Contaminación de los ríos, embriones congelados, virus del sida, agujero de ozono, robots ¿Cómo comprender estos objetos extraños que invaden nuestro mundo? ¿Proceden de la naturaleza o de la cultura? Hasta aquí, las cosas eran simples: para los científicos, la gestión de la naturaleza; para los políticos, la de la sociedad. Pero esta división tradicional del trabajo no puede explicar la proliferación de híbridos. De allí el sentimiento de pavor que generan y que los filósofos contemporáneos no consiguen disipar. ¿Y si hubiéramos tomado el camino errado? De hecho, nuestra sociedad moderna nunca funcionó de acuerdo a la gran división que sustenta su sistema de representación del mundo: la que opone radicalmente la naturaleza a la cultura. En la práctica, los modernos no dejaron de crear objetos híbridos, que proceden tanto de la una como de la otra y que se niegan a pensar. Nunca fuimos verdaderamente modernos. Y es este paradigma fundador el que es preciso cuestionar hoy para comprender nuestro mundo. Traducida a más de veinte lenguas, NUNCA FUIMOS MODERNOS renovó profundamente los debates en la antropología en tanto modificó por completo la división entre naturaleza en singular y culturas en plural. Al ofrecer una alternativa al postmodernismo, Bruno Latour abrió nuevos campos de investigación y brindó a la ecología posibilidades políticas inéditas.
Euskal kulturaren eta euskararen gaurko egoera, fikzioak eta ajeak, literatur jardun propioa, itzulpengintza, homologazio nahia eta normalizazioa, mitoak eta desmitifikatzaileak Barru hustuketa bat da Saizarbitoriak egiten duena liburu honetan, datorren milurtekoaren atarian bera kezkatzen duten gure errealitate sozio-kulturalaren hainbat alderdi mahai gainera ateratzen dituena.Jarrera kritikoa erakusten du, alde batekoekin bezala, bestekoekin ere, hiperkritiko izan beharra baitago euskal kulturaren mundu ofiziala, edo ofizial modukoa, sobera pozik ageri denean gaur egungo gure egoerarekin.Saizarbitoriaren jarrera kritikoa ez da erosoa, haatik; batez ere, legezkoa denez, ñabartua, zehaztua eta independientea izateko grinatik sortua delako.
Vampiros y zombies posmodernos ofrece la clave para conocer el origen y el significado cultural de la figura literaria y cinematográfica del no-muerto, y analiza las últimas mutaciones sufridas tanto por los descendientes del conde Drácula como por los muertos vivientes. El lector encontrará, en la primera parte, una breve explicación de la figura del no-muerto basada en los clásicos literarios que establecen su paradigma Frankenstein o el moderno Prometeo, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El retrato de Dorian Gray y Drácula. Estos siniestros personajes surgen en el romanticismo inglés en respuesta a las consecuencias más materialistas del cientificismo radical de la Ilustración. Y la popularidad de la que todavía gozan en el imaginario colectivo es debida a la continuada vigencia del desencantamiento del mundo, pues representan un modo mítico de afrontar el tan humano temor a la absurdidad de la existencia. La extraordinaria proliferación de novelas, series y películas realizadas en los últimos años testimonian el creciente interés por las criaturas de la oscuridad. Así, pese a proseguir su evolución literaria, los no-muertos encuentran su público mayoritario en las pantallas y resultan ser cada vez más ambivalentes, amigables o seductores. Por esta razón, la segunda parte del libro se centra plenamente en el mundo del cinematógrafo. Así, citando más de 150 horror movies y comentando muchos de ellos, se ilustran los profundos cambios a los que las películas tanto de zombis como de vampiros se han visto expuestas en las últimas décadas. En tal discusión se abordan, entre otras muchas cosas, fenómenos sociales como el de los adolescentes seguidores de la saga de Crepúsculo o el éxito de series como Sangre Fresca o Crónicas vampíricas, en los que los chupasangres han conquistado una libertad de la que nunca habían gozado, asemejándose cada vez más al modo en que el hombre actual se piensa a sí mismo.
La gesti¢n del pluralismo cultural se ha convertido en una asignatura ineludible para las diferentes sociedades democr ticas. Los conflictos nacionalistas, los emergentes movimientos ind¡genas y los procesos de integraci¢n de los inmigrantes ponen de relieve como la multiculturalidad debe de ser fen¢meno estudiando desde la perspectiva de los derechos humanos. Una de las caracter¡sticas de este mbito es la complejidad ya que se producen simult neamente implicaciones entre diferentes niveles de an lisis lo que revaloriza especialmente el enfoque multidisciplinar. En los £ltimos a¿os, la reflexi¢n intercultural sobre estos temas ha sido abundante desde la ¢ptica antropol¢gica, sociol¢gica, filos¢fica y jur¡dica. Paralelamente el d¡a a d¡a de las agendas pol¡ticas de las democracias ha afrontado cuestiones que ten¡an una vinculaci¢n explicita con las denominadas pol¡ticas de la identidad. Sin embargo, esta importante interrelaci¢n entre teor¡a y pr ctica no siempre ha sido puesta de relieve adecuadamente, ocult ndose, en ocasiones, en debates poco productivos con un trasfondo emotivo. Desde este prisma, surge la necesidad de una reflexi¢n seria sobre la identidad cultural y sus implicaciones, desde la correcta conjugaci¢n del binomio teor¡a y practica, con un enfoque multidisciplinar y desde una adecuada articulaci¢n en los derechos humanos.
Al calor del auge minero que revolucionó Bizkaia y la zona limítrofe de Cantabria durante el último tercio del siglo XIX, las actividades mineras fueron ocupando paisajes que hasta entonces se conservaban prácticamente vírgenes. Al mismo tiempo, la gran cantidad de mano de obra que se demandaba, produjo que en torno a las explotaciones mineras y al objeto de evitar traslados diarios de personal, se fueran creando algunos asentamientos humanos en lugares nunca antes habitados. Estos nuevos barrios surgidos en ocasiones de forma improvisada y otras propiciados y amparados desde las compañías mineras, fueron contando, poco a poco, con una población estable y con los servicios más básicos que los residentes demandaban como eran el suministro de agua potable, la instalación de escuelas, la asistencia médica y eclesiástica, la celebración de fiestas patronales y la creación de una pequeña red de comercio para el abastecimiento alimenticio del vecindario. La convivencia en esos asentamientos reforzó las relaciones humanas y contribuyó a la formación de comunidades vecinales con una identidad propia y a la asunción por parte de sus moradores, de un sentimiento de pertenencia al barrio en que habitaban. De la misma manera que el origen de estos barrios estuvo ligado al desarrollo de las explotaciones mineras, su devenir y su decadencia también dependió de aquellas. El agotamiento de los filones supuso el declive y desaparición de un buen número de estos enclaves como núcleos habitados, quedando sus ruinas como muestra de un patrimonio minero aún por rescatar. En este trabajo de investigación se hace un repaso de los casos más destacados de estos barrios que vivieron sus momentos de gloria cuando la actividad minera se encontraba en su punto más álgido y que hoy en día han desaparecido por completo o permanecen anclados en el mayor de los olvidos.