Además de por su talla teológica y su altura humana, Joseph Ratzinger será recordado sin duda por sus predicaciones. Ya antes de ser elegido papa, sus homilías eran piezas magistrales de acercamiento a los textos bíblicos, partiendo de los preguntas y problemas del hombre actual. Como papa, su estilo ha ascendido aún más, al ensancharse su corazón de predicador con las experiencias más universales del ministerio petrino. Este libro ofrece todas las homilías de Benedicto XVI que conservamos para el año litúrgico correspondiente al ciclo A. Completa el libro de homilías de Benedicto XVI para el ciclo C (publicado en 2015 por la BAC). Al tratarse del primer ciclo se han incluido en esta publicación también las homilías del inicio de su papado, auténticos tesoros de predicación y de vida cristiana.
Jeremías, el profeta de las lamentaciones, fue muy poco citado entre los Padres Apostólicos, pero muchos autores posteriores le prestaron bastante atención, incluyendo a Orígenes, Teodoreto de Ciro, Jerónimo, Cirilo de Alejandría y Efrén el Sirio. Justino e Ireneo usaron a Jeremías para distinguir entre cristianos y judíos. Atanasio lo usó para los debates trinitarios. Cirilo de Jerusalén, Ireneo, Basilio el Grande y Clemente de Alejandría recurrieron a Jeremías para las exhortaciones sobre ética. Las Lamentaciones, como se puede suponer, fueron enseguida asociadas con pérdidas y muerte. Destaca en este sentido La oración para el funeral de Melecio de Gregorio de Nisa. Por extensión los Padres vieron las Lamentaciones como una descripción de los retos que afrontan los cristianos en un mundo caído. Algunos autores antiguos se traducen aquí por primera vez. A través de ellos el lector obtendrá conocimiento y coraje en la vida de la fe tal como era vista por los ojos de estos veteranos pastores.
Una buena homilía engarza en pocas palabras la enseñanza contenida en el evangelio con las circunstancias concretas del hombre y de la mujer de hoy, sin perder nunca de vista la tradición y el magisterio de la Iglesia y la experiencia espiritual de los padres de la Iglesia. Esto es precisamente lo que nos ofrece este libro: reflexiones sobre el evangelio ferial para ser leídas en privado o escuchadas desde el púlpito. Reflexiones que nacen de la intensa sabiduría y experiencia espiritual de su autor.
La liturgia de la Palabra pretende ayudar a escuchar la palabra del Evangelio, señalando el contenido principal de su mensaje. Aunque está estructurado según la liturgia dominical del ciclo B, este no es un libro de homilías al uso: las explicaciones de los evangelios aquí recogidas no son en realidad homilías ya elaboradas, listas para ser pronunciadas, sino más bien explicaciones, indagaciones que profundizan en su contenido. Pueden servir para preparar una homilía, pero también ofrecen un estímulo para la meditación y la oración. Las preguntas finales de cada capítulo quieren precisamente avivar la reflexión personal, poniendo el acento sobre los puntos principales y promoviendo un encuentro con el mensaje del Evangelio, con la fuerza vital que contiene y que cada lector, cada oyente, debe descubrir personalmente.
La Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro 2013, primera en el pontificado del papa Francisco, ha dejado grandes gestos, grandes momentos, grandes imágenes, grandes alegrías, grandes experiencias de fe... y grandes discursos y homilías que es necesario releer y reavivar. Este libro es una recopilación de todos esos discursos e intervenciones: el encuentro con los periodistas en el vuelo de ida el 22 de julio; la misa en Aparecida y la visita al Hospital San Francisco de Asís de la Providencia el día 24; la fi esta de acogida de los jóvenes el día 25; el Vía crucis el viernes 26; la vigilia de oración del sábado 27, y la santa misa de la Jornada de la Juventud, el encuentro con los voluntarios y la ceremonia de despedida el día 28. El libro recoge las 21 alocuciones del papa bajo un único título, el lema de la jornada, que constituye un programa de futuro, el futuro, cargado de retos y desafíos para todos, jóvenes y no tan jóvenes: «Id y haced discípulos a todas las naciones» (Mt 28,19).
