El apocalipsis de nuestro tiempo es la última obra de Vasili Rózanov, escrita en 1918 en el monasterio donde, empobrecido, pasó los últimos días de su vida. Se trata de un texto impetuoso y aforístico, en el que Rózanov plasma la singular fe que profesaba. La Revolución de octubre de 1917 es para Rózanov, quien vivió sus duras consecuencias, la culminación de la fatídica separación entre el cuerpo del hombre y Dios: el dios del cristianismo, espiritualizado por entero, ha dejado la tierra y el corazón del hombre yermos. Una lectura profética y una crónica visionaria del momento más crítico de la historia rusa del siglo pasado.
Se trata del catálogo de la Exposición que, con el mismo título, inauguró la Residencia de Estudiantes el pasado 28 de noviembre de 2014. La conmemoración de 1914 quiere incidir sobre un momento decisivo de la historia de España, de Europa y del mundo. Un momento que suele señalarse por la mayor parte de la historiografía universal como un cambio de paradigma, como la liquidación definitiva del Antiguo Régimen y la aparición de una sociedad nueva surgida de las convulsiones y los cambios de los que son exponentes la revolución rusa de octubre de 1917, o la revolución científica que en esos años suponen la teoría de la relatividad general y la cuántica. Un mundo que se transforma .y del que son testigos y agentes intelectuales y creadores como J.M. Keynes, James Joyce, Walter Gropius, Virginia Woolf, Ludwig Wittgenstein, Mies van der Rohe, Ernst Cassirer, Ezra Pound o T. S. Eliot., y en el que se alumbran muchas cosas nuevas, decisivas para las generaciones posteriores, pero también un mundo de pronto sacudido por la brutal recesión económica con la que se cerró la segunda década del siglo y por los totalitarismos fascista, nazi y soviético que inauguraron la siguiente, y que desemboca en la Segunda Guerra Mundial.
El colapso del Imperio austrohúngaro y la Revolución rusa son las circunstancias reales de las que se nutren los dos ciclos de cuentos incluidos en este volumen, en los que lo viejo y lo nuevo se rinden ante la feroz ironía de Jaroslav Haek. Sin embargo, ni el autor ni su estilo salen indemnes de dichos acontecimientos. El Haek burlón e irreverente, candidato del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley, se convierte página tras página en un narrador más cínico y desengañado, marcado por su experiencia en las filas del Ejército Rojo, vivencia que contará de manera magistral en Comandante de la ciudad de Bugulmá.
El siglo XX, parafraseando a Moshe Lewin, fue el «siglo soviético». Si consideramos que 1914 marca el inicio real del siglo, al cortar la Gran Guerra abruptamente con el antiguo régimen decimonónico, y 1991 señala su final con la descomposición de la Unión Soviética, podemos entender fácilmente hasta qué punto el Estado surgido de la Revolución de 1917 -o el desarrollo de la revolución, propiamente dicha- ocupan el centro de lo que se ha dado en denominar el «siglo más corto», en brillante propuesta del historiador húngaro Ivan Bérend, que hizo célebre Eric J. Hobsbawm. Precisamente por ello queda mucho que decir sobre la Revolución rusa de 1917: sobre sus orígenes dentro y fuera del Imperio zarista; su comienzo real en 1905 y su dinámica más allá de la ciudad de Petrogrado y de los líderes bolcheviques; su electrizante expansión por Eurasia; y sobre la visión marxista-leninista, nacionalista rusa o neoliberal anglosajona.
Cuando a principios de 1917 Vicente Blasco Ibáñez comenzó a recopilar información acerca de los inesperados sucesos que estaban teniendo lugar en Rusia, no imaginaba que estaba componiendo la mejor y más completa narración sobre la Revolución Rusa jamás llevada a cabo por un autor español. Un español contemporáneo de los hechos y fogueado en la labor de periodista bélico desde el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914. Durante los años de la todavía llamada Gran Guerra, Blasco Ibáñez levantó para la posteridad una obra monumental: la Crónica de la Guerra Europea de 1914. Una auténtica enciclopedia en nueve grandes tomos que incluyen el material que conforma este libro: todas las noticias y comentarios sobre la Revolución Rusa de 1917, un hecho histórico de primera magnitud que determinaría la historia del siglo xx no sólo en Rusia, sino en todo el mundo. Vicente Blasco Ibáñez aun seindo apartado por la dictadura franquista por sus ideas progresistas y republicanas, es algo más que uno de los mejores escritores españoles de todos los tiempos: es también un historiador colosal cuyo trabajo de investigación sobre los acontecimientos revolucionarios en Rusia se recuperan hoy para el lector en este volumen que recoge un trabajo periodístico fuera de serie.
