Ibn Juzay al-Kalbi began his exegesis of the Quran with an introduction to the various disciplines related to explaining the Quran. One of these topics he included is Sufism. The basic concern of Sufism is the heart: knowing its good and bad qualities, how to rid it of bad qualities, and how to instill it with the good. Sufism is connected to the Quran since the Quran mentions divine knowledge, struggling against the self (nafs), and illuminating and purifying hearts via obtaining praiseworthy character and avoiding blameworthy character. In his work he then covers twelve of these topics: thanks (shukr); Godfearingness (taqwa); remembrance (dhikr); patience (sabr); tawhid; love for Allah; reliance upon Him (tawakkul); vigilance (muraqabah); fear and hope (khawf and raja); repentance (tawbah); and sincerity (ikhlas).
?Read what has been deposited in my ruled lines.? With this command, Ibn al-Arabi starts to see in the Youth the structure of the 560 chapters that will become the Futuhat al-Makkiyah, which he will dictate to his circle of friends. He is recording the knowledge he found etched in light throughout the body of the Youth. The knowledge is whole cloth, but perhaps the one threat that runs throughout is love. In the chapter on love, Ibn al-Arabi explains all by love:? why there is a universe, how particles and molecules come together, how letters ?join together? to ?reproduce? words and become meaningful sentence, and why we always long for what we don?t have. The love he is talking about is ?in love? in English, with other more noble and less insane forms of love being covered by other Arabic concepts. In fact the love he is speaking of is what will spread from Muslim Spain throughout Europe and beyond as chivalry and romantic love. The knight?s love for the unattainable lord?s lady can flourish precisely because it is not a ?real? or consummated relationship. The love for what isn?t characterizes God?s love fo
El sufismo es la tradición mística, el camino espiritual del islam. Poco y mal conocido, genera numerosas incomprensiones, tanto dentro como fuera del mundo islámico. Sin embargo, como afirma el dicho: El Tasawwuf es la perla del Islam. El sufismo es ante todo un camino de conocimiento, de autoconocimiento; el islam es sometimiento consciente a la voluntad divina. El islam es una revelación divina, de esencia eterna y sin prejuicios, que incita al hombre a descubrir sus potencialidades y toda la riqueza que lo anima. Es un mensaje luminoso que apacigua al hombre, lo hace mejor y le impulsa a actuar en el camino de la salvación, de la bondad y de la caridad. El presente libro, escrito por un shaij (maestro) contemporáneo, es un documento de un valor incalculable para introducirse en el mundo del sufismo. La presente edición contiene unos extractos del Diwan del shaij al Alawi.
En terminología sufí, el "Yo Dominante" es el ego producto del entorno familiar, la cultura, el ambiente; mezcla de reacciones automáticas, emociones primitivas y condicionamientos. Esta entidad usurpa el puesto de la verdadera personalidad y crea una falsa apariencia de solidez psicológica, al tiempo que ofusca e inhibe el crecimiento de un nivel más sutil, intuitivo y holístico. Las actividades que tradicionalmente se asocian con los sufis, por ejemplo la danza, el canto, la visualización o el arte geométrico, se utilizan para socavar el control del Yo Dominante y estimular el crecimiento de la dimensión más parecida y fértil. Con la publicación de su libro Los Sufis (también publicado por Kairós) Idries Shah mostró por primera vez al público occidental la huella que este cuerpo de conocimiento había dejado en diversas culturas y épocas. Treinta años después apareció El Yo Dominante, el último libro publicado en la vida de Idries Shah. En el curso de este largo viaje transcultural Shah ha divulgado los cuentos (enseñanzas creadas para familiarizar al lector con patrones de comprensión al margen del pensamiento rutinario); ha mostrado el humor como herramienta para romper con pautas mentales fijas; ha destacado la importancia del arte para cultivar la dimensión profunda del ser humano. En suma, ha sentado las bases de un lenguaje (psicológico, sociológico, espiritual) mediante el cual se puede abordar el conocimiento verdaderamente universal, más allá de las categorías de Oriente u Occidente. No extrañará que autores tan reconocidos en el campo de las letras, las artes y las ciencias como Robert Graves, Doris Lessing, Desmond Morris o Robert Ornstein hayan expresado públicamente su profunda admiración hacia la obra de Idries Shah.
El nombre sufismo sirve de genérico para designar a la dimensión interna o mística del islam; un fascinante universo religioso ligado a determinados santos, textos, santuarios, fraternidades y prácticas espirituales. Por consiguiente, el sufismo brilla por su carácter multifacético. La islamóloga Annemarie Schimmel nos introduce de una forma clara, amena y concisa en el mundo del sufismo. La autora aclara los conceptos fundamentales de la mística islámica; muestra su transformación, desde los orígenes (en el siglo VIII) hasta nuestros días; destaca las figuras más representativas (como Attâr, al-Ghazzâlî, Hallâdj, Ibn Arabî, Rûmî o Suhrawardî, entre tantos); presenta las órdenes, fraternidades y textos emblemáticos, o los desarrollos del sufismo en espacios tan variados como Persia, Arabia, Turquía, Asia Central, la India, el Maghreb, África Sudsahariana, etcétera. Por supuesto, Schimmel ahonda en las prácticas que caracterizan a la mística sufí, un camino interior que culmina en el amor y conocimiento de Dios. Y no deja de atender a las formas populares del sufismo o a su vigencia en la sociedad contemporánea. En definitiva, una introducción muy asequible y rigurosa para familiarizarnos con la dimensión interna del islam.
«El sufí es como un borracho, pero no bebe vino. Está saciado sin haber comido. Es comparable a un rey, pero va vestido de harapos. Se parece a un tesoro que está escondido debajo de escombros y es poseedor de cien soles, estrellas y lunas. El sufí conoce la verdad universal que no se aprende en los libros». La Sabiduría Sufí recorre extraños caminos que conducen a una única meta y si hubiera que buscar una palabra que definiera al Sufismo, sin duda esta sería «Corazón». Estos sabios del Islam, entendido como sumisión a la voluntad divina y no a las autoridades humanas y temporales, buscan la sabiduría en el humor y en la paradoja, en el amor y en la sorpresa continua del espíritu. Las sencillas palabras de los sufís, aplicables tanto a la vida material como a la del espíritu, son como la llave que abre un arcón de tesoros antiguos, inefables e indescriptibles.