Sobre Hitler se ha investigado casi todo: desde sus oscuros orígenes familiares hasta los últimos días de su vida en el búnker. Lo que sigue resultando un enigma son las razones que explican cómo fue posible que un hombre tan mediocre arrastrase a millones de seres humanos a una catástrofe semejante. Laurence Rees, autor entre otros muchos libros de éxito de Auschwitz, se ha propuesto responder a esta pregunta, cuya respuesta no se encuentra en los archivos. Porque si bien se ha documentado ampliamente, bajo la supervisión del profesor Ian Kershaw, y ha revisado a fondo todo el material cinematográfico filmado en vida de Hitler, su fuente principal han sido los centenares de entrevistas que, a lo largo de más de veinte años recorriendo el mundo como realizador de documentales para la BBC, ha realizado a quienes fueros testigos, víctimas o cómplices de los actos del líder nazi. Sus testimonios, publicados en estas páginas por primera vez, arrojan una nueva luz sobre uno de los períodos más dramáticos de la historia del siglo XX.
Armado con la erudición más actualizada, apoyándose en un descomunal trabajo de investigación en el que siguen prevaleciendo las cartas y los diarios de los combatientes, y desplegando sus asombrosos recursos narrativos -que le permiten casar los grandes acontecimientos con las anécdotas más reveladoras-, Beevor nos muestra aquí el inmenso retablo global de una guerra que aún hoy sigue estremeciendo a los lectores.
La espiral belicista que llevó aparejada la creación del Imperio japonés desde finales del siglo XIX arrastró a centenares de miles de jóvenes japoneses a experimentar los horrores de la guerra. Seleccionada por Diego Blasco Cruces, " No esperamos volver vivos " reúne una amplia muestra tan reveladora como sugerente de testimonios provenientes no sólo de los célebres kamikazes que, cuando todo estaba ya perdido, partían a inmolarse contra objetivos enemigos, sino también de muchos otros participantes en los frentes de la Segunda Guerra Mundial, a menudo desgarrados o perplejos ante el contraste entre el deber y el sentido del honor inculcados y la funesta realidad que habían de afrontar.
Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en uno de los libros de referencia de historia militar en la última década en nuestro país. Un libro riguroso y a la vez ameno, repleto de aquellos sorprendentes detalles, de lo cotidiano del conflicto, que también fueron decisivos para definir el cambio de rumbo de la Historia. Jesús Hernández ha investigado un poco más allá de estrategias y versiones oficiales para crear este anecdotario, y arrancar así una sonrisa o alguna que otra cara de asombro. El libro aporta, además del centenar de anécdotas, otro capítulo destinado a curiosidades y un espacio destinado a pequeños récords, como la bomba más pesada o el piloto más condecorado.
Un hombre de 63 años, en la plenitud de una vigorosa madurez, se enfrenta a una serie de conmociones existenciales que desarticulan su vida y lo llevan a emprender un ilusorio viaje de regreso a su patria de origen. Roto su matrimonio y recién operado de cáncer de próstata, es falsamente acusado de violencia doméstica y obligado por la policía a dejar su casa y sus libros en menos de veinte minutos. Entre las pocas cosas que se lleva está una antigua máscara de yeso de su padre joven que el destino le había puesto en las manos durante su propia juventud. Bruscamente desprovisto de todo sentido y dirección, Lászlo Benedek se aferra entonces a un peregrino propósito: enterrar simbólicamente aquella máscara en el pueblo del sur de Hungría donde nació su padre. Se inicia así un periplo de veinticuatro días que es, sobre todo, un viaje hacia el fondo de sí mismo. Los 24 días es también una novela sobre el perdón y la reconciliación. Escrita en forma de un diario de viaje, el protagonista consigue recomponer las múltiples desgarraduras que constituyen el desarticulado tejido de su vida: el exilio, los divorcios, las traiciones, la vejez y el amor. Y sobre un plano superior, la historia reciente de Europa, la segunda guerra mundial, los horrores del Holocausto, y el lugar que la constelación familiar de cada uno ocupa en esa historia colectiva. Escrita en un lenguaje sobrio y poderoso, atravesado de humor y con momentos de un raro lirismo, en ella se entrelazan los tiempos y los espacios, lo real y lo imaginario, en el constante vaivén de un riquísimo tejido narrativo, con personajes ficticios, que apunta también hacia la reconciliación totalizante del final.
El rompehieloso ¿quién empezó realmente la segunda guerra mundial?, un ensayo imprescindible en el ámbito de los libros de historia, y sin duda la obra más importante del historiador, escritor y analista militar Víktor Suvórov, es una obra absolutamente revolucionaria porque, por primera vez, se pone en duda la verdad establecida sobre el inicio de la segunda guerra mundial. Tras décadas de exhaustiva y meticulosísima investigación, Suvórov sacude la conciencia de Occidente con su punzante teoría: al contrario de lo que siempre hemos creído, Hitler no fue el causante de la segunda guerra mundial, sino que fue Stalin quien utilizó a Hitler de «rompehielos» para expandir el comunismo por toda Europa. Es decir, que para poder vencer al monstruo del nazismo Occidente claudicó ante el monstruo del estalinismo, lo cual tiñe de claroscuros la blanca y complaciente versión oficial de los hechos. Un libro lúcido y de lectura obligatoria para los amantes de la historia, y para todos aquellos que dudan de que la historia sea tal y como nos la han contado.
