El libro está escrito teniendo en cuenta la problemática de que cuando Dios se torna cuestionable, incierto... cuando se le excluye y rehuye, todo se tambalea, la vida personal, familiar, moral, social... Dios tiene que entrar en la vida para que sea real y verdadera la fe.
Este volumen contiene cuarenta y cuatro homilías pronunciadas por san Óscar A. Romero desde el primer domingo de Adviento (27 de noviembre) de 1977 hasta la fiesta del Corpus Christi (28 de mayo) de 1978, correspondientes al ciclo A. En este periodo destacan dos rasgos fundamentales de Mons. Romero. En primer lugar, él nunca da un rodeo para pasar de largo, sino que empleando sus propias palabras «sale al encuentro del pobre herido en el camino», se acerca al pueblo, lo consuela, anima. En segundo lugar, en estas homilías aparece la honda espiritualidad personal del arzobispo de San Salvador y el esfuerzo permanente por indicar el camino del seguimiento de Jesús. Su predicación no deja indiferente a nadie. Todavía hoy resuena en sus palabras la voz del profeta que desenmascara la falsa religión, que, lejos de expresar la fe en Jesús, sirve para encubrir las injusticias.
Todos los tiempos de la historia de la humanidad y de cada persona en particular tienen su dosis de oscuridad, de confusión De muchas maneras los orantes expresan su deseo de claridad, y suelen saciarlo escrutando la Palabra de Dios. Estas reflexiones buscan responder a ese anhelo a fin de que la palabra proclamada cada domingo sea luz para todos los creyentes: para aquellos que se acercan de manera personal o en grupo y también para aquellos que tienen la tarea de predicar a la asamblea congregada. Somos hijos de la luz y del día; no somos de la noche ni de las tinieblas (1 Tes 5,5).
De todas las formas de predicación, la predicación de exequias es la que coloca al predicador ante la tarea más difícil. Las homilías de este libro pretenden prestar una ayuda en la tarea de enterrar a los muertos y consolar a los que lloran de una manera digna y expresiva La homilía de difuntos exige del predicador no sólo una preparación seria y concienzuda, sino sobre todo una cercanía interior a la realidad vital a la que va a referirse la predicación. Esta cercanía al acontecimiento que ha reunido en ese momento a las personas le da también la capacidad de encontrar las palabras humanas, el tono auténtico y el vocabulario comprensible para todos. Todo ello, con el fin de formular un mensaje que se pueda creer. De ahí el cuidado en la preparación de tales homilías. Quien se las saca de la manga con un minuto de preparación en la sacristía o se limita a una pieza de oratoria o a un ensartado de vaguedades y generalidades clericales hace un daño inconmensurable. Nunca se escucha tan críticamente como en los entierros. No ha de faltar tampoco el tacto, la delicadeza y el respeto a la intimidad de los variados asistentes. El calor humano, un gran corazón y un pedazo de sabiduría adquirido en la experiencia de la vida son un don divino para el predicador en estas circunstancias de la existencia humana.
La Liturgia de la Palabra pretende ayudar a escuchar la palabra del Evangelio, señalando el contenido principal de su mensaje. Aunque está estructurado según la liturgia dominical del ciclo C, este no es un libro de homilías al uso: las explicaciones de los Evangelio s no son en realidad homilías ya elaboradas, listas para ser pronuncia das, sino más bien explicaciones, indagaciones que profundizan en su contenido. Pueden servir para preparar una homilía, pero también ofrece n un estímulo para la meditación y la oración. Las preguntas finales d e cada capítulo pretenden avivar la reflexión personal, poniendo el acento sobre los puntos principales y promoviendo un encuentro con el mensaje del Evangelio, con la fuerza vital que contiene y que cada lector, cada oyente, debe descubrir personalmente.
El autor de esta obra se sumerge en los textos sagrados, los repiensa y los actualiza con la ayuda de santos de todas las épocas, escritores, pontífices, literatos y padres de la Iglesia para acercar la palabra de Dios a la vida diaria de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Son, así pues, comentarios en los que se disfruta de la Palabra de Dios vivida y transmitida en estos veinte siglos de cristianismo. Las páginas de este libro, siempre basadas en la lectura de la Palabra de Dios que la Iglesia ofrece cada domingo, son estímulo e invitación para la reflexión, la oración y la puesta en práctica del Evangelio. Su estilo, rico, concreto y elegante, rezuma profundidad y piedad.
Este libro completa otra obra de homilías del mismo autor, titulada La palabra cada domingo, correspondiente a los tres ciclos litúrgicos de los domingos y días festivos. Por eso este libro no está destinado solamente al responsable del servicio de la palabra del pueblo fiel, sino también y especialmente a todo creyente, grupo cristiano, comunidad religiosa y miembros de institutos seculares y equipos apostólicos que desean meditar y orar, personal o comunitariamente, al ritmo de la palabra de Dios cada día del año.
