Por qué se pelearon los dos Ivanes es la historia de dos amigos de toda la vida que se enemistan por una tontería. Su enfrentamiento se encona con el tiempo y deviene cada vez más absurdo. La novela, escrita con el característico estilo de Gogol, nos hace reflexionar sobre la amistad y la vida mientras avanza hacia su conmovedor final.
El profesor Pretel, que vivió 28 años en la antigua URSS, nos presenta aquí el primer estudio que se ha publicado en español sobre la civilización rusa, abriendo así un camino para que otros investigadores avancen en el conocimiento de una de las sociedades más importantes de Europa y del mundo entero.
A menudo los juristas, y más si filósofos del derecho, hablamos del Espíritu; El espíritu de las leyes, de Montesquieu, El espíritu del derecho romano, de Ihering. Los más cultos citan la hegeliana Fenomenología del espíritu. Sucede diferente con el Alma. Si el espíritu trasciende la ley, en el cuerpo de la ley no siempre parece que habite el alma; la ley está tal que desalmada. A veces, incluso, la ley nos rompe el alma. Entonces el alma de los justos solloza. Los juristas que leyeron a Tolstói enfrentaron el dilema entre la horizontalidad del alma, como conciencia de lo justo, de una parte, y el cuerpo de la ley, y hasta la verticalidad de su espíritu, de la otra. El modo de resolverlo fue distinto en cada caso. La mayor parte, incluso sin quebrantar su lealtad a la ley, comprendieron que el alma debía ser su conciencia y su tribunal. A ellos, Tolstói les abrió el alma. Descubrieron, y en adelante ya nunca ignoraron, que la ley no podía desahuciar la esperanza, la emoción, los ensueños, la vida, y que la ley también producía estupor e insensibilidad del alma. Otros, sin embargo, eligieron la espada de la ley. No comprendieron que en el alma, y no en la ley, es donde se desatan y libran las más temibles e íntimas batallas personales. A éstos, la lectura de Tolstói les irritó; el alma no podía llevarse ante el tribunal de la ley. La disyuntiva perdura. En la España de entresiglos la recepción de Tolstói fue asimismo un síntoma de europeización. Mucha de la gran literatura europea de la época llegó con Tolstói, desde la Europa eslava, desde Rusia, a través de Francia. Leer a Tolstói renovó la cultura literaria del Derecho entre los juristas españoles, demasiado recogidos en la literatura propia; diversidad de temas, formas y estructuras de reflexión diferentes, y otro tratamiento crítico donde prensa y revistas culturales serían tribuna privilegiada representaron un extraordinario aporte a lo que bien puede tenerse entre nosotros como la Edad de Plata de las relaciones Derecho y Literatura. José Calvo González es Catedrático de Teoría del Derecho y Filosofía del Derecho en la Universidad de Málaga.
«Imaginen un marido cuya mujer, una suicida que se ha arrojado por la ventana hace solo unas horas, yace ante él sobre una mesa. [...] Camina de habitación en habitación e intenta dar un sentido a lo que acaba de ocurrir. [...] De ahí que se cuente a sí mismo la historia, que intente aclarársela». Así explica Dostoievski su obra en la nota que precede a La dulce. Probablemente el autor ruso se inspiró en hechos reales para escribir una de sus más inquietantes novelas cortas. Como si de un viaje al pasado se tratara, a través de las contradicciones y de los remordimientos del protagonista «ante un auditorio invisible o una especie de juez», investiga en los recuerdos a la búsqueda de la verdad que se esconde en el alma humana.
En 1703, el zar Pedro el Grande fundó San Petersburgo con la intención de convertir la ciudad en el escaparate que mostrara el poder imperial al resto del mundo, alejándose del alma y las costumbres rusas y dejando pasar el aire fresco que llegaba de Occidente. La concibió como una urbe de ostentación, grandiosa y fastuosa, en cuya construcción participaron ingenieros alemanes, arquitectos italianos, artistas holandeses... El resultado: una compleja metrópoli que poco tiene de rusa, donde lo que más impresiona es su grandiosidad (palacios y mas palacios, plazas, columnatas, monumentos, estatuas, museos ), y su deslumbrante belleza, impregnada en la armonía de sus fachadas, en el clasicismo de sus dimensiones, en el romanticismo de sus puentes y canales Los avatares de la historia harían que la ciudad de los zares se convirtiera en Petrogrado y, después, en Leningrado, para, en la actualidad, volver a su nombre original, convertida en la segunda ciudad más grande de la Federación Rusa. Las riquezas imperiales se mantienen hoy en día al alcance del visitante, y en la guía Trotamundos Experience os ayudamos a descubrirlas con itinerarios para que elijáis el que más se adapte a vuestras expectativas: las extraordinarias colecciones de pintura el Ermitage o el Museo Ruso; un minicrucero por los canales de la ciudad; visitas a teatros, palacios o fuentes imperiales; un recorrido tras las huellas de escritores rusos como Pushkin o Dostoievski, etc. Así, también os guiaremos para que conozcáis la ciudad actual, y para ello sabemos que son necesarias algunas ayudas prácticas, relacionadas, por ejemplo, con trámites burocráticos, con el cambio de moneda, con la lengua (es muy recomendable conocer algunas frases en ruso y saber descifrar el alfabeto cirílico), con cómo moverse por la ciudad (la guía incorpora planos de la ciudad y una detallada explicación de los medios de transporte), la forma de actuar en caso de contratiempos, o ¿por qué no? dónde y cómo tomar un vodka
El anarquismo desempeña un papel excepcional en la historia del movimiento obrero español, hasta el punto de que si para Rusia fue posible en los años de entreguerras hablar del socialismo en un solo país, pensando en España resultó lícito referirse al ´a