La historiografi?a sobre el gran terror de los an?os treinta en la Unio?n Sovie?tica se ha dividido entre quienes han responsabilizado principalmente a Stalin y quienes han buscado li?neas de continuidad respecto de una actuacio?n ti?pica del ejercicio del poder en Rusia y/o han hecho recaer las culpas sobre la sociedad en general y la cu?pula bolchevique en particular. El profesor James Harris, disci?pulo directo de autores comprometidos con la segunda interpretacio?n como Arch Getty o Sheila Fitzpatrick, se situ?a en la corriente de responsabilidad compartida. Dentro de ella, sin embargo, da un paso ma?s alla? y a trave?s de documentacio?n original otorga un nuevo sentido a la expresio?n «el gran miedo», convirtie?ndolo en un concepto bidireccional. Es decir, a la de nicio?n cla?sica como eufemismo de la gran purga incorpora el terror real que la cu?pula bolchevique teni?a ?a veces fundadamente, a veces sin base alguna? a ser derrocados, saboteados y/o asesinados.
Este libro recoge las ponencias presentadas en las cuartas jornadas de estudio celebradas los días 7 y 27 de noviembre de 2017 en Barcelona organizadas por la Asociación Catalana de Investigaciones Marxistas, por Espai Marx, por Fil Roig y por la editorial El Viejo Topo con motivo del centenario de la Revolución Rusa de 1917. Las ponencias se acercan a la comprensión de los procesos, de los ritmos, de las formas y de las circunstancias a través de los cuales esa inmensa revolución social protagonizada por los soldados, los obreros, los campesinos, las mujeres y los pueblos oprimidos por el zarismo, se transformaba el Estado. En definitiva, una reflexión plural sobre la revolución rusa de 1917, a la luz de la afirmación de Marx: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen arbitrariamente, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado".
La Revolución rusa contada por el secretario general de la CNT en 1929 A Ángel Pestaña, defensor infatigable de los obreros así como de las teorías económicas y sociales más audaces, tenía que haberle seducido el sistema instaurado en Rusia en octubre de 1917... Pero no fue así. Después de asistir en Moscú al II Congreso de la III Internacional en representación de la Confederación Nacional del Trabajo y conocer a Lenin, Trotsky o Grigory Zinoviev escribió, para informar a los sindicatos de la CNT, Setenta días de Rusia. Lo que yo vi (editado por Almuzara). Si en aquel volumen narraba lo vivido con el acento en las realidades del bolchevismo, en el presente libro Setenta días de Rusia. Lo que yo pienso realiza una reflexión de la tiranía moscovita, de la dictadura implacable de Lenin y sus camaradas, así como de los crímenes y los descomunales errores que se estaban cometiendo en Rusia en nombre de la libertad del pueblo. «La revolución según mi criterio, no es, no puede ser, la obra de un partido. Un partido no hace la revolución; un partido no va más allá de organizar un golpe de Estado, y un golpe de Estado no es una revolución». El resultado de ambos títulos es un twin books sobre la realidad política y social rusa donde Pestaña evidencia la falta de adhesión política de un pueblo frustrado por la falta de alimentos, la escasez de recursos con que calentarse y por la política de la Checa y otras instituciones autoritarias. Tanto es así, que leemos en un momento que «las revoluciones existen para los pueblos y no los pueblos para las revoluciones». Quien fuera secretario general de la CNT (1929), fundador del Partido Sindicalista (1932) y diputado en Cortes Generales por la provincia de Cádiz en 1937 pasaba a formar parte de los desengañados del bolchevismo como Koestler, Silone o Rosa de Luxemburgo. Por ello, el presente texto se erige como un libro imprescindible en el que el gran «periodista obrero» se convierte, por derecho propio, en uno de los grandes teóricos libertarios.
En los primeros meses de 1917, cuando se iniciaba en Rusia la revolución, en medio de las intrigas de agentes y espías que trataban de sacar partido de la confusa situación del país, el gobierno alemán decidió ayudar a un grupo de revolucionarios exiliados en Suiza para que regresaran a Rusia, con la esperanza de que contribuyesen a apartarla de la guerra. Lenin y sus acompañantes atravesaron Alemania en un vagón sellado y, a través de Suecia y de Finlandia, consiguieron llegar a Petrogrado. Una vez allí, Lenin combatió los propósitos de quienes se contentaban con que la revolución condujese a establecer una república burguesa, y fijó como objetivo el paso inmediato al socialismo: a una sociedad sin estado y sin clases. Así comenzó un nuevo rumbo para una revolución que iba a cambiar la historia del mundo. Catherine Merridale nos ofrece una fascinante y documentada interpretación de estos acontecimientos y de sus protagonistas: una visión innovadora que nos ayudará a superar los tópicos establecidos.
