Este álbum, magníficamente presentado con multitud de páginas a todo color, habla del Amor de San Josemaría a Santa María. Fátima fue destino de sus incontables romerías en las que rezaba el Santo Rosario.
A la homilética se le dedica escasa o nula atención en los planes de estudio de la mayoría de los centros teológicos españoles, pese a las recomendaciones del Concilio Vaticano II y de la Conferencia Episcopal Española. Esta obra pretende prestar un servicio tanto a los estudiantes de Teología como a los sacerdotes inmersos en el ministerio pastoral. En la introducción se hace un recorrido por las diversas tendencias en la homilética que han aparecido durante el siglo XX y se pergeña una historia de la homilética a lo largo de los siglos. La primera parte está dedicada a la preparación de la predicación. En primer lugar, la escucha de la Palabra de Dios y la escucha de la comunidad. De esos dos polos surgirá la predicación. En esta tarea se presta atención al papel del predicador y al lenguaje, no olvidando el aspecto práctico de la elaboración de un guión y la ayuda que pueden prestar diversos materiales para la preparación de la homilía. En la segunda parte se estudian diversos tipos de predicación, con atención especial a la homilía y a las predicaciones en bautizos, bodas y funerales. Se cierra esta parte con una reflexión sobre la predicación desde el punto de vista de la comunicación. Completa la obra un apéndice que presenta un entrenamiento en la expresión oral.
Agustín de Hipona (354-430) ha sido uno de los máximos maestros de Occidente. Situado en el momento culminante de la caída del Imperio romano, su inmensa y rica obra, escrita en el idioma universal que aquél había dejado establecido, fue el vehículo más eficaz por el que el incipiente mundo cristiano de Europa mantuvo el contacto con la cultura grecorromana. Desde Boecio y Tomás de Aquino hasta Erasmo, Luis Vives y Lutero, de Malebranche y Pascal a Unamuno y María Zambrano, su estela brilla firme e ininterrumpida. «Las Confesiones» y «La ciudad de Dios» han sido modelos siempre imitados y quizá nunca superados. «El maestro», como el «Cratilo» de Platón, no gozó, en cambio, de la misma fortuna, y por motivos análogos. El nivel abstracto del asunto, el estilo dialéctico del discurso y la falta de una estructura externa bastan para explicar por qué sus primeras traducciones no han visto la luz hasta el siglo XX. Y, sin embargo, desde una perspectiva actual, su interés está fuera de toda duda. Pues no sólo se esboza en él una teoría de la 'suppositio' y del metalenguaje, sino que se analizan las tres funciones del lenguaje: sintáctica, semántica y pragmática. De ellas se deriva, además, una doctrina pedagógica de suma actualidad, a saber, que la enseñanza no consiste tanto en transmitir conocimientos ya elaborados cuanto en formular preguntas al oyente e incitarle a que los descubra por sí mismo. Por debajo de estas ideas, que forman la arquitectura del diálogo, existen otras dos que les dan pleno sentido: la distinción entre signo material y significado interior o mental, y la concepción metafísica o teológica de que mundo, hombre y lenguaje son expresión del Dios trinitario en cuanto palabra original y comunicativa. La versión de «El maestro» que aquí brindamos al lector español pone a su disposición ciertos instrumentos que harán más fácil su comprensión: la estructura general del texto, establecida desde el punto de vista de la filosofía del lenguaje como se explicita en la «Introducción»; los epígrafes concretos que señalan cuál es la idea principal de cada párrafo numerado; las abundantes notas que sugieren algunos paralelismos históricos e indican fuentes o posibles influencias; y, al fin, un índice analítico que permite cotejar el sentido dado a un mismo término en diversos contextos.
Hasta la asunción de la filosofía griega por los padres apologistas, la primera teología cristiana adoptó una estructura semítica, cuyos restos perduraron incluso tras su extinción. Se trató de una teología visionaria, dominada por la apocalíptica. Tal es la tesis mantenida por Daniélou en este libro y, fiel a la misma, elabora en él una investigación de interés histórico pero, además, de resonancias teológicas. La traducción ha sido hecha a partir de la versión francesa de 1974, corregida por el autor.
La excepcional claridad y enjundia filosófica de "La filosofía de Kant. Una introducción a la filosofía" han hecho de este libro, desde su aparición, la mejor vía de acceso en lengua española al pensamiento de esa figura mayor de la modernidad. Como su autor advierte ya en el prólogo, esta obra quiere ser, a la vez que una exposición sucinta y clara de la filosofía kantiana, una introducción al estudio de la filosofía en general. García Morente examina en ella la naturaleza del pensamiento lógico, matemático, físico, biológico, metafísico, ético y estético.
En 2004 se cumple un siglo desde que "La Quinzaine" publicara los artículos que forman "Historia y Dogma". En ellos, Blondel examina los papeles que los hechos históricos y el dogma cumplen en la fe. Se trata de evitar una mutua interferncia y una autonomía que los hiciera absolutamente heterógeneos. Mediante su feflexión, Blondel pone sobre la mesa un debate que perdura hasta nuestros días. El presente volumen añade , además, otro estudio de Blondel al respecto, "Sobre el valor histórico del dogma", y se completa con una excelente introducción de César Izquierdo.
En este manual se entiende la gracia como el efecto personal de la salvación que causa la renovación interior del hombre, lo convierte en hijo y amigo de Dios.
El Concilio Vaticano II considera a la santa misa fuente y cima de toda la vida cristiana. La liturgia de la Iglesia, en la que cielo y tierra se encuentran, es para los creyentes profesión viva de fe y encuentro con Dios. En cada santa misa el cristiano se introduce en el centro de la fe. En la siguiente obra el obispo Gerhard Ludwig Müller presenta la misa como un acontecimiento dramático que tiene lugar entre Dios y el hombre y que nos afecta en lo más íntimo. Su recorrido a través de la liturgia proporciona abundancia de tesoros de la fe que el autor muestra a los lectores mediante el comentario de las partes fundamentales de la celebración litúrgica. Con ello, monseñor Müller muestra también que la fe y la doctrina de la Iglesia derivan de la Sagrada Escritura, a luz de una tradición de maás de 2.000 años. De esta forma, la misa puede ser considerada también como doctrina de la fe católica orientada liturgicamente, doctrina que es desarrollada a partir de la fuente de la vida cristiana.
Nos hallamos ante una nueva recopilación de artículos del card. Ratzinger. Siguiendo la tónica de sus últimas publicaciones, el cardenal persigue aclarar y precisar aspectos de la fe especialmente sometidos a discusión en los últimos años. Tal intención determina los argumentos elgidos y el estilo con que se abordan. Respecto a los primeros, destaca, por ejemplo, la exposición que hace de la relación entre la cultura y la Fe. Explica Ratzinger cómo éste no se sitúa en el mismo plano que las culturas, como un elemento más. Al contrario, es capaz de vivificar y corregir todas y capaz, igualmente, de asimilar cuantos aspectos positivos entrañan. En el mismo orden, comenta otras cuestiones, como la historicidad de los textos bíblicos, la dimensión cultural de la Fe, etc. Y, fiel al propósito que le guía, el cardenal se expresa con luminosa concisión, con perfecta claridad. No construye un ensayo creador, sino una síntesis asequible, enderezada a la formación de sus lectores. Esta caracte ística convierte el libro en un escrito apto para un público amplísimo y en un instrumento de la mayor eficacia para ayudar ala fundamentación teórica de los contenidos de la Fe.
Texto completo y sintético de los grandes temas de bioética, desde los fundamentos teóricos a las cuestiones más actuales como la clonación, las células madre, etc.