En otras palabras contiene una serie de reflexiones sobre el evangelio del domingo. Con el lenguaje propio de una conversación normal, el autor busca suscitar en el lector -o en el oyente, si fuera el caso de escuchar estos comentarios como ?homilías no convencionales?- unas renovadas ganas de vivir, presentándonos un Dios cercano a nuestras vidas. La brevedad y frescura de cada comentario no resta en ningún caso profundidad a su contenido. El resultado es un texto con suficiente hondura para ser meditado y que, a la vez, puede provocar una sonrisa.
Conocer, gustar y vivir la Palabra Comentario a todos los evangelios dominicales del Ciclo A. En el título del presente libro Conocer, gustar y vivir la Palabra, quedan sintetizadas las diversas dimensiones de la oración. La oración es un acto de toda nuestra persona y, como tal, tiene que ver con la inteligencia (conocer), con el corazón (gustar) y con nuestra voluntad (vivir). El autor ha intentado aunar un lenguaje sencillo y claro con hondura de contenido, conocimiento técnico con una visión pastoral actualizad, fidelidad a la Palabra con libertad de espíritu ante los signos de los tiempos.
Conocer, gustar y vivir la Palabra Es un comentario a los textos evangélicos de domingos y fiestas. El libro está escrito con lenguaje sencillo y claro, vivo y actual. Apto para todo cristiano, tenga formación o no, y puede ser una valiosa ayuda para el conocimiento del Evangelio, la oración personal y comunitaria, la formación y reflexión en grupos, y la preparación de homilías y catequesis.
Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el Papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus y del Regina caeli. Por ese motivo han sido reunidas aquí las que recogen referencia expresa de Benedicto XVI a los textos litúrgicos de la misa dominical. Por ser este volumen cronológicamente el primero en publicarse, recogemos en este ciclo C las predicaciones con ocasión de solemnidades, fiestas o memorias de los santos.
La homilía dominical es un momento importante de la celebración, pero en muchas ocasiones no es completamente aprovechado por los sacerdotes, a los que les resulta difícil conectar con la feligresía. Más que una escuela de exégesis científica, la homilía ha de ser testimonio vivo de cómo las palabras de la Escritura calan en la vida cotidiana. El Vaticano II exhorta a todos los fieles al contacto cotidiano con la Escritura en la meditación y en la oración. La profunda experiencia espiritual de Tomás Spidlík aflora en estas páginas para ofrecer una clave que favorece la lectura y la meditación del evangelio de cada domingo. Apoyado en los escritos de los padres de los primeros siglos, Tomás Spidlík invita a volver sobre la Sagrada Escritura para descubrir en el a un nuevo significado.
El libro está escrito teniendo en cuenta la problemática de que cuando Dios se torna cuestionable, incierto... cuando se le excluye y rehuye, todo se tambalea, la vida personal, familiar, moral, social... Dios tiene que entrar en la vida para que sea real y verdadera la fe.
Este volumen contiene cuarenta y cuatro homilías pronunciadas por san Óscar A. Romero desde el primer domingo de Adviento (27 de noviembre) de 1977 hasta la fiesta del Corpus Christi (28 de mayo) de 1978, correspondientes al ciclo A. En este periodo destacan dos rasgos fundamentales de Mons. Romero. En primer lugar, él nunca da un rodeo para pasar de largo, sino que empleando sus propias palabras «sale al encuentro del pobre herido en el camino», se acerca al pueblo, lo consuela, anima. En segundo lugar, en estas homilías aparece la honda espiritualidad personal del arzobispo de San Salvador y el esfuerzo permanente por indicar el camino del seguimiento de Jesús. Su predicación no deja indiferente a nadie. Todavía hoy resuena en sus palabras la voz del profeta que desenmascara la falsa religión, que, lejos de expresar la fe en Jesús, sirve para encubrir las injusticias.
Todos los tiempos de la historia de la humanidad y de cada persona en particular tienen su dosis de oscuridad, de confusión
De muchas maneras los orantes expresan su deseo de claridad, y suelen saciarlo escrutando la Palabra de Dios. Estas reflexiones buscan responder a ese anhelo a fin de que la palabra proclamada cada domingo sea luz para todos los creyentes: para aquellos que se acercan de manera personal o en grupo y también para aquellos que tienen la tarea de predicar a la asamblea congregada. Somos hijos de la luz y del día; no somos de la noche ni de las tinieblas (1 Tes 5,5).
De todas las formas de predicación, la predicación de exequias es la que coloca al predicador ante la tarea más difícil. Las homilías de este libro pretenden prestar una ayuda en la tarea de enterrar a los muertos y consolar a los que lloran de una manera digna y expresiva La homilía de difuntos exige del predicador no sólo una preparación seria y concienzuda, sino sobre todo una cercanía interior a la realidad vital a la que va a referirse la predicación. Esta cercanía al acontecimiento que ha reunido en ese momento a las personas le da también la capacidad de encontrar las palabras humanas, el tono auténtico y el vocabulario comprensible para todos. Todo ello, con el fin de formular un mensaje que se pueda creer. De ahí el cuidado en la preparación de tales homilías. Quien se las saca de la manga con un minuto de preparación en la sacristía o se limita a una pieza de oratoria o a un ensartado de vaguedades y generalidades clericales hace un daño inconmensurable. Nunca se escucha tan críticamente como en los entierros. No ha de faltar tampoco el tacto, la delicadeza y el respeto a la intimidad de los variados asistentes. El calor humano, un gran corazón y un pedazo de sabiduría adquirido en la experiencia de la vida son un don divino para el predicador en estas circunstancias de la existencia humana.
