Esta obra nos ofrece un acercamiento a la encíclica Laudato si, del Papa Francisco, para facilitarnos su comprensión y lectura meditada. Los comentarios están realizados por seis personalidades comprometidas con la Iglesia y con la ecología: Leonardo Boff, uno de los máximos exponentes de la teología de la liberación, define la encíclica como la «carta magna de la ecología integral» (que va más allá dice de la ecología ambiental); el misionero comboniano Alex Zanotelli afronta la repercusión de la crisis ecológica sobre los pueblos empobrecidos; el jesuita y economista francés Gaël Giraud analiza la encíclica desde la perspectiva de la economía; los sociólogos Chiara Giaccardi y Mauro Magatti señalan los retos que deben afrontarse para la educación en el cuidado de la creación, y, por último, el jesuita y periodista Giacomo Costa propone algunas acciones para poner en práctica la encíclica Laudato si.
¿Cómo reaccionamos cuando conocemos la existencia de un colectivo de víctimas fruto de la violencia o la discriminación? ¿De dónde nace el compromiso de personas y grupos que, sin estar directamente implicados en el conflicto, se ponen del lado de las víctimas y, a veces, comparten su destino? A estas preguntas responde este libro, que recoge las ponencias del IV Seminario «Textos para un Milenio», celebrado en Madrid con el mismo título, «Dignidad y resistencia». Estos seminarios, vinculados a la orden del Carmelo y con amplia participación de profesores de la Universidad Pontificia Comillas, ofrecen la oportunidad de plantear cuestiones significativas para la cultura y la vida actual, enfocadas de modo interdisciplinar. Este libro aborda, entre otros temas, el nazismo, el racismo, el terrorismo, la explotación sexual, el aborto, la solidaridad y el compromiso con las víctimas.
En este tiempo de globalización en que vivimos, las grandes ciudades del mundo tienen retos, dificultades y posibilidades similares para el anuncio del Evangelio y para la realización de la misión de la Iglesia. El I Congreso Internacional sobre la Pastoral de las Grandes Ciudades -cuyas actas ofrece este libro- se gestó a raíz de unas conversaciones del cardenal Lluís Martínez Sistach con el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio en el Vaticano durante los días previos al cónclave de marzo de 2013 y unos días después con el ya elegido papa Francisco. «Aliento a todos -dice Francisco- a seguir reflexionando de manera creativa sobre el modo de afrontar la tarea evangelizadora en los grandes núcleos urbanos, cada vez en mayor extensión, y en los que todos necesitan sentir la cercanía y la misericordia de Dios, que nunca les abandona». Este libro recoge las nueve ponencias pronunciadas durante la primera fase del Congreso, a cargo del sociólogo español Manuel Castells; el antropólogo francés Marc Augé; el catedrático e investigador Javier Elzo; el experto en Patrística Angelo di Berardino; el pastoralista mexicano Benjamín Bravo; el vicario episcopal de Milán Luca Bressan; el rector de la Universidad Católica del Congo, Jean-Bosco Matand Bulembat; el vicario general de Lieja (Bélgica), Alphonse Borras; y el teólogo argentino Carlos María Galli, cuya exposición destaca porque aborda el proyecto teológico-pastoral y misionero de Francisco.
En mi anterior libro Teodicea. Itinerarios del hombre a Dios (2013), quise trazar unos caminos de acceso a Dios. Este libro no trata, pues, de los itinerarios cambiantes (aunque muy valiosos) de los hombres que salen en busca de Dios, sino del itinerario de Dios, que, según la Biblia y la fe de la Iglesia, ha querido venir a los hombres, compartiendo con ellos su existencia, en Jesús, por el Espíritu, con pleno respeto, sin avasallarlos ni imponerles su presencia. Esta es la más fascinante de todas las historias, el relato del Dios que, siendo infinito (y por serlo), ha querido hacerse caminante con los hombres, encarnándose en Jesús y siendo Espíritu de Vida en la vida de la humanidad. A partir de esa experiencia de Dios he querido escribir este libro, entendido como apuesta a favor de la Trinidad, un libro sobre el Dios que se introduce en nuestra historia no como un intruso o un vigilante, sino como verdad y contenido más profundo de esa misma historia. Este es el libro de los hombres que quieren aprender y compartir el camino de Dios, por medio de Jesús, en Espíritu y Vida
«Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús» (1 Tim 2,5). La mediación de Cristo ha ocupado un lugar significativo en las diversas cristologías, particularmente al tratar de la misión salvadora del Verbo encarnado. Cabe ampliar este esquema y presentar a Cristo, en primer lugar, como mediador en su propio ser; es el Mediador entre Dios y los hombres porque en él se encuentra lo divino y lo humano en una plenitud única de realidad. El Mediador, Cristo Jesús, despliega su acción en la misión salvadora.