Este libro no aspira a ofrecer una visión más o menos exhaustiva de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial ni tampoco pretende estudiar este fenómeno. El autor tan sólo pretende contar algunas historias, algunas terribles, otras esperanzadoras, pero todas de gran humanidad, que giran en torno a la resistencia; historias que tuvieron por marco una sociedad enloquecida que vivía al borde del abismo. Al leerlas nos damos cuenta de que la guerra consigue sacar de cada uno de nosotros lo mejor y lo peor, cuando ya parece que no hay solución, cuando creemos que todo es irreversible, cuando todo se hunde, cuando no hay esperanza.
En las historias de vida de los deportados españoles surge una luminosidad singular, pues el impacto de sus presencias conmueve con una emoción parecida a la que sentimos cuando nos sumergimos en el mar y atisbamos su profundidad. Lo extraordinario de las voces y de las perlas insólitas que se descubren en ellas es a la vez próximo e invisible, es algo que puede cuestionar y que este libro desvela por primera vez. Los diálogos mantenidos son como el sonido de muchas aguas que quieren sobresalir, pero en el vaivén entre callar o decir prevalece aquello en lo que insisten siempre: es imposible de explicar. ¿Imposible? La lectura de " Mauthausen, después " nos introduce en un laberinto fascinante y abre otros horizontes que permiten nuevas interpretaciones.
Todos los con' ictos bélicos, aunque quede oculto por el brillo de las «heroicas» batallas, se producen por causas económicas. La Segunda Guerra Mundial no es una excepción. No las hay. Durante los años 20 del pasado siglo, la prosperidad había favorecido un aumento demográ" co. La crisis del 29 hacía muy difícil mantener a toda esa población, lo que propició tanto en Alemania como en Japón, amparados en su superioridad industrial, que se difundieran ideologías de tipo nacionalista que justi" caban la supremacía racial de unos países sobre otros de su entorno, para poder sobrevivir. Hasta ahí, el planteamiento no era distinto del que se había hecho la humanidad durante veinte siglos. Las diferencias aparecieron cuando el Nacionalsocialismo optó por el crimen para poderlo llevar a cabo. Y no porque sus dirigentes tuvieran mentes preclaras destinadas a gobernar el mundo, todo lo contrario. Porque eran tan simples, que lo único que se les ocurrió para quedarse con todo lo robado fue matar a sus dueños. Aseguramos una visión diferente a la guerra, hagámoslo desde el principio: los aliados no derrotaron a los ejércitos del Reich gracias a los estadounidenses que desembarcaron en Normandía como salvadores del mundo aunque nos hayan convencido de ello machaconamente durante la posguerra, sino gracias al esfuerzo sobrehumano de la Unión Soviética. La auténtica vencedora.
La Legión Azul fue hija de la División Azul, la unidad falangista que Serrano Suñer creó y que Franco “dejó” marchar al frente ruso, el que, a la postre iba a ser epicentro de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Este libro dibuja su historia, hasta ahora prácticamente ignorada. Y da los nombres de cuantos en ella es tuvieron, y transcribe sus datos personales y dibuja, en cuadros y en mapas, cuanto ella dio de sí. Y lo hace, como es propio del autor, de manera clara, lineal y, sobre todo, contextualizada. Porque los estertores de 1943 y primeros meses de 1944 fueron los definitivos. Hitler, en su cerrazón mental, había desechado la oferta del Kremlin de poner punto y final a la guerra de Rusia. Y ahora su Ejército pagaba las consecuencias. Y con él, un grupo de algo más de dos millares de españoles, que allí quedaron, en contraprestación por el retorno de la División Azul. No fueron los héroes míticos que algunos nos han querido hacer creer. Fueron hombres de carne, hueso y alma, que quedaron atrapados en un contexto atroz, brutal, el del “¡Matad, matad!” de Ilyá Ehrenburg. Quien había sembrado vientos, recogía ahora tempestades, y la Legión Azul tuvo que hacerles frente. Entretanto, España miraba hacia otro lado, el Aliado, pues, salvo algunos azules, Franco y su régimen nada querían saber ya de cuanto acontecía en Rusia. No en vano, día tras día, tomaba cuerpo el Untergang del Tercer Reich.
Un hito literario. El primer libro que logra los 3 premios más prestigiosos de ensayo: el Samuel Johnson, el Costa Book Award y el Duff Cooper Prize.¿Por qué fascina la historia de D?Annuzio? D?Annunzio era una figura casi teatral, como una celebrity actual: plagió de todo, textos, ideas, modas, fue un derrochador de dinero que siempre estuvo en deuda con alguien, se corrió las juergas más exageradas, fue un mujeriego infatigable y despreció todos los órdenes establecidos... hasta que se convirtió en uno de los ideólogos de la peor de todas las ideologías: el fascismo.Este fascinante libro relata el proceso por cual se convirtió en lo que fue: la evolución de artista libertino e idealista romántico a revolucionario radical fascista, en paralelo, a su vez, al desarrollo de la turbulencia política de Italia y Europa de principios del siglo XX, es decir, del nacimiento del culto al nacionalismo y del origen del extremismo político. Así, el libro empieza con una serie de flases que repasan toda su vida, desde su precocidad de poeta brillante con apenas 17 años de edad, hasta su muerte en 1937 a los 74 años.Luego, la autora se centra en el final de su exilio de cinco años en París y su diseñado y orquestado regreso a Italia al más puro estilo Garibaldi, para promocionar el movimiento de apoyo a la entrada de Italia en la segunda guerra mundial.