Bajo esa quizá atrevida, quizá novedosa, pero seguro que estimulante hipótesis, el de la defensa de la humanidad y el del socialismo del siglo XXI serían en el fondo un mismo tema, pues solamente un neosocialismo sería capaz de enfrentarse en el mismo acto a la cuestión de la justicia social, propia del socialismo de todos los tiempos, y a la defensa de las múltiples asechanzas a que en nuestros días se ven sometidas tanto la naturaleza en su conjunto como la propia especie humana en particular. El presente libro pretende recoger, de manera similar a los que los que le precedieron y siguiendo la costumbre establecida por nuestra asociación hace ya varios años, una selección de las ponencias que en el curso de los mencionados días de los meses de noviembre de 2009 y 2010 se presentaron en el Koldo Mitxelena Kulturunea de Donostia dentro de aquellas dos tan estimulantes como fructíferas ediciones de encuentros anuales.
En esta obra, Bernard Crick, una de las figuras más sobresalientes de la izquierda intelectual, nos ofrece una breve introducción a la historia, teoría y práctica del Socialismo, mostrando cómo y por qué se ha desarrollado como idea, qué ha significado en diferentes contextos y señalando las diferentes líneas de política práctica que derivan de las distintas concepciones de este sistema. Mediante una exposición brillante y rigurosa, el autor trata el socialismo en su contexto más amplio y cubre tanto sus formas marxistas como no marxistas, en la teoría y en la práctica. Este libro proporciona una base de entendimiento clara y sencilla, tanto para el lector en general como para el estudiante interesado en el tema del socialismo y su lectura resulta imprescindible para todo aquel que trate de adentrarse en la política contemporánea.
«Los escritos de Southworth, implacables y tajantes, impusieron nuevos niveles de seriedad al escribir sobre la Guerra Civil.»Paul Preston «Durante cuarenta años los españoles fueron obligados a tragarse una falsa historia de su país, y los efectos secundarios de una dieta tan asquerosa difícilmente pueden desaparecer en unos meses. La derecha española, ahora obligada a compartir la palabra oral y escrita con aquellos a quienes hace solo unos pocos años arrojaron a la cárcel por desafiar a los escritos oficiales de gente como Ricardo de la Cierva, todavía defiende una interpretación reaccionaria de la Historia Contemporánea.» Estas palabras, con las que el autor prologó en 1986 una reedición de El mito de la cruzada de Franco, cobran un nuevo relieve a la luz del actual panorama historiográfico español. Esta edición, en la que Paul Preston ha revisado y actualizado el trabajo de quien fue su maestro, rescata una obra que mantiene el mismo valor que cuando fue publicada por primera vez en 1963.
«Una pregunta ha inspirado su trabajo: si la izquierda actual puede sostener con éxito un discurso patriótico español que reconozca a la vez la plurinacionalidad de España sin que ello repela a quienes, respectivamente, desconfían de una cosa u otra. Hubiera sido interesante preguntarse también por quienes pudieran ser indiferentes hacia ambas cosas. En cualquier caso, este libro no pretende responder a esta pregunta, que quizá no tenga respuesta en el plano apriorístico de la reflexión teórica. Este es un libro de historia que ofrece buenos materiales y recursos para abordarla. Estos materiales y recursos son los análisis históricos de experiencias pasadas, que no son iguales a las actuales, pero sí en alguna medida análogas. Las analogías que laten en algunos momentos del libro quedan al albur del lector. Y es bueno que así sea, pues, por paradójico que resulte, los materiales historiográficos son útiles al debate político actual cuando se elaboran de manera autónoma con respecto a él, cuando el análisis del pasado coge fuerza de inquietudes presentes, pero no se hace desde el presentismo. Solo así se puede aprender de un pasado que no sea un mero reflejo de los anhelos o frustraciones actuales. La utilidad que este libro tiene para el debate político se debe a que es un libro de historia que está teórica, metodológica y técnicamente muy bien construido. Eso hace que también sea atractivo para quien no esté interesado en el debate actual, sino simplemente en la historia, o afronte el debate actual desde convicciones políticas distintas. Su autor hace acopio de multitud de fuentes, las procesa críticamente, utiliza marcos interpretativos actuales para tratar de entender el pasado desde sus propios parámetros y construye un relato con pulso narrativo. Ello tiene más mérito si se considera el marco cronológico y espacial que abarca, inusualmente amplio en un trabajo de investigación.» (Juan Andrade)
El Diccionario biográfico del socialismo histórico navarro es una obra emprendida en 2007 por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pública de Navarra Ángel García-Sanz Marcotegui con el objetivo de recuperar para la memoria las personas que han formado parte del movimiento socialista en Navarra. En el se traza la trayectoria vital de aquellos militantes que tuvieron alguna actividad política o sindical desde el último tercio del siglo XIX hasta mediados del XX. Una vez completados todos los volúmenes, la obra recogerá las semblanzas de unos tres mil socialistas y ugetistas. En este cuarto volumen, realizado con la colaboración de Ana María González Gil, se han incluido más de seiscientas voces correspondientes a las letras «M», y «N».
