Agradecer a China todas sus aportaciones y su generosidad es sin duda un acto de justicia. Especialmente para Pedro Nueno, profesor de dirección de empresas y autor de este libro, quien ha encontrado en este país el mejor aliado para difundir por el mundo la enseñanza universitaria y para fundar varias escuelas de negocios que han contribuido al desarrollo económico y social en diversos países. El autor reflexiona sobre las razones por las que China es el único país capaz de cuestionar la hegemonía de los Estados Unidos. Gracias, China es el resultado de estas reflexiones y un análisis de un país que no deja de sorprendernos por su capacidad de generar trabajo, su contribución al desarrollo tecnológico, sus rutas comerciales, la potenciación de servicios como la sanidad, el turismo especializado, la banca y los servicios financieros, entre muchos otros aspectos destacables. Un libro sobre el pasado reciente, el presente y el futuro del gigante asiático, cuyo rumbo puede darnos algunas pistas de lo que sucederá: apertura a la inversión extranjera, con ritmos constantes de crecimiento, corrigiendo posibles desequilibrios. Si esta tendencia se mantiene, concluye el autor, tarde o temprano China se convertirá en lo que ya todos sospechamos: la primera economía del mundo y una potencia difícil de superar.
Un mensaje produce una determinada respuesta por parte del otro; si se emite entre personas de la misma cultura, puede predecirse fácilmente, pero entre culturas distintas, la predicción se complica, porque simplemente los códigos de comunicación verbal y no verbal no coinciden, de ahí la importancia de favorecer la comunicación intercultural, objetivo principal de estas páginas. El libro se dirige a profesores que ejercen la docencia desde el último ciclo de Primaria hasta la universidad, así como a educadores que trabajan en ámbitos no formales. Cada una de las ocho unidades didácticas se centra en un aspecto o dimensión cultural concreta, con multitud de actividades encaminadas a desarrollar habilidades de comunicación, ya que la mayoría de los valores, actitudes y comportamientos se reflejan en la interacción comunicativa y son de origen cultural
¿Cómo podemos explicar los orígenes de la gran oleada de odios que parecen inevitables en nuestro mundo -desde los francotiradores norteamericanos y el DAESH a Donald Trump, desde un aumento del nacionalismo vindicativo en todo el planeta al racismo y la misoginia en las redes sociales?- En este libro Pankaj Mishra responde a nuestra perplejidad volviendo su mirada al siglo xviii antes de llevarnos al presente. Muestra que, a medida que el mundo fue alcanzando la modernidad, los que no lograron disfrutar de la libertad, la estabilidad y la prosperidad que aquella les prometía se convirtieron cada vez más en blanco de los demagogos. Muchos de los que llegaron tarde a este nuevo mundo -o fueron dejados de lado por él- reaccionaron de manera similar: con un odio intenso a supuestos enemigos, intentos de reconstruir una edad de oro perdida y la autoafirmación a través de una violencia cruel y espectacular. Los militantes del siglo xix surgieron de esas filas de desafectos -jóvenes airados que se convirtieron en nacionalistas culturales en Alemania, revolucionarios mesiánicos en Rusia, chovinistas belicosos en Italia y anarquistas que practicaban el terrorismo en todo el mundo-. Hoy, como entonces, la amplia adopción de la política de masas y de la tecnología así como la búsqueda de la riqueza y el individualismo han dejado sin rumbo a miles de millones de personas en un mundo desmoralizado, desarraigado de la tradición, pero aún lejos de la modernidad, con los mismos terribles resultados. Si bien urgen las respuestas al desorden del mundo, es imprescindible hacer antes el diagnóstico adecuado. Y nadie como Pankaj Mishra para hacerlo.
Se le llama ojo de halcón a una tecnología que se ha generalizado en los grandes torneos de tenis para dilucidar con exactitud aquello que escapa al ojo humano. Desde las alturas, el halcón es capaz de captar los pequeños detalles y percibirlos con asombrosa nitidez, mientras que a ras de suelo no posee más agudeza visual que muchos otros animales. De un modo semejante escudriña el filósofo el mundo que le rodea: no es que vea más que los demás porque sí, sino que desarrolla una especial sensibilidad para conciliar la perspectiva de lo concreto con la perspectiva de lo general. La filosofía es cambiar de plano, detectar aspectos singulares de la realidad y dotarlos de mayor significado al pensarlos en su contexto. En este original ensayo, Manuel Cruz echa mano de esta metodología de enfoque para interpretar situaciones de la vida cotidiana, de nuestra condición de seres humanos, de las dinámicas sociales, de los avatares políticos y de la lectura que realizan de los sucesos públicos el periodismo y las redes sociales, siempre con un ojo puesto en el caso particular y otro en una escala más amplia: la cultura, la historia y la experiencia vital. El resultado es un personal retrato de la sociedad española y del mundo contemporáneo que no se apega a lo que se da por obvio, por sabido, ni a lo que dicta el sentido común, sino que se atreve a repensar los cánones, las normas y los paradigmas establecidos. Un retrato, en definitiva, que atraerá a los amantes de la filosofía y a todas aquellas personas que gustan de mirar con espíritu crítico cuanto les rodea.
El milagro de mindfulness nos presenta unos ejercicios para aprender el arte de mindfulness. Asimismo, el maestro acompaña su explicación con emotivas anécdotas que nos ayudarán a entender mejor sus enseñanzas y a lograr una mayor paz interior.
Para afrontar los retos globales del presente necesitamos primero comprender el entorno donde se desarrolla la vida humana. Este breve ensayo considera, con ayuda de la ciencia, cuestiones filosóficas como de dónde venimos y quiénes somos. Sobre otra cuestión clásica, adónde vamos, un análisis de la evolución humana demuestra que el sentido de la existencia es seguir participando en la Creación. Debemos organizar la vida individual, las sociedades y la política para hacer una contribución positiva con ese propósito, que evite la destrucción. Existen tres desfases que hacen difícil participar en la Creación: el desfase humano, donde los instintos luchan con la razón, el desfase político, en el que la democracia debe controlar los abusos, y el desfase global, puesto que los retos globales requieren medios adecuados más allá del estado tradicional. Todos esos problemas hacen que pueda preverse una zona de peligro en el futuro, cuando tendrá que reforzarse la gobernanza mundial.