El detective Arkady Renko es el encargado de investigar un insólito fenómeno ocurrido en las calles de Moscú: algunos pasajeros del metro aseguran haber visto al fantasma de Stalin en la estación Chistye Prudy. Este pequeño «incidente» se convierte en algo mucho más serio de lo que en un primer momento parecía cuando Renko descubre que dos de los detectives más prestigiosos de la ciudad podrían estar implicados en este extraño suceso.Todo indica que estas misteriosas apariciones están conectadas con un partido político, del que Isokov, uno de los detectives, es militante. Dicho partido esconde datos realmente reveladores sobre lo que pasó en Chechenia en la década de los noventa. Renko pronto descubrirá secretos que se remontan a la segunda guerra mundial y que mucha gente está dispuesta a proteger al precio que sea.En El fantasma de Stalin, Martin Cruz Smith, el prestigioso autor de El parque Gorki, nos presenta un original e inusual retrato de la Rusia actual de la mano de su detective más carismático, Arkady Renko. «Una obra maestra del suspense que construye una lúcida mirada sobre la Rusia contemporánea.» PUBLISHERS WEEKLY
Vasili Grossman, el autor de Vida y destino, una de las más grandes novelas del siglo XX, acompañó al ejército soviético en la Segunda Guerra Mundial como corresponsal de Estrella Roja. Al margen de lo que escribía para el periódico, Grossman dejó registradas sus experiencias en unos cuadernos, que se han mantenido inéditos hasta hoy, donde cuenta sinceramente lo que vio en las calles de Stalingrado, en la batalla de Kursk, en la reconquista de Ucrania o en el avance del Ejército Rojo Alemania adentro, con los horrores de Treblinka o las escenas cotidianas de saqueos y violaciones. ?A veces -escribe- te trastorna tanto lo que has visto que se te acelera el corazón y sabes que la terrible imagen que acabas de ver pesará sobre tu alma toda tu vida". Antony Beevor ha transcrito estos cuadernos de Grossman, combinándolos cn sus artículos, sus cartas y otros materiales para componer con todo ello un relato de dimensiones épicas que tal vez sea el más dramático y revelador testimonio de lo que fue realmente la mayor guerra de todos los tiempos.
Vasili Grossman fue corresponsal de guerra en el frente de Stalingrado cuando la perla del Volga padeció la feroz ofensiva de los ejércitos alemanes. Nadie como el autor de la memorable Vida y destino supo plasmar el impresionante fresco de una batalla que marcó el curso de la Segunda Guerra Mundial. El ritmo trepidante de su pulso narrativo transporta al lector a los combates calle por calle, casa por casa, puerta por puerta, bajo las bombas y un incesante fuego de artillería. Años de guerra reúne novelas y relatos como ®El pueblo es inmortal¯ o ®El viejo profesor¯, así como las crónicas de Grossman sobre sus vivencias en el frente de Stalingrado o sobre el avance inexorable de las tropas soviéticas hasta las puertas de Berlín, amén del impresionante ®El infierno de Treblinka¯, el primer testimonio de los horrores del Holocausto que fue utilizado en el Tribunal de Nuremberg. Publicados íntegramente por vez primera en España, estos textos conforman un todo de una magnitud épica sobre uno de los episodios que cambió el rumbo de la historia y constituyen una nueva muestra del talento narrativo de Vasili Grossman.
Carlos Caballero, uno de los mayores especialistas del mundo en la participación de voluntarios internacionales en la lucha contra la Unión Soviética, nos ofrece una visión clara, objetiva y documentada de la intervención española en la Segunda Guerra Mundial.Este libro pertenece a la promoción libros bélicos.
Escribir después de Auschwitz:El horror de los campos de concentración nazis llevó a Theodor Adorno a decir: «...escribir un poema después de Auschwitz es una barbaridad, y eso afecta también a la conciencia de por qué se ha hecho hoy imposible escribir poemas». En este texto estremecedor, Günter Grass parte de la conciencia de esa imposibilidad para recordarnos que la barbarie sucedida en esos campos supone una cesura y una quiebra irreparable en la historia de la civilización. Y que ningún sentimiento nacional, por muy idílicamente que se coloree, puede relativizar ni eliminar esa experiencia. Sí, se ha vuelto a escribir después de Auschwitz, pero nunca, nunca, se podrá pasar por alto. El discurso de la pérdida: Este es el texto de una conferencia pronunciada por Günter Grass en 1992, en la que tomó la reunificación alemana como punto de partida para realizar una sangrante reflexión sobre los peligros del racismo para el futuro del país. Y la conclusión, entre otras cosas, sugiere que quizá sea esa misma sensación de extrañeza entre los propios alemanes, esa paradójica pérdida de su identidad, la verdadera causa de ese incomprensible odio hacia el otro, el extranjero, que está invadiendo como un cáncer a la nación en su conjunto.
