Al tratar de numerosos aspectos de la Edad Media resulta inevitable repetir el tópico de que fue una cultura profundamente religiosa. Recientes investigaciones han permitido ampliar el conocimiento a campos antes desconocidos de la sociedad medieval, pero siempre como transfondo surge la religión cristiana, verdadero eje de la vida de los hombres: el curso del año se medía por el calendario litúrgico, y todos los acontecimientos, fueran sacros o profanos se desarrollaban en el marco de la iglesia o de la catedral. Hoy, distanciados por el tiempo y por la diferente forma de vida, es difícil comprender aquella mentalidad en la que la Virgen, Jesús y los santos eran referentes cotidianos. Si algo puede todavía ayudar a recuperar ese sentido de devoción popular, es indudablemente la fiesta de la Navidad, con sus tradicionales belenes y villancicos que nos acercan a la vida de Jesús niño.
Pocas interpretaciones tan exactas y objetivas de los santuarios marianos como ésta del papa Juan Pablo II, y desde luego ninguna tan autorizada. Los santuarios son `una específica geografía de la fe y de la piedad mariana`, vividas y alimentadas en el corazón del Pueblo de Dios, de la Iglesia. Esta colección quiere ser una presentación plástica y literaria de los lugaresmás representativos de la geografía española de la fe y de la piedad marianas. En estos lugares se vive y se ha vivido siempre el sentido peregriante de la fe, de la que María es un ejemplo personal y espejo lúcido para los cristianos y para toda la Iglesia. Y esos lugares han sido a lo largo de los siglos, y lo siguen siendo hoy, testigos silenciosos de numerosos reencuentros de hombres y mujeres con su rostro interior, con la verdad largo tiempo arrinconada de sí mismos, en la experiencia del intercambio de miradas con María, de la recuperación balbuciente del diálogo con Dios.
Pocas interpretaciones tan exactas y objetivas de los santuarios marianos como ésta del papa Juan Pablo II, y desde luego ninguna tan autorizada. Los santuarios son `una específica geografía de la fe y de la piedad mariana`, vividas y alimentadas en el corazón del Pueblo de Dios, de la Iglesia. Esta colección quiere ser una presentación plástica y literaria de los lugaresmás representativos de la geografía española de la fe y de la piedad marianas. En estos lugares se vive y se ha vivido siempre el sentido peregriante de la fe, de la que María es un ejemplo personal y espejo lúcido para los cristianos y para toda la Iglesia. Y esos lugares han sido a lo largo de los siglos, y lo siguen siendo hoy, testigos silenciosos de numerosos reencuentros de hombres y mujeres con su rostro interior, con la verdad largo tiempo arrinconada de sí mismos, en la experiencia del intercambio de miradas con María, de la recuperación balbuciente del diálogo con Dios.
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Concebida con el propósito de ayudar a reconocer y comprender las numerosas imágenes que uno de los principales acervos culturales de Occidente ha proporcionado a sus artistas a lo largo de nuestra era, sus más de quinientas entradas, dispuestas en orden alfabético, facilitan al lector la identificación de los santos y personajes bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como una detallada información sobre la simbología e iconografía de colores, números, animales, vegetales alegorías, emblemas y hábitos. Las voces exponen la tradición -vida y leyenda- de los personajes, otorgando especial relieve a los aspectos que han dado lugar a las representaciones, para abordar a continuación su estudio iconográfico. En columna marginal, se incluyen referencias a fuentes antiguas, remisiones a otras voces, atributos del personaje y una sucinta bibliografía. Completada por más de doscientas cincuenta ilustraciones en blanco y negro y treinta y dos láminas impresas en cuatricromía, esta guía constituye una valiosa herramienta para reconocer las principales representaciones religiosas del arte occidental, y se convierte en un acompañante de gran utilidad para los visitantes de iglesias, museos y exposiciones, y para todas aquellas personas que estén interesadas en profundizar en el conocimien-to de una de las principales raíces de nuestra cultura.
Pese al amplio conocimiento de nuestra historia artística, aún quedan vacíos o sorpresas que se han de derivar de fondos desconocidos o de movimientos de obras no registrados. A veces, pinturas que se han mantenido como objetos heredados, no valorados artísticamente, en familias sin una clara formación humanista, aparecen o salen a la luz de modo fortuito convirtiéndose en escalones del conocimiento de un periodo o de un artista concreto. Algo similar ha sucedido con la obra que se estudia en este libro. La recuperación física de un lienzo y el estudio, erudito y bien fundamentado, que el autor hace del mismo, nos devuelve este óleo, posiblemente de Alonso Cano, que podría corresponderse con alguna de las documentadas como inacabadas de los últimos años del pintor.
Se pueden admirar muchas obras románicas. Sin embargo, con mucha frecuencia no comprendemos su significado. Este léxico pretende ayudarnos a descifrar esas imágenes, selladas a la manera del libro misterioso del que nos habla el Apocalipsis, que tanto hacía llorar a San Juan porque ninguno sabía abrirlo. Si los artículos coinciden y no cesan de interfererse unos con otros, eso dice mucho en favor del libro: el símbolo es sencillo, en efecto: se reduce a algunos elementos esenciales que pueden aplicarse de múltiples maneras. Pero lo propio de la obra de arte es que con frequencia se encuentra en ella más de lo que creyó poner su autor. Mil interpretaciones no llegan a agotar una sifonía, cuando su compostior no habría admitido sin duda más que una. Es necesario saber leer esta obra y hacer su propia selección. Con esto queda suficientemente indicada su potencialidad y su riqueza.
La iconografía cristiana tiene como materia propia el repertorio de imágenes con que se hacen sensibles a los ojos los dogmas, ideas, creencias y hechos del Cristianismo. Luis Monreal y Tejada, con el talento de quien ha dedicado largos años de estudio al tema, ofrece en este volumen los elementos necesarios para su observación competente. El lector encontrará una guía eficaz y bien estructurada para transitar con seguridad por el mundo iconográfico cristiano, tanto en los aspectos relacionados con el culto como en los que atañen a la estricta representación. Mayoritarios en la producción artística europea durante siglos, el conocimiento de sus temas y sus significaciones no se hace necesario sólo para el creyente, sino indispensable para todo aquel que quiera penetrar en el entendimiento de la cultura occidental.