Este libro es heredero de una corriente investigadora de las ciencias sociales cuyo objeto de análisis es el de la relación entre la cultura, la sociedad y el Estado. Desgraciadamente, en España no se puede hablar con rigor de un corpus teoricum sobre este tema. Fue ésta precisamente una de las motivaciones principales de esta investigación: la de contribuir al conocimiento a través de la ciencia política de las relaciones entre el Estado y la sociedad, desde el ámbito de la cultura en un periodo concreto de la España democrática de finales del siglo XX. En España, la constitución del Ministerio de Cultura institución en la que se centra este libro se produjo con la recuperación de la democracia, en 1977, casi veinte años más tarde que en Francia. Así, el recién constituido Ministerio de Cultura, que asumió competencias antes dispersas en tres antiguos ministerios del régimen franquista, se tuvo que amoldar, en primer lugar, a los preceptos constitucionales; en segundo lugar, a la nueva situación administrativa de un Estado compuesto; y, finalmente, en tercer lugar, a la entrada sin ambages de España en la Comunidad Económica Europea a mediados de la década de los ochenta. Este periodo de tiempo, entre 1982 y 1996, en el que se sucedieron varios gabinetes socialistas, delimita temporalmente el objeto de esta obra. Fue en este tiempo cuando se consolidó la estructura órganica del Ministerio de Cultura, hoy actual Secretaria de Estado de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.
Los bienes comunales son fundamentales para la supervivencia de comunidades humanas, tanto desde el punto de vista colectivo como individual. La autonomía local de los comunales fue precisamente el blanco contra el que arremetieron las principales potencias imperialistas durante la primera globalización anterior a la Primera Guerra Mundial. El socialismo europeo, que alcanzó su madurez en esta época, puede entenderse como una defensa de los bienes comunales. Sin embargo, la posibilidad de coordinar su lucha con la defensa del común en la agricultura de los propios países o de países colonizados no resultó fácil. Y en el caso ruso y posteriormente soviético, la revolución socialista y la revolución agraria de 1917 seguirían trayectorias completamente diferentes. Hoy en día, frente a una globalización depredadora, los bienes comunales son aún más importantes que en ningún otro momento de la historia, pues no se trata solo de la defensa de bienes agrarios como bosques, pastos o ríos, sino también bienes inmateriales como el patrimonio cultural, el conocimiento o los códigos jurídicos. La clave consiste en articular estrategias de defensa y solidaridad entre las luchas necesariamente locales y las globales.
Un temps, un país, un partit. Aquests són els tres grans punts de partida que serviran a Àngel Ros, alcalde de Lleida i president del PSC, per desgranar tot el seu pensament polític amb la collaboració dAlbert Sáez, director adjunt dEl Periódico. I el format escollit fuig de convencionalismes. El periodista exposa tres quadres, tres estampes que descriuen lèpoca actual de crisi (un temps), la qüestió nacional en el debat polític a Catalunya (un país) i la trajectòria del PSC (un partit). I el polític hi respon com a alcalde, com a catalanista i com a socialista, respectivament. I ho fa amb el convenciment de qui viu la política del dia a dia, amb passió, amb vocació de servei, amb una mirada crítica i aportant-hi solucions alternatives.