La Liturgia de la Palabra pretende ayudar a escuchar la palabra del Evangelio, señalando el contenido principal de su mensaje. Aunque está estructurado según la liturgia dominical del ciclo C, este no es un libro de homilías al uso: las explicaciones de los Evangelio s no son en realidad homilías ya elaboradas, listas para ser pronuncia das, sino más bien explicaciones, indagaciones que profundizan en su contenido. Pueden servir para preparar una homilía, pero también ofrece n un estímulo para la meditación y la oración. Las preguntas finales d e cada capítulo pretenden avivar la reflexión personal, poniendo el acento sobre los puntos principales y promoviendo un encuentro con el mensaje del Evangelio, con la fuerza vital que contiene y que cada lector, cada oyente, debe descubrir personalmente.
El autor de esta obra se sumerge en los textos sagrados, los repiensa y los actualiza con la ayuda de santos de todas las épocas, escritores, pontífices, literatos y padres de la Iglesia para acercar la palabra de Dios a la vida diaria de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Son, así pues, comentarios en los que se disfruta de la Palabra de Dios vivida y transmitida en estos veinte siglos de cristianismo. Las páginas de este libro, siempre basadas en la lectura de la Palabra de Dios que la Iglesia ofrece cada domingo, son estímulo e invitación para la reflexión, la oración y la puesta en práctica del Evangelio. Su estilo, rico, concreto y elegante, rezuma profundidad y piedad.
Este libro completa otra obra de homilías del mismo autor, titulada La palabra cada domingo, correspondiente a los tres ciclos litúrgicos de los domingos y días festivos. Por eso este libro no está destinado solamente al responsable del servicio de la palabra del pueblo fiel, sino también y especialmente a todo creyente, grupo cristiano, comunidad religiosa y miembros de institutos seculares y equipos apostólicos que desean meditar y orar, personal o comunitariamente, al ritmo de la palabra de Dios cada día del año.
En otras palabras contiene una serie de reflexiones sobre el evangelio del domingo. Con el lenguaje propio de una conversación normal, el autor busca suscitar en el lector -o en el oyente, si fuera el caso de escuchar estos comentarios como ?homilías no convencionales?- unas renovadas ganas de vivir, presentándonos un Dios cercano a nuestras vidas. La brevedad y frescura de cada comentario no resta en ningún caso profundidad a su contenido. El resultado es un texto con suficiente hondura para ser meditado y que, a la vez, puede provocar una sonrisa.
Conocer, gustar y vivir la Palabra Comentario a todos los evangelios dominicales del Ciclo A. En el título del presente libro Conocer, gustar y vivir la Palabra, quedan sintetizadas las diversas dimensiones de la oración. La oración es un acto de toda nuestra persona y, como tal, tiene que ver con la inteligencia (conocer), con el corazón (gustar) y con nuestra voluntad (vivir). El autor ha intentado aunar un lenguaje sencillo y claro con hondura de contenido, conocimiento técnico con una visión pastoral actualizad, fidelidad a la Palabra con libertad de espíritu ante los signos de los tiempos.
Conocer, gustar y vivir la Palabra Es un comentario a los textos evangélicos de domingos y fiestas. El libro está escrito con lenguaje sencillo y claro, vivo y actual. Apto para todo cristiano, tenga formación o no, y puede ser una valiosa ayuda para el conocimiento del Evangelio, la oración personal y comunitaria, la formación y reflexión en grupos, y la preparación de homilías y catequesis.
Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el Papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus y del Regina caeli. Por ese motivo han sido reunidas aquí las que recogen referencia expresa de Benedicto XVI a los textos litúrgicos de la misa dominical. Por ser este volumen cronológicamente el primero en publicarse, recogemos en este ciclo C las predicaciones con ocasión de solemnidades, fiestas o memorias de los santos.
La homilía dominical es un momento importante de la celebración, pero en muchas ocasiones no es completamente aprovechado por los sacerdotes, a los que les resulta difícil conectar con la feligresía. Más que una escuela de exégesis científica, la homilía ha de ser testimonio vivo de cómo las palabras de la Escritura calan en la vida cotidiana. El Vaticano II exhorta a todos los fieles al contacto cotidiano con la Escritura en la meditación y en la oración. La profunda experiencia espiritual de Tomás Spidlík aflora en estas páginas para ofrecer una clave que favorece la lectura y la meditación del evangelio de cada domingo. Apoyado en los escritos de los padres de los primeros siglos, Tomás Spidlík invita a volver sobre la Sagrada Escritura para descubrir en el a un nuevo significado.