectiva teológica? ¿Cuál es la relación entre la autonomía moral y la libertad de elección? Esas son algunas de las cuestiones que surgen y que, en el fondo, reflejan una determinada manera de entender el ser y la identidad de la Teología moral, algo a lo que esta obra pretende responder.
Este libro recoge diversos estudios relativos a la mistagogía en un sentido amplio, es decir, a la iniciación o introducción del ser humano en el misterio de Dios, agrupados bajo un título que recurre a la metáfora de la herida, con la que los místicos se han referido a la visita transformadora que Dios hace al hombre traspasándolo de infinito. El primer capítulo evoca la situación cultural y espiritual del tiempo actual en el que los hombres y mujeres deben ejercitar el cristianismo. Los tres capítulos siguientes indagan en la esencia de la experiencia religiosa y en la condición de Dios precisamente como misterio, y los siguientes (del 5 al 11) desarrollan algunos de los lugares en los que se produce ese encuentro con Dios: la vía de la belleza y el arte, la contemplación de la naturaleza, la palabra poética, la valentía moral, el buen uso del tiempo libre... El epílogo revela la intención final de este libro: redescubrir el núcleo esencial de la fe e invitar a su ejercicio creativo para encontrar a Dios en todas las cosas, en todos los ámbitos de la vida.
No son pocas las personas que piensan que Jesús de Nazaret fue un personaje excepcional, y un extraordinario líder religioso, pero que nunca pretendió ser Dios, ni fue considerado Hijo de Dios por la primera generación cristiana. Y algunos añaden que fue «divinizado» debido a la intervención y a la presión de los emperadores romanos, y que solo por esta causa se decidió la Iglesia a confesar la divinidad de Cristo en el siglo IV. Bernard Sesboüé responde a esta mentalidad con una magnífica obra de síntesis, en cuyo primer capítulo expone claramente cómo los discípulos de Jesús y la primera generación cristiana creyeron que Él era Hijo de Dios y, por tanto, Dios en el pleno sentido de la palabra. En el segundo capítulo estudia la confesión de fe cristiana durante los siglos II y III; y en el tercero presenta el movimiento conciliar de los siglos IV y V, concretamente desde el concilio de Nicea hasta el de Calcedonia. De este modo pone de manifiesto la perfecta continuidad de fe entre el testimonio del Nuevo Testamento y el de los siglos siguientes y, finalmente, concluye que en este punto está en juego el corazón de la fe, su meollo irrenunciable. BERNARD SESBOÜÉ, jesuita y teólogo reconocido, es autor, entre otras obras, de ¡No tengáis miedo! Los ministerios en la Iglesia hoy y «El código Da Vinci» explicado a sus lectores, publicadas por Sal Terrae, y de Imágenes deformadas de Jesús y La resurrección y la vida. Catequesis sobre las realidades últimas, publicadas por Ediciones Mensajero.