"Las estrategias fatales", que podría subtitularse Confesiones de un intelectual del fin de siglo, es uno de los más sagaces libros de Jean Baudrillard, un autor al que se ha calificado como el sociólogo por antonomasia de la era posmarxista, como un profeta de la posmodernidad. En este libro, Baudrillard retoma, sistematizándolo y llevándolo al límite, su análisis de la sociedad en términos de simulacros: toda la realidad social ha llegado hoy día a su punto de «éxtasis», un vanishing point donde las cosas, privadas de su finalidad y de su referencia, «sobreactúan», por así decir, hasta convertirse en formas vacías, puros objetos fascinantes. Baudrillard nos propone una «apuesta»: puesto que la posición del sujeto productor de sentido es ya imposible de mantener, ¿por qué no aceptar el placer de la seducción muda del objeto, su ironía y su fatalidad? O sea: la apariencia contra la llamada profundidad, el juego y la regla contra la ley, el destino y la fatalidad contra la historia y la necesidad, el Mal, su ironía y su inmoralidad, contra el Bien y el principio de lo real. Frente a las teorías banales, en las que el sujeto se cree más astuto que el objeto, las teorías fatales, en las que el objeto, más astuto, cínico y genial que el sujeto, lo espera irónicamente en un recodo.
El marco de las ciencias sociales está cambiando, aunque haya quien todavía continúe con viejas recetas que impiden encontrar respuestas a los problemas que afronta la sociedad. Los viejos enfoques no permiten ya afrontar la complejidad y las paradojas que tienen lugar en la vida social. La Investigación Participativa no ofrece un listado de soluciones, pero sí las propicia. Las propuestas que se derivan de su metodología se ajustan más y mejor a la realidad concreta porque parten de las opiniones de sus actores. Los trabajos aquí reunidos nos acercan, no sólo desde una perspectiva teórica, sino también a través de algunas experiencias prácticas realizadas en diversas ciudades, al apasionante mundo de la Investigación social participativa, que busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la actuación de los propios colectivos investigados.
Este libro proporciona una introducción general de los conceptos y principales temas de la problemática sociológica de una forma sencilla, pero eficaz. Los tres autores han conseguido un texto sólido, con gran coherencia en cuanto a contenidos y estructura. Se trata de una obra moderna no sólo en su contenido y en su visión didáctica, sino también, por la propia mirada sociológica con que aborda la disciplina.Posee dos aspectos pedagógicos fundamentales:1) muestra sobre los mismos fenómenos sociales, interpretaciones distintas, y2) introduce recuadros muy interesantes sobre lo que los sociólogos han dicho o pueden decir sobre temas muy diversosMantiene una perspectiva muy cualitativa, en la línea de la Sociología más puntera y seria, y no pierde de vista el aspecto de la aplicación del conocimiento sociológico en la solución de los problemas sociales de las sociedades modernas.Cada capítulo incluye un valioso glosario sobre los principales conceptos sociológicos utilizados y una serie de ejercicios de repaso sobre los temas tratados, que permiten plantear reflexiones críticas sobre las diversas cuestiones que aborda.Los ejemplos y los casos presentados son actuales o históricamente relevantes para comprender el presente y, aunque se tiene la situación sociológica de Estados Unidos como referencia central, abundan los datos referidos a contextos sociales y culturales de todo el mundo. En la traducción se han añadido algunas referencias a la Unión Europea, y se han incluido también algunas fotografías que acercan al lector a nuestro contexto cultural hispano.
El derecho a la libre circulación y el trabajo del extranjero, sindicatos y asociaciones de inmigrantes, junto a un esbozo del mapa de asentamientos étnicos, forman la cuestión y el panorama de problemas y oportunidades de la inmigración en España.
Si la responsabilidad de Max Horkheimer en la organización y la financiación del trabajo intelectual del Instituto para la Investigación Social (Escuela de Francfort) es de sobras conocida, no lo es tanto su pensamiento. En los trabajos aquí traducidos por el profesor Román G. Cuartango puede comprobarse un talante filosófico y teórico peculiares al que nos introduce el profesor Antonio Aguilera. En "Materialismo y metafísica", en "Egoísmo y movimiento liberador", en "Autoridad y familia", se perciben las huellas de un pensamiento comprometido con los movimientos liberadores y con el conocimiento social que podía apoyarlos. En esas páginas Horkheimer se muestra consciente de lo que impulsa a una filosofía concebida como respuesta histórica a otras alternativas filosóficas, a la fenomenología y la filosofía de la vida, al positivismo. Con la distancia histórica que no olvida el horror insondable de una guerra mundial que llevó a los campos de exterminio y a la bomba atómica, que recuerda unos años sesenta como explosión de ilusiones que se disolvieron hace tiempo, es posible comprender algo mejor a un filósofo que reflexionóy quiso intervenir en ese tiempo. La obra de Horkheimer, junto a la de los viejos francfortianos, fue al mismo tiempo acicate para el deseo utópico y luego freno odiado para una generación que llegó a creer que la mera imaginación podía convertirse en poder político, en un acto de mera decisión sin condiciones de posibilidad. Hoy la filosofía de Horkheimer, su contenido de verdad, se muestra como indispensable para comprender la prehistoria de nuestra situación y a la vez como revulsivo ante un futuro previsible. Se abre a una memoria histórica involuntaria que invoca algo no cumplido, pero esta vez lo debería hacer desde el rigor de un concepto que diera fuerza a la imaginación al contrastarla con la dura realidad y contra el conformismo que genera (la metafísica del utilitario y del deporte), en favor de una naturaleza externa e interna maltratadas.