Las tecnologías vinculadas al uso y difusión de la información han impactado de manera notable en el ámbito bibliotecario, no sólo revolucionando los procesos de catalogación, búsqueda de información y gestión de las colecciones, sino también en la digitalización de los materiales existentes, a los que se suman los millones de contenidos que diariamente registra Internet, en diferentes formatos. Las innovaciones tecnológicas asociadas con la web social -organizada bajo la premisa de la participación y el conocimiento colectivo- han revitalizado aún más la función bibliotecaria e incluso se han convertido en la plataforma idónea para el crecimiento de las llamadas bibliotecas virtuales y las bibliotecas 2.0. Además, el lanzamiento en el mercado masivo de los nuevos dispositivos móviles para la lectura digital (tablets, e-readers y teléfonos inteligentes) implica cambios profundos en la forma en que los ciudadanos leen, se apropian, relacionan e intercambian sus lecturas. Los textos impresos se han transformado profundamente hasta convertirse en contenidos digitales. Esto ha supuesto una revolución en la forma como éstos son creados, editados o distribuidos; y también ha modificado sustancialmente la forma de lectura y uso en los distintos contextos: personales, profesionales y de ocio. Las habilidades de lectura, especialmente de la reflexiva y crítica, influirán en la capacidad del usuario para aprender e informarse. Estas habilidades son tanto de naturaleza cognitiva, como afectiva, psicológica, tecnológica y social. Y el ciudadano las deberá adquirir especialmente en los centros educativos, siendo reforzado su aprendizaje en la biblioteca. Esta colaborará en el acompañamiento formativo e informativo del ciudadano para construir las bases de una cultura multi-informacional generadora de conocimiento, que contemple todo tipo de contenidos, soportes y formas de acceso a la información. En un futuro cercano, los libros electrónicos y la lectura digital en las bibliotecas ocuparán un lugar primordial, y para ello esta institución ha de crear espacios que faciliten el intercambio, la colaboración y el acceso a diversos títulos en todos los formatos posibles, apostando porque cada lector obtenga el libro de su interés y en el dispositivo y formato que le resulte más conveniente.
Se ha señalado en muchas ocasiones que, debido a la inadecuación e insuficiencia de la norma ISBD(A) (International Standard Bibliographic Description for Older Monographic Publications), quienes la han adoptado para la descripción de sus impresos antiguos, han tenido que realizar modificaciones o adaptaciones, con resultados no siempre satisfactorios. Lo preocupante es que las modificaciones se han realizado de forma particular, sin un acuerdo general. Los autores de este Manual cubren el objetivo de proporcionar a los bibliotecarios de habla hispana un vademécum para la construcción de descripciones de impresos antiguos de acuerdo con esa norma, tomando en consideración y analizando, además, las modificaciones previstas en el proceso de revisión al que está siendo sometida actualmente. Indican, pues, cómo aplicar la norma, pero proponiendo algunos cambios o soluciones no contemplados en la misma. Su propósito es el de ayudar a los catalogadores de impresos antiguos a construir registros bibliográficos más coherentes. Por otra parte, esta obra quiere ser una primera aportación en España a un debate necesario sobre la aplicabilidad de la norma internacional y un primer paso hacia la construcción de un código descriptivo que asuma plenamente la problemática y la singularidad de los impresos antiguos. Consideran que el Manual resultará de utilidad tanto para los bibliotecarios especializados en el tratamiento de impresos antiguos, como para los bibliotecarios que, aunque trabajen habitualmente con impresos modernos, pudieran en algún momento verse obligados a catalogar una pequeña colección de impresos antiguos. Situación que no es en modo alguno algo ciertamente demasiado excepcional. No ofrecen, por lo mismo, un Manual de nivel elemental para catalogadores principiantes. Presumen en el lector un conocimiento suficiente de la norma y, lógicamente, atienden más en pormenor a algunos puntos especialmente complicados, sin por ello dejar de citar más brevemente todos los aspectos menos discutibles. Respecto a los aspectos más relevantes y conflictivos ofrecen una mayor profundización teórica y una demostración práctica, lo que en algunas ocasiones dará pie a nuevas interpretaciones de la norma, con discusión y rechazo de algunos puntos, y propuestas de nuevas alternativas. Conscientes de que en la actualidad la catalogación se lleva a cabo en entornos automatizados, han considerado conveniente relativizar algunos aspectos tradicionalmente importantes, como la aplicación de la puntuación prescrita entre áreas y entre los diversos elementos de algunas áreas. Tratan, por tanto, de ayudar a eliminar la ambigüedad y las dificultades que plantea en determinados casos la aplicación rigurosa de la norma. El libro abarca un nivel completo de descripción, por lo que el catalogador encontrará en él todas las posibilidades y podrá ajustar la profundidad de las noticias catalográficas a las necesidades de su biblioteca. Se incluyen exclusivamente directrices para la descripción bibliográfica y en ningún caso se ofrecen normas para la elección de los encabezamientos ni para la presentación de los correspondientes puntos de acceso, aunque obviamente se aludirá de vez en cuando a esas otras partes del registro bibliográfico puesto que se han propuesto, al mismo tiempo, ofrecer informaciones útiles para la interpretación de las noticias bibliográficas de impresos antiguos, que pueden encontrarse en repertorios bibliográficos de todo tipo y en catálogos de bibliotecas. De ahí la presencia de algunos capítulos, uno por ejemplo dedicado a examinar la problemática de la data tipobibliográfica, y de varios apéndices.