Unos meses antes del estallido de la Revolución Rusa, emergía de la Duma el primer clamor bolchevique. No fue un obrero el que prendió la mecha que llevaría a la abdicación del zar y la caída del Imperio, sino un diputado del parlamento, un patriota que creyó tener en sus manos el destino de toda Rusia. Vladimir Purishkévich quería defender el trono de la nefasta influencia del diabólico Grigori Rasputín, que dominaba con su poder hipnótico a los zares y dirigía secretamente un país que, ya mermado por la Primera Guerra Mundial, marchaba irremediablemente hacia el abismo. Ante la miseria económica y la amenaza de un alzamiento obrero, solamente quedaba una opción para acabar con la crisis interna: matar al stárets. Entre la bruma que rodea la muerte de Rasputín, Mario Verdaguer despliega una trama de misterio y confabulación entre miembros del gobierno y la aristocracia rusa que terminaría con el asesinato del que había sido durante años el protegido de los zares. Grigori Efimovich Rasputín, miserable mujik que decidió el rumbo de una nación entera, el hombre más poderoso de Rusia, caía muerto en el palacio de la Moika el 17 de diciembre de 1916. Dos meses después, las profecías del diablo sagrado se cumplían, y hordas de campesinos hambrientos invadían Petrogrado uniéndose a la oleada revolucionaria que pondría fin al Imperio ruso.
Dos de las masacres humanas y los regímenes autoritarios más espeluznantes del siglo XX ?la demencia nazi, junto con el Holocausto, y el sistema opresivo y sanguinario comunista? reciben desde hace años una atención inabarcable y cobran poco a poco más espacio a través de investigaciones, papeles desclasificados y novelas que parecen no tener fin, logrando una permanente actualidad según se van celebrando los distintos aniversarios. Con el paradójico y casi místico título de No habrá muerte, que remite a una cita de El doctor Zhivago, de Borís Pasternak, se ofrece una vista panorámica de lo que para cientos de escritores ha significado histórica y literariamente tanto la Revolución rusa y la creación de la Unión Soviética, más la dictadura de Stalin, como el nacionalsocialismo ascendente que eclosiona con la llegada al poder de Hitler y el asesinato indiscriminado de millones de personas en los campos de exterminio nazis.
O libro agrupa a información en tres grandes bloques cronolóxicos: 1750-1914, 1914-45 e 1945-2008. En canto ao tratamento dos contidos, predomina o tratamento global e diacrónico no exame das grandes transformacións económicas e políticas do século XIX que conforman o mundo contemporáneo -revolución industrial, revolución política liberal, burguesía e proletariado, imperialismo- así como no estudo dos cambios e continuidades que afectan ao mundo actual -Guerra Fría, capitalismo e socialismo real, descolonización e Terceiro Mundo-; mentres que para o estudo das graves crises e conflitos do mundo de entregueras Gran Guerra, Revolución rusa, Crac do 29, Fascismos, Segunda Guerra Mundial- predomina un tratamento máis pormenorizado e temático. Os autores parten da idea de que o alumnado debe manexar e comentar un bo número de materiais documentais da época (textos, gráficas, estatísticas, mapas, fotografías, obras de arte...). Por iso en cada unha das unidades temáticas están recollidos numerosos documentos que forman parte da información, é dicir, non son meros complementos dun discurso de autor, senón que son eles os que realmente proporcionan a información histórica; o traballo dos autores céntrase na organización e recollida desa información redactando un fío condutor que facilita ao alumnado a correcta comprensión da documentación orixinal. Na selección desta documentación os autores incorporaron fundamentalmente fontes primarias accesíbeis e comprensíbeis para o nivel de ensino a que está destinado o manual. Os documentos escritos preséntanse convenientemente reducidos ás súas mensaxes básicas, destacando aqueles aspectos que máis interesaban para o tema a tratar. Na referencia bibliográfica dos textos consígnase sempre o autor, o título e a data da primeira redacción ou publicación sen especificar (por consideralo de escasa ou nula relevancia) a edición concreta que foi manexada. Ao comezo de cada unidade figuran enderezos da Internet e títulos de filmes que poden ser utilizados para completar a información do libro de texto. O manual achega tamén un anexo final de técnicas de traballo pensadas par facilitar ao alumnado o traballo cos materiais documentais de carácter textual, gráfico e audiovisual.
Culminado el ambicioso proyecto de la " Historia de la Rusia Soviética (1917-1929) " , cuya realización le ocupó casi tres décadas de investigación y de trabajo, E. H. Carr escribió este resumen de su monumental obra, destinado a facilitar al lector común y al estudiante una primera aproximación al tema. Las diferencias de escala y de propósitos hacían necesaria una redacción sustancialmente nueva, sin referencias eruditas, notas a pie de página o cita de las fuentes, para explicar las claves y describir el desarrollo de ese crucial periodo -de Lenin a Stalin (1917-1929)- que contiene en embrión gran parte del curso ulterior de la que fuera Unión Soviética. " La revolución rusa " se configura así como una obra autónoma que recoge en una concisa síntesis las grandes líneas de uno de los acontecimientos más decisivos en el devenir histórico del siglo XX.