«Las formas contemporáneas que someten la vida al poder de la muerte (la necropolftica) ¿llevan a cabo una reconfiguración profunda de la relación entre resistencia, sacrificio y terror? Este ensayo presenta la hipótesis de que la expresión última de la soberanía reside en gran parte en el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quién debe morir. En consecuencia, matar o dejar vivir constituyen los límites de la soberanía, sus atributos fundamentales. Ejercer la soberanía es ejercer el control sobre la mortalidad y definir la vida como el despliegue y la manifestación del poder.»
«Sin duda hay que atribuir a mi gusto por el misterio el amor particular que le guardo a Sofía. Se vive y duerme en ella confortablemente, y ello se debe a su buena altitud. Pero me gusta Sofía por razones mucho menos sanas. Noche y día, uno paladea la ebriedad de la inseguridad; es como estar perpetuamente bajo la amenaza deliciosa de un vértigo. Me hace feliz, entre otras cosas, pasear por la gran calle que cruza el barrio gitano y que lleva directamente a la Macedonia búlgara. Uno siente una especie de voluptuosidad al recibir el aire frenético de los coches o de las motocicletas yendo a cien por hora hacia la jungla terrorista. ¿A quién acaban de secuestrar? ¿Qué mensaje de muerte transmitirán? Por no hablar de la satisfacción que produce acercarse a uno de esos simpáticos agentes de policía, ofrecerle un cigarrillo, darle un golpecito en el hombro y decirle, sin pensar siquiera que no entiende ni una palabra de tu idioma: "Eres un gran tipo, ¡no es culpa tuya que uno no pueda pasarlo bien en tu país!"»
UNO considera repugnante hablar de guerra civil. Y cuando a pesar de todo esto UNO lo hace, es para asignarle un lugar y circunscribirla en el tiempo. Es así en «la guerra civil en Francia» (1871), en España (1936-1939), la guerra civil en Argelia y puede ser muy pronto en Europa. Se notará en este caso que los franceses, siguiendo su natural afeminado, traduzcan la americana «Civil War» por «Guerre de Sécession», para mostrar mejor su determinación a tomar incondicionalmente siempre partido por el vencedor, siendo así también en el caso del Estado. No podemos desprendernos de esta costumbre de otorgar un comienzo, un fin y un límite territorial a la guerra civil, en resumen, de hacer de ella una excepción en el curso normal de las cosas antes que considerar sus infinitas metamorfosis a través del tiempo y el espacio, sino elucidando la maniobra que recubre.
Tot va començar el 2012, quan Artur Mas va tornar de la Moncloa amb la negativa de Mariano Rajoy a abordar un pacte fiscal per a Catalunya. Aquell president de la Generalitat designat a dit per Jordi Pujol va emprendre llavors una carrera imparable abraçat a un independentisme en el qual mai havia militat.Va avançar en la via del desafiament a l?Estat espanyol com qui s?endinsa en un bosc espès i al passar la vegetació es va tancant a l?esquena, en la confiança que el seu rival a la Moncloa cediria o seria obligat a fer-ho pels líders europeus. Què va impulsar Mas a enfilar aquesta direcció? Qui el va influir durant el trajecte? Hi va haver algun moment en què va ser possible canviar el curs de la història i evitar una de les pitjors crisis institucionals i polítiques d?Espanya?
La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar.
Como señala Isaiah Berlin en el extenso prefacio que abre este volumen, GEORGES SOREL (1847-1922) es una figura anómala en la galería de ideólogos, teóricos y profetas del siglo xix. No obstante, un hilo central conecta todo cuanto publicó y propugnó: la idea de que el hombre no busca ni la felicidad ni la paz, ni el conocimiento, ni el poder sobre los demás, ni la salvación en la otra vida, sino su realización a través de la actividad espontánea, libre y creadora, en un denodado esfuerzo por imponer su personalidad mediante el trabajo a un medio hostil y por dar forma al caos que el mundo de la naturaleza y el pensamiento representan. Sus escritos constituyeron la primera gran rebelión contra el ideal racionalista del progreso ilimitado y del bienestar sin tensiones, dentro del marco de un sistema social armonioso en el que las cuestiones sociales quedarían presumiblemente reducidas a problemas técnicos. REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA (1906) es su obra más popular y tal vez la más representativa de su extraña y contradictoria personalidad.
El 10 de diciembre de 2010 Bernie Sanders, el aguerrido senador octogenario de Estados Unidos y curtido por el estado de Vermont, saltó a la palestra del Capitolio armado con una soflama incendiaria en cocción avanzada y, sin prisa pero sin pausa, empezó a declamar una arenga que atrincherado le tuvo en el estrado durante prácticamente todo el pleno.
Al igual que el mayor temor de los líderes sindicales es la emancipación efectiva de los trabajadores, la pesadilla recurrente de los intelectuales es el desenmascaramiento de la verdad: eso les llevaría, de un día para otro, a buscar su sitio en la interminable cola del INEM. Hoy en día, la función del intelectual suele consistir en amenizar con sus parloteos la creación del último evento. Hace algo más de una década se trató de los «atentados terroristas del 11 de septiembre», en la actualidad hablamos de la «crisis». Pero si nos olvidamos de tanta pamplina estéril, recordaremos lo que ya sabíamos: el terror y la crisis son, ante todo, maneras de gobernar. Ante el terror y ante la crisis, la máquina imperial justifica sin dificultad la puesta en marcha acelerada de sus nuevos dispositivos de control. ¿Nuestra respuesta? ¿Nuestra estrategia? Devenir máquinas de guerra anti-imperiales y acumular, clasificar y difundir todos los saberes-poderes que puedan contribuir a este objetivo.