Los besos de Lenin es una de las obras más celebradas de la literatura contemporánea China, y Yan Lianke uno de los autores chinos vivos más célebres e independientes del país, galardonado por esta obra con los prestigiosos premios Lu Xun y Lao She. Los besos de Lenin fue también finalista del "Man Booker International en 2013". Yan Lianke fue el ganador de Premio Franz Kafka en 2014. El libro, editado por primera vez en España y traducido directamente desde el chino, constituye una fábula satírica ambientada en la China moderna, en la que el absurdo, la ternura y la crítica son hilados con una prosa preciosista que entronca con lo más profundo de la tradición poética china. : El caluroso verano amarillea en el diminuto y apartado pueblo montañoso de Buenavida, hasta que, repentinamente, se ve alterado por la aparición de copiosas nieves. Ante la mirada atónita de sus habitantes, las cosechas y el campo quedan sepultados en un instante bajo un blanco y gélido manto. ¿Qué pueden hacer entonces los aldeanos para evitar el hambre y la desgracia? Pronto un joven funcionario llegará al pueblo dispuesto a solucionar el problema. Su ambicioso plan pretende explotar las extrañas habilidades que presentan algunos de los lugareños creando un espectáculo itinerante y, con el beneficio obtenido, adquirir a Rusia el cuerpo embalsamado de Lenin para reubicarlo en las montañas cercanas a la pequeña localidad, esperando con ello atraer a millares de turistas. El sueño de un futuro glorioso, en el que nadie tenga ya que trabajar, pronto cala entre la mayoría de los habitantes, pero el éxito del espectáculo de habilidades resultará tener también un alto precio. Los besos de Lenin ha sido unánimemente aclamado por la crítica, que lo incluyo entre los mejores de 2012 apareciendo en las selecciones de mejores libros realizadas por THE NEW YORKER o el NEW YORK TIMES. SOBRE EL AUTOR: Yan Lianke (Henan 1958) es uno de los escritores contemporáneos chinos más reconocidos. Es autor de numerosas obras que se han traducido a más de veinte idiomas y entre las que destacan: Yo y la generación de mis padres (Wo yu wo fubei 我与我父辈), galardonada con el Premio de literatura Shi Naian, que se otorga en China por votación de especialistas y escritores a las cuatro mejores obras de literatura china. El sueño de la aldea Ding (Ding zhuang meng 丁庄梦), publicada ya por AUTOMÁTICA en 2013, ha figurado en la lista de los siete finalistas al Man Asian 2011, el galardón emparentado con el prestigioso Man Booker británico que premia a la mejor novela de la literatura asiática. Servir al pueblo (Wei renmin fuwu 为人民服务) 2005. Puesta del sol de estío (Xia ri luo 夏日落). Los rayos del sol y la corriente del tiempo (Riguang liunian 日光流年). Firme y dura como el agua (Jianying ru shui 坚硬如水). Los besos de Lenin (Shou huo 受活). La antología de cuentos Los días, los meses y los años (Nian yue ri 年月日). Los cuatro libros (Sishu 四书), en alusión al mismo título que se da a los clásicos confucianos.
¿Qué hubiera pasado si?? La gran ucronía sobre Napoleón y la Grande Armée en Rusia. Un nuevo género literario, derivado de la narrativa histórica, y una nueva colección en Edhasa. El 14 de septiembre de 1812 Napoleón entra en Moscú. Ante el presentimien
Vsévolod Garshin, uno de los mejores escritores de relatos de la edad de oro de la literatura rusa, gozó de una enorme popularidad entre la joven intelectualidad de su país. El propio Tolstói lo consideró el mejor escritor joven de su tiempo junto con Chejov. Turguénev, por su parte, vio en él «todos los signos de un gran talento: temperamento artístico, un fino y acertado entendimiento de los rasgos característicos de la vida, tanto particulares como universales, sentido de la verdad y de la mesura, simplicidad y belleza en las formas y, como resultado de todo ello, una gran originalidad». Garshin fue uno de los autores más leídos de su generación en Rusia, y su obra se tradujo rápidamente a la mayoría de las lenguas europeas. En esta selección se recogen nueve relatos del autor, entre los cuales se encuentran algunos de los mejores que escribió, como «Cuatro días», «La flor roja» y «La señal», considerados verdaderas obras maestras del género. «Desde su debut literario he percibido la originalidad incontestable de su talento... Como todo escritor en la edad madura y sinceramente fascinado por su oficio, me siento feliz al descubrir algunos sucesores: usted es uno de ellos.» Iván Turguénev en una carta a Vsévolod Garshin «La obra de Garshin fue una rapsodia de grandes temas de la literatura rusa de los años anteriores a 1880 pero con una sensibilidad más desoladora y patética, que parece abrirse hacia las letras de los noventa y de los principios de siglo que no llegó a conocer, el momento que los manuales de historia literaria denominan Edad de Plata.» José-Carlos Mainer Vsévolod Garshin, autor de una corta pero intensa obra, compuesta de una veintena de relatos, nació en Járkov (Ucrania) en 1855. En 1874 ingresó en la Escuela de Minas de San Petersburgo, y tres años más tarde se enroló como voluntario en la guerra ruso-turca, donde fue herido. En 1877 regresó a San Petersburgo, donde permaneció hasta 1880. Este año sufrió un colapso mental, lo que motivó su internamiento en un sanatorio. Tras una convalecencia que le mantuvo alejado del mundo literario durante casi dos años, volvió a San Petersburgo en 1882, fecha que marcó el inicio de su periodo de madurez. Un año más tarde se casó y obtuvo un modesto y mal retribuido puesto en la Compañía Rusa de Ferrocarriles, que conservó hasta 1887. En 1888, cuando contaba treinta y tres años, se suicidó tirándose por el hueco de una escalera.