Gianfranco Ravasi selecciona en esta obra una abundante representación de personajes bíblicos y crea con ellos una rica galería de retratos. Santos, patriarcas, profetas, sabios, apóstoles, políticos, ancianos, héroes... se presentan a lo largo de la obra siguiendo la progresión de los domingos, fiestas y solemnidades del año cristiano, según el ciclo trienal de las lecturas bíblicas propuestas por la liturgia. De esta manera se ofrece en cada domingo o fiesta un personaje de las Sagradas Escrituras que revela el tema de ese día, encarna su mensaje, representa su alma y traza su admonición moral. Una forma inédita y hasta insólita de unir Biblia y liturgia. El autor procura animar el texto proyectando en él las aportaciones de una formación técnica de primer orden: el sólido encuadre topográfico e histórico, la precisión etimológica, el recurso a los apócrifos y a la literatura hebrea y la mención ocasional a la exégesis moderna, todo ello con un lenguaje sencillo y cordial.
En este tercer volumen de la serie de los Sermones parroquiales se incluyen veinticinco sermones predicados en la iglesia de Saint Mary's en Oxford. El genio humano y cristiano de Newman, que ya era una autoridad no exenta de polémica en Inglaterra, vuelve a brillar en ellos con toda lucidez. Con un conocimiento de la Escritura poco común, el autor, todavía anglicano, describe con belleza y en toda su riqueza a la Iglesia como instrumento de salvación, como continuidad de Cristo en la historia a través de los sacramentos. Unas convicciones defendidas con fuerza y que llevarían a Newman, en no mucho tiempo, a la conversión al catolicismo.
Entre 1835 y 1838, periodo al que pertenecen los sermones que encontramos en este cuarto volumen de la serie de los Sermones Parroquiales, Newman se halla en plena evolución desde el anglicanismo hacia el catolicismo. Su batalla contra el racionalismo liberal de los protestantes, que considera corruptor de la fe y ajeno al anglicanismo reformado que él promueve, tiene ya una formulación: la Via Media. A pesar de la declarada intención «práctica» de sus sermones, Newman tiene claro que «el fin de la predicación no es convertir a la gente» sino que «el predicador cristiano, al emplear sus propias palabras, no puede pretender ser más que un Juan Bautista que prepara el camino del Evangelio». Y el poder del Evangelio para convencer y convertir está en «la Iglesia, los sacramentos, etc., y en la vida de las personas buenas».
La presente traducción es la primera edición íntegra de esta obra que se publica en lengua castellana. Las ocho Homilías sobre el Eclesiastés, escritas probablemente entre los años 378 y 381, son un buen testimonio del método exegético y de la preocupación pastoral de Gregorio. La enseñanza contenida en ese libro del Antiguo Testamento constituye para el obispo de Nisa una exhortación a apartarse de la vanidad del vicio y a orientar la vi-da según la virtud. Su doctrina está emparentada con el ideal griego antiguo, que proponía precisamente el camino de la virtud como medio para lograr una vida feliz. Pero a esta concepción ética de la Grecia clásica Gregorio le aporta la gran novedad de la fe cristiana: el Logos hecho carne, la Palabra del Padre proferida en la humanidad de Jesús, que muestra el camino de la recuperación de aquella santidad que el ser humano perdió en los orígenes. Cristo se presenta, entonces, como el verdadero «eclesiastés», que convoca a la Iglesia y, con una sabiduría superior al rey sabio, cura todas las enfermedades de la humanidad doliente. En la obra destaca la presencia de una antropología que se apoya en dos pilares fundamentales: el libre albedrío y la condición del ser humano en situación de caída. El discurso de Gregorio apunta a que el oyente de las homilías reconozca su situación de dolencia y acepte al Médico que se le propone para su curación. La salud total es algo que se alcanzará en la dimensión escatológica, cuando se dé la participación plena en los bienes del Resucitado. El estilo es sencillo, en consonancia con las características de la audiencia de las homilías: la comunidad eclesial. Con frecuencia se emplean imágenes vivaces, tomadas de la experiencia cotidiana. La explicación alegórica facilita la comprensión de la enseñanza, y la belleza del discurso, en fin, invita a una lectura sabrosa del texto bíblico.
En Vida de fe, partiendo de textos del Nuevo Testamento, el autor explica qué es la fe, y cómo puede acrecentarla el cristiano. Un modo seguro es seguir el ejemplo de vida de fe de Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra.