El cardenal Ravasi traza un completo retrato de María, a caballo entre la biografía, la teología y la simbología, para mostrar los rasgos más característicos de una mujer única en la historia de la humanidad. Ravasi comienza repasando las diferentes imágenes o tipologías referidas a la mujer dentro de la Biblia: mujer-serpiente (tentación), hija-esposa-madre, jardín cerrado..., para asociarlas a la madre de Jesús. Analiza después los pasajes del Nuevo Testamento en que ella aparece directamente (centrándose en el significado de su virginidad), sin olvidar la figura de José, el nacimiento de Jesús y su dolorosísima experiencia en la Pasión. Mira también los textos del Antiguo Testamento que profetizan su existencia (Is 7,14), para interpretarlos desde las principales oraciones dedicadas a María. Se detiene por último en los evangelios apócrifos y en el protagonismo que tiene María en alguno de ellos, e incorpora en un apéndice el Protoevangelio de Santiago o Natividad de María, auténtica joya de la literatura apócrifa.
Ya se la profese o se la niegue, la fe invade al hombre con muchos interrogantes y le sitúa ante muchas decisiones problemáticas. En efecto, creer es sobre todo un fiarse. Fiarse de alguien cuya palabra y cuya presencia parecen dar a la vida un sentido o, mejor aún, proponer un camino por el que podamos introducirnos con confianza. La fe, que en la relación con la libertad, la felicidad y la autorrealización no establece siempre y de modo automático relaciones fecundas, puede parecer en ocasiones una propuesta de mortificación de la propia personalidad, un camino de renuncia y de privación para conquistar el más allá. Con todo, la esperanza de la vida que supera la muerte no solo no niega, sino que reevalúa la importancia de la vida terrena; la fidelidad a la tierra no descalifica la riqueza de significado de la eternidad, sino que la hace posible. Por otra parte, Jesús no habló de vida eterna más que para responder a preguntas de otros y puso el acento en una vida plena y cargada de posibilidades.
Este libro combina las hermosas ilustraciones de la autora (acuarelas abstractas en colores vivos y con gran luminosidad) con comentarios poético-exegéticos de los primeros versículos del Génesis, referidos a la irrupción de la luz en el relato de la creación del mundo. Este primer relato de la creación ha sido estudiado minuciosamente y desde diferentes perspectivas: históricas, míticas, contextuales, literarias, teológicas y hasta científicas. En este libro se convierte en una sugerente y hermosa evocación gracias a la fuerza simbólica de las imágenes y a la dimensión mítica y poética del texto.
En medio del estruendo que nos rodea, nos encontramos con el silencio de Dios como única respuesta. ¿Cómo interpretarlo? ¿Cómo encajarlo y asimilarlo? Con esta obra el autor nos invita a reflexionar sobre el insondable misterio del silencio de Dios, ahondando en cuestiones como la limitación del lenguaje humano y el significativo silencio de Dios y sobre Dios.
Si hay un gran olvidado por la Teologia cristiana es el Espíritu Santo. Y sin embargo, es el Espíritu el que manifiesta en cada instante la presencia viva de Dios en nuestro mundo.
Este libro es una reflexión sobre la obra de misericordia que comúnmente se enuncia como «sufrir (o soportar) con paciencia los defectos del prójimo», para redescubrir su vigencia y actualidad. El autor identifica en primer lugar cuatro categorías de personas «molestas»: personas «dañinas» que no respetan ni sienten consideración por los demás, personas «incómodas» que perturban nuestros privilegios y desvelan nuestras hipocresías, personas «provocadoras» que remueven nuestras conciencias y desearíamos fueran invisibles, y personas «detestables», opuestos a nosotros en cuando a identidad, convicciones o comportamientos. Después, apoyándose en la actitud de Jesús para con los otros, invita a alargar la mirada más allá de la lo que nos molesta, a trascender la mera tolerancia, a ser misericordiosos, a acoger al otro de modo cálido y fraterno (incluso aunque nos desafíe), y a tratar de curar la convivencia construyendo comunión, encuentro y compartición.
En tiempo de zozobra hay que crear anhelos de mar libre y ancho. Existe hoy una impactante disparidad entre el conocimiento científico, la destreza tecnológica y el poder económico; y por otra parte la sabiduría, la ética cívica y la espiritualidad. La