Como señala Isaiah Berlin en el extenso prefacio que abre este volumen, Georges Sorel (1847-1922) es una figura anómala en la galería de ideólogos, teóricos y profetas del siglo XIX. No obstante, un hilo central conecta todo cuanto publicó y propugnó: la idea de que el hombre no busca ni la felicidad ni la paz, ni el conocimiento, ni el poder sobre los demás, ni la salvación en la otra vida, sino su realización a través de la actividad espontánea, libre y creadora, en un denodado esfuerzo por imponer mediante el trabajo su personalidad a un medio hostil y por dar forma al caos que el mundo de la naturaleza y el pensamiento representan. Sus escritos constituyeron la primera gran rebelión contra el ideal racionalista del progreso ilimitado y del bienestar sin tensiones dentro del marco de un sistema social armonioso en el que las cuestiones sociales quedarían presumiblemente reducidas a problemas técnicos. " Reflexiones sobre la violencia " (1906) es su obra más popular y tal vez la más representativa de su extraña y contradictoria personalidad.
He aquí la crónica del primer año en el poder de Ada Colau, la primera alcaldesa de Barcelona. Sus orígenes, su programa electoral y su victoria causaron sensación, sorpresa y controversia. Entre la ilusión de sus partidarios y los recelos y críticas de sus adversarios, la alcaldesa que salió del activismo social es el centro de atención y de polémica en una ciudad que es modelo de éxito internacional y a la vez sufre todas las consecuencias de la crisis económica y de las desigualdades sociales. La llegada de Colau a la alcaldía puso en alerta a policías locales, empresarios del sector turístico, hoteleros, organizadores de ferias y eventos globales y otros sectores de la sociedad civil. Con errores, aciertos y rectificaciones, Ada Colau ha comprobado que entre lo dicho y lo hecho suele haber un trecho. Y más cuando se trata de liderar una Barcelona que ha sido llamada la Sodoma y Gomorra de Europa pero también la ciudad de los prodigios.
Todo movimiento de independencia es en sí mismo un proceso revolucionario. El de Cataluña no se puede comprender en su dimensión completa sólo como un problema de integridad territorial sino como un asalto a la estructura del Estado, a los fundamentos del régimen democrático. El más importante y decisivo de los ataques contra el modelo constitucional, mucho más largo e intenso que el 23-F y más global que el conflicto vasco. Una descomunal patraña convertida en arma de destrucción masiva mediante el adoctrinamiento pedagógico y la perfecta aplicación del manual de propaganda populista. El viejo, recurrente proyecto del nacionalismo identitario actualizado en el bucle de una distopía. Una magistral operación de agitprop envuelta en el maquillaje emocional de los mitos; la apoteosis de la ficción como soporte de la política. La llamada revolución de las sonrisas no era más que la revolución de las mentiras. Este libro es una crónica de la fase aguda de la crisis que ha tensionado hasta el límite de la ruptura el modelo español de convivencia. Una reflexión fundamental para comprender las causas remotas e inmediatas que han conducido a este crucial desafío a nuestra democracia.
Justicia, razón, responsabilidad, virtud, gloria. Son palabras que han perdido vigencia en el moderno discurso político. A través de ocho ejercicios sobre la reflexión política Hannah Arendt muestra cómo podemos volver a destilar la esencia vital de esos conceptos tradicionales y emplearlos para valorar nuestra posición actual y recuperar un marco de referencia para el futuro. Su único objetivo al redactarlos es «adquirir experiencia en cuanto a cómo pensar» y no «inventar novedosos sucedáneos con los que se pueda cerrar la brecha entre pasado y futuro». En estos ejercicios «lo que importa sólo es cómo moverse en esta brecha, la única región en la que, quizá, al fin aparezca la verdad». Participar en ellos constituye una forma activa de asociarse con una de las mentes más originales y fecundas de nuestro siglo.
Una mañana de abril de 2012, Chen Guangcheng emprendió la huida. Llevaba cuatro años de prisión y dos de arresto domiciliario por actuar como «abogado descalzo» ?letrado sin título? defendiendo los derechos de los más desfavorecidos. Tardó casi un día entero en salir de su aldea: ciego desde la infancia, Chen había tenido que memorizar el recorrido de su fuga, a través de muros y patios del vecindario, para no tropezar con los guardias que rodeaban su casa, que en realidad ocupaban todo el pueblo para vigilarle. Días después, y tras una persecución en coche, consiguió llegar a la embajada estadounidense en Pekín. Aunque allí empezaría otra batalla que iba a pelearse al más alto nivel. Esta es la historia de un hombre que se rebeló contra el destino que le esperaba como invidente en la China rural de los ochenta, a quien nadie enseñó a leer y escribir hasta los dieciocho años, que llegó a la universidad a costa de no comer para pagar la matrícula y que desde el principio tuvo claro que debería luchar para ganarse sus derechos más básicos como ciudadano. Es la historia de un activista inusual que nunca aceptó que le pusieran límites y siempre creyó en la capacidad del espíritu humano de superar cualquier obstáculo.