Los dos libros que se incluyen en este volumen no aparecen en la Biblia hebrea, aunque sí en la Septuaginta y en la Vulgata. Por ello son catalogados como «deuterocanónicos». Como se podrá ver por los comentarios incluidos en estas páginas, salvo escasos escritores eclesiásticos de los siglos iii-v, la Iglesia Católica los ha considerado inspirados por Dios y dentro del canon bíblico, como lo definió el Concilio Ecuménico de Trento (1546) y lo ratificó el Vaticano I (1870). En los tres primeros siglos cristianos, los escritores citan el libro de la Sabiduría como inspirado por Dios. En los siglos siguientes, a excepción de algunos, como san Atanasio, san Jerónimo, san Epifanio o san Juan Damasceno, por ejemplo, consideraban la Sabiduría como libro apto para la edificación de los fieles, pero no para probar los dogmas, y también como canónico. Así, san Agustín defendió su inspiración frente a los semipelagianos. Estos titubeos afectaron a muchos comentaristas patrísticos, que no se fijaron con detenimiento en este libro. A pesar de ello, el lector contemporáneo puede encontrar en estas páginas las interpretaciones más importantes de las distintas regiones cristianas de la Antigüedad. También las dudas sobre la inspiración del texto de Sirac, o libro del Eclesiástico, y sobre todo al carácter primordialmente moral de su contenido, pusieron en un segundo lugar los comentarios de los exegetas cristianos de los primeros siglos. De esta manera encontramos el primer comentario completo sobre este libro a finales del siglo viii, de manos de Rábano Mauro. No obstante, sus exhortaciones a la práctica de la virtud fueron objeto de muchos sermones y exhortaciones patrísticas. Un ejemplo de este interés de la exégesis primera son las glosas paradigmáticas de los autores orientales y occidentales del cristianismo antiguo que recuerdan las páginas del presente volumen.
Al filo de los Evangelios dominicales y festivos del tercer año del ciclo trienal (año C), la obra ofrece una amplia y selecta antología de textos de autores cristianos de todos los tiempos, desde los Padres Apostólicos hasta autores recientes, que han comentado o se han referido a estas perícopas evangélicas. No existía en castellano todavía un material de este tipo. Hay algunos comentarios patrísticos a los textos de la Escritura pero no siempre hacen justicia a la riqueza de los textos de la tradición por cuanto su selección depende en exceso de una búsqueda informatizada de los mismos adecuando demasiado estrechamente los versículos a los textos que los comentan. La riqueza de la lectura que hace de la Escritura la tradición de la Iglesia supera esa metodología. Se comprobará enseguida en esta antología. No son textos de comentario temático, sino que más bien envuelven al texto bíblico en una atmósfera de oxígeno que hacen que su lectura sea muy novedosa y vivificante para nuestra mentalidad racionalista. Para cada domingo se han seleccionado unos cuatro comentarios. Esto no quita para que en bastantes de ellos, dada la concentración del evangelio o la fecundidad de textos, los comentarios hayan dado para más en contenido y número y, por ello, se haya ampliado esa media de cuatro comentarios por domingo. La obra se completa con un índice y glosario de autores.
Desde su ordenación como pastor anglicano hasta su muerte como cardenal católico, la figura de Newman no deja de sorprender por la coherencia de su trayectoria. En estos Sermones parroquiales, un clásico de la espiritualidad cristiana que ha inspirado a todas las generaciones de cristianos desde su predicación entre 1825 y 1833 hasta hoy, se encuentran ya las semillas de todos los grandes temas que el teólogo inglés desarrollará durante su vida y obra. Desde la cercanía del párroco y no desde la distancia del teólogo, demostrando su enorme conocimiento de la psicología humana, de la Sagrada Escritura y de las tentaciones y pruebas que atraviesan los cristianos en el mundo, nos introduce en los temas centrales del cristianismo y la salvación. El presente volumen es el primero de la serie completa de los Sermones parroquiales. Con la fuerza, frescura y la audacia en él habituales, Newman vuelve a desafiar nuestra razón y conmover nuestro corazón.
En los últimos años han aparecido con mucha aceptación diferentes comentarios a los evangelios de la misa de cada día con enfoques variados, que están ayudando mucho a la participación en la celebración de la eucaristía. En este contexto, la primera lectura, especialmente cuando está tomada del Antiguo Testamento, pasa desapercibida sin pena ni gloria en la celebración de la eucaristía. Precisamente para evitar ese olvido, el profesor Antonio Rodríguez Carmona ha escrito esta obra con el deseo de que sirva de ayuda a todos aquellos que, sin menoscabo de la importancia que tiene la lectura evangélica, quieran prestar atención a las primeras lecturas, aprovechando la gran riqueza que ofrecen sus textos, una auténtica introducción al conocimiento de la Biblia.