La legislatura del Partido Popular ha dejado los derechos bajo mínimos. La construcción de un nuevo país pasa por derogar lo esencial de su obra legislativa, colocando en su lugar leyes justas, respetuosas con los derechos y libertades de las personas. El presente libro lanza propuestas de transformación con ese doble objetivo de identificar las regulaciones que demoler y sugerir las medidas que podrían reemplazarlas. Aspira, con ello, a convertirse en herramienta útil para quienes anhelan el cambio.Recorriendo diferentes materias de importancia capital, los autores van planteando reformas tangibles, todas coincidentes en un propósito: el de lograr un país donde primen la igualdad, la democracia y la justicia social.Este volumen es iniciativa de Contrapoder, blog de opinión, análisis crítico y debate de eldiario.es, cuyos editores son Gonzalo Boye, Isabel Elbal, Rafael Escudero y Sebastián Martín.En él han colaborado, además, Rosa Ana Alija, Alfons Aragoneses, Daniel Arribas, Roberto Benito, Manuel Cancio, Bartolomé Clavero, Beatriz Galiana, Daniel J. García, Eduardo Garzón, Adoración Guamán, Francisco Jurado, Begoña Marugán, Albert Noguera, Patricia Orejudo, Pilar Eirene de Prada, Rafael Sanz, Víctor Vázquez y Luis S. Villacañas.
Durante los más de treinta y cinco años de exilio que siguieron a la Guerra Civil, el Partido Socialista Obrero Español trató de encontrar una solución al debate entre república o monarquía. Esa cuestión era, en su opinión, el principal obstáculo para que los españoles pudieran disfrutar de una democracia estable tras la caída del dictador. La respuesta dada por los socialistas fue el plebiscito, que dejaba a decisión del pueblo español cuál había de ser la institución que le gobernase. Con esa intención, los socialistas consiguieron firmar en los años cuarenta el Pacto de San Juan de Luz, que selló la colaboración entre socialistas y monárquicos liberales en un intento de poner fin al franquismo. El ideal plebiscitario fue mantenido por el PSOE a lo largo de todo el franquismo, y se convirtió en la referencia con la que se establecieron los prolongados contactos entre las distintas fuerzas de oposición al régimen, que sentaron los fundamentos para la Transición.
El capitalismo sufre su crisis más profunda y la izquierda carece de respuestas: una reflexión lúcida e irónica sobre la situación actual En medio de una profunda crisis económica, provocada por los excesos del capitalismo, sería de esperar un auge de la izquierda. Pero los partidos laboristas, socialistas y socialdemócratas se desangran en toda Europa. Parece haber cada vez menos izquierda, pero ¿qué ocurre con los izquierdistas? ¿Se han convertido en unos sin techo de las ideas de progreso, desquiciados por las incongruencias de la izquierda oficial? Irene Lozano recorre las causas de su aturdimiento desde la caída del Muro de Berlín, para esbozar lo que a su juicio deberían ser las "ideas-fuerza" de la izquierda hoy. Con originalidad y perspicacia, la autora aborda el declive del papel del intelectual en la discusión pública, en un ensayo que hará pensar y disfrutar a los lectores. Sólo han de cumplir un requisito: estar dispuestos a dejarse sorprender durante tres horas y cuarto.
¿El concepto de izquierda sigue teniendo sentido hoy día? Desde hace tiempo en Occidente este conjunto de convicciones parece estar empañado y en declive. Casi ninguna de sus grandes metas históricas ha logrado realizarse y resulta difícil creer que alguna idea de izquierda vaya a conseguir modelar el futuro próximo. Europa, y en cierto sentido el mundo, tiende a la derecha. Todos los esfuerzos de la izquierda para adaptarse a los nuevos tiempos han sido insuficientes. La derecha en su forma globalizada y mediática ha sido la verdadera sorpresa del panorama político-cultural del principios del siglo XXI: promete felicidad y bienestar para todos. Está muy al día en cuanto a imagen y técnicas de propaganda, quiere parecer moderna y vital. Es el Monstruo Amable, el rostro sonriente de este nuevo despotismo que degradará a los hombres «sin atormentarlos». La consolidación de este modelo ha impuesto la noción de que las distinciones ideológicas ya están superadas, ha descabalado los principios de la izquierda y ha alejado a una gran masa de sus simpatizantes naturales. La izquierda ya no encaja con el mundo en que vivimos hoy. Se ha visto obligada a aligerar drásticamente sus aspiraciones y sus ideales han ido haciéndose cada vez más genéricos y conciliadores. A sus partidarios les toca ahora una tarea descomunal: buscar nuevos contenidos a la altura de los tiempos capaces de llenar de formas modernas el envoltorio ya casi vacío en el que todavía se lee «izquierda».