El 7 de mayo de 1945, con la caída del Tercer Reich, se ponía fin a la Segunda Guerra mundial. Oficialmente, atrás quedaban casi seis años de devastación que asolaron Europa. Pero para la población civil alemana, el sufrimiento no terminaba ah. En tanto culpable, Alemania debía ser castigada. Más de tres millones de alemanes murieron innecesariamente tras el anuncio oficial del final de la guerra. Un millón de soldados murió antes de poder regresar a las ruinas de lo que fueran sus hogares. Dos millones de civiles alemanes fueron víctimas de enfermedades, frío, hambre, suicidios o asesinatos en masa. En los Sudetes, 250.000 alemanes fueron masacrados por compatriotas checos y hechos similares tuvieron lugar en Polonia, Silesia y el Este de Prusia. En su ocupación de Alemania, a los Aliados no les tembló el pulso a la hora de aplicar los mismos métodos de represión nazis. Así, se sucedieron oleadas de pillaje y expolio de las ciudades ocupadas, violaciones masivas, se reutilizaron los campos de concentración y exterminio, se expulsó a más de 16.500.000 de civiles de sus hogares o apenas se repartieron alimentos entre una población famélica... Como preguntó Patton a uno de sus ayudas al descubrir el horror de Buchenwald: '¿Aún le cuesta odiarles?'. Después del Reich pone al descubierto las verdades incómodas de las decisiones políticas que ampararon el horror de una posguerra cruel y vengativa, y desvela por vez primera los testimonios de un período funesto de la historia de Europa, desde la inmediata posguerra hasta la Conferencia de Postdam y los procesos de Nuremberg, en el que que ni los Aliados ni los alemanes han querido ahondar, los unos por miedo a desvelar las innumerables infamias cometidas y los otros por temor a ser acusados de victimismo.
Peter Fritzsche nos muestra en estas páginas la realidad de la vida cotidiana en la Alemania nazi desde la cercanía de lo vivido, apoyándose en cartas y diarios personales de los dirigentes, de los ciudadanos e incluso de los judíos perseguidos, que nos descubren una sociedad que estaba mucho más integrada en el proyecto nazi de lo que suele creerse. Como ha dicho Thomas Childers, de la Universidad de Pensilvania, «esta visión resulta más terrible que el tópico habitual de un populacho sometido por la propaganda y el terror. Fritzsche no sólo nos ofrece un análisis de una admirable claridad, sino que su libro contiene pasajes de tal intensidad humana que llevan al lector al estremecimiento».
Por primera vez en un único volumen las memorias de Arthur Koestler Las memorias de Arthur Koestler, una de las figuras intelectuales más representativas y sobresalientes del siglo XX, constituyen uno de los testimonios más lúcidos y apasionantes del pasado siglo. El presente volumen reúne, por primera vez, los dos títulos de su autobiografía, una obra indispensable. La primera parte, titulada La flecha azul, abarca un periodo comprendido entre 1905, año de su nacimiento en Hungría, hasta 1931, fecha en que ingresa en el Partido Comunista. En un impresionante recorrido por la Europa de principios de siglo, asistimos a la infancia y la vida familiar de Koestler, sus años juveniles en Viena, el comienzo de su carrera como periodista, su iniciación sentimental y su vida en Berlín durante el ascenso del nazismo. Koestler lleva a cabo un profundo análisis de una época de convulsiones políticas en las que a las ilusiones por la revolución rusa de 1917 se contraponía el horror del régimen de Hitler, que prosperaba ante la pasividad de la burguesía liberal alemana. La escritura invisible narra los años que van de 1931 a 1940, caracterizados por el desengaño del comunismo, a partir, sobre todo, del viaje que hizo por entonces a la Unión Soviética, donde conoció de primera mano las atrocidades de Stalin, algo que años después dio lugar a una inversión total de sus principios ideológicos. Koestler cuanta también su participación como corresponsal en la guerra civil española, donde fue condenado a muerte por Franco, aunque finalmente fue canjeado. Su encarcelamiento en un campo de concentración y su llegada a Inglaterra en 1940 cierran este monumento a la memoria del siglo XX.
La División Azul es quizá la más famosa de todas las divisiones que participaron en la Segunda Guerra Mundial y desprende cierta aureola romántica. En este libro se analiza qué significó su participación en el gran conflicto europeo y se estudian su formación y actuaciones militares, con gran claridad expositiva y objetividad.
Michael Jones nos lleva a lo largo del camino que el ejército soviético siguió de Stalingrado a Berlín, en unas campañas que costaron la vida de millones de soldados. Su propósito no es contarnos de nuevo estos combates, sino ahondar en las experiencias íntimas de unos hombres que descubrieron el horror del holocausto al llegar a Auschwitz y que reaccionaron después con una atroz violencia, cuando se adentraron en suelo alemán. ¿Cómo explicar esta combinación de heroísmo en el campo de batalla y de brutalidad con la población civil vencida? Jones trata de entender a estos soldados a partir de las historias individuales de una serie de ellos, desde Vladimir Antokolsky, que perdió su vida en Stalingrado, hasta el teniente Kovalev, que colocó la bandera roja en el edificio del Reichstag, pero que recuerda con amargura los crímenes que cometió. Sus experiencias, reconstruidas a partir de diarios, cartas y entrevistas, nos permiten ver la guerra desde otra perspectiva, la de su trasfondo humano.
Michael Jones, autor de El sitio de Leningrado, nos relata en este nuevo libro una de las mayores tragedias dela Segunda GuerraMundial.En el invierno de 1941, tras haber fracasado en su intento de conquistar Moscú, el ejército alemán inició su primera retirada incapaz de cumplir las órdenes de Hitler, que pretendía que sus hombres resistieran a toda costa. Lo que Jones nos cuenta aquí no es tanto la historia militar de estos acontecimientos como «la retirada de unos valores humanos que convirtió lo que ya era una guerra brutal en una matanza en masa»: una historia de más de dos millones de prisioneros de guerra soviéticos dejados morir en campos de concentración, de heridos que eran enterrados en vida, de soldados alemanes huyendo despavoridos, de poblaciones incendiadas a su paso, de hambre, horror y muerte. Jones se ha valido de los diarios de combatientes dela Wehrmachty de los recuerdos de veteranos rusos para construir un relato directo y vívido de este terrible invierno que determinó la suerte de la guerra.