Una de las cumbres filosóficas y teológicas del Occidente cristiano, Leibniz nos presenta en ella un Dios que en su creación del mundo ha seguido el plan más digno de merecer su preferencia. Un Dios convertido en optimizador global de la economía del universo, que hace lo mejor que es posible. Autor: LEIBNIZ, GOTTFRIED WILHELM Leibniz (Leipzig, 1646 - Hannover,1716) fue un filósofo, lógico, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán. Uno de los grandes pensadores de los siglos XVII y XVIII. Realizó profundas e importantes contribuciones en las áreas de metafísica, epistemología, lógica, filosofía de la religión, así como a la matemática, física, geología, jurisprudencia e historia.
Durante miles de años el ser humano ha buscado el concepto de lo absoluto en la religión y en lo divino, pero ese camino se ha ido secularizando, ha descendido desde las aspiraciones celestes hasta la vida mundana y se ha convertido, paradójicamente, en un proyecto individual que no sigue un rumbo trazado de antemano. Tzvetan Todorov, emulando a su admirado Stefan Zweig, recoge en Los aventureros de lo absoluto el proyecto vital de tres grandes creadores, paradigmas de ese absoluto quizás inalcanzable: Oscar Wilde, el artista que quiso llevar la belleza a todos los ámbitos de su vida y que terminó vencido por los prejuicios de su época; Rainer Maria Rilke, el escritor que pretendía concentrar toda su energía en su obra y que murió consumido por la melancolía; y Marina Tsvietáieva, la poeta que intentó conciliar vida y escritura antes de ser aplastada por la historia. Tres creadores que, entre todas las tentativas para pensar y vivir el absoluto, optaron por la que interpreta esta experiencia como la búsqueda de la belleza, en el convencimiento de que ese absoluto no era un horizonte sino un estado permanente de plenitud sin el cual la vida no vale lo mismo.
Eusebio de Cesarea, una de las mayores personalidades de su época, compuso esta obra en un momento (h. 312) en el que el cristianismo, tras ser reconocido como religión oficial, debe utilizar argumentos más sutiles que los ya caducos empleados por la apologética tradicional, sin pasar simplemente de la defensa al ataque. Ante la acusación de falta de cultura e inteligencia de los cristianos, Eusebio responde con la sabiduría de la Escritura, y ante la traición e infidelidad de la religión pagana tradicional, el autor cristiano pone de manifiesto los errores y escándalos de la misma. Nos hallamos, pues, ante una obra monumental, cuyos principales argumentos son el interés pedagógico por exponer la enseñanza evangélica, así como el deseo de mostrar y justificar, de un modo racional, el mensaje cristiano y defenderlo de los ataques externos.
El derecho y la religión no solo forman parte de la historia de la humanidad sino que sirven para explicarla y entenderla. Aunque el derecho ha nacido de los postulados de la religión, en cuanto ha alcanzado una cierta madurez, se ha ocupado de su regula
¿Qué ha sido revelado para los tiempos futuros? ¿Existe un complot para hacer desaparecer a la Iglesia católica e implantar una Religión Universal bajo un Gobierno Mundial? ¿Están cerca el reino del Anticristo y el mayor cisma de la historia? ¿Quién retiene la llegada de este personaje anunciado en el Apocalipsis? ¿Estamos viviendo ya los sucesos que anunciaban dos papas en Roma en los Últimos Tiempos? ¿Significa esto la inminencia del fin del mundo? Tras la gran aceptación de Apostasía, Thomas S. Crown lanza Las profecías, una «catequesis práctica» en forma novelada en la que aborda de manera ágil y didáctica temas dispares pero conectados, como las profecías escatológicas, los signos de los tiempos, la islamización de Occidente, la historicidad de la Resurrección, la actuación del demonio, las apariciones marianas, el sentido del sufrimiento... ¡Novedades!
El Atlético ha sido y lo es todo para mí. Una religión, una estado de ánimo. Es la vida, mi vida. Entré de niño y aquí sigo. Un repaso a la historia de un grande del fútbol mundial es algo obligado. Éste es un libro de cabecera y de consulta para todos lo
Provocador, persuasivo y de intachable erudición, este libro pionero del renombrado teólogo y bioquímico Arthur Peacocke logra reconciliar los enfrentados mundos de la ciencia y la religión. Aplicando las reglas del pensamiento científico a cuestiones teológicas, Peacocke sostiene que el principio divino opera detrás de todos los aspectos de la existencia, ya sean espirituales o físicos. En esta obra de rigurosa argumentación y notable amenidad, que podría señalar «el final de nuestra exploración», se abordan frontalmente, al hilo de un cuidadoso estudio, problemas tan fundamentales como la componibilidad de evolución y creación o la relación existente entre Newton, la causalidad y la acción divina. Abogando por una nueva y optimista teología para el mundo feliz en que vivimos (our brave new world: referencia a la famosa y casi homónima novela de Aldous Huxley), Arthur Peacocke abre perspectivas inéditas en lo que atañe a la búsqueda de la ciencia, pero también a la de la teología; y lo hace de una manera que incitará a los lectores a reexaminar su propia interioridad, así como el mundo que los rodea e incluso lo que hay más allá. ARTHUR PEACOCKE (1924-2006) publicó más de doscientos artículos y doce libros (más una obra póstuma, editada por Philip Clayton: All That Is A Naturalistic Faith for the Twenty-First Century), entre los que destaca el éxito de ventas Theology for a Scientific Age, galardonado por la Templeton Foundation en 1995. Esta misma institución le concedió en 2001 el prestigioso Templeton Prize for Progress in Religion por el conjunto de su obra. Tras veinticinco años de dedicación profesional al campo de la bioquímica, Peacocke, ordenado sacerdote de la Iglesia de Inglaterra, comenzó en 1973 a enseñar teología en el Clare College de Cambrigde. En 1985 se trasladó a la Universidad de Oxford, donde dirigió en diversos periodos el Ian Ramsey Center for the Study of Science and Theology.
Jesús (Loyola, Guipúzcoa, 1491 - Roma, 1556). Su primera dedicación fueron las armas, siguiendo la tradición familiar. Pero, tras resultar gravemente herido en la defensa de Pamplona contra los franceses (1521), cambió por completo de orientación: la lectura de libros piadosos durante su convalecencia le decidió a consagrarse a la religión. Se retiró inicialmente a hacer penitencia y oración en Montserrat y Manresa, donde empezó a elaborar el método ascético de los Ejercicios espirituales (1522). Luego peregrinó a los Santos Lugares de Palestina (1523). De regreso a España comenzó a estudiar (ya con 33 años) para poder afrontar mejor su proyecto de apostolado, en las universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y París. Las primeras actividades de San Ignacio de Loyola difundiendo el método de los ejercicios espirituales le hicieron sospechoso de heterodoxia (asimilado a los «alumbrados» o a los seguidores de Erasmo): en Castilla fue procesado, se le prohibió la predicación (1524) y hubo de interrumpir sus estudios.
«La religión nace del fuego -decía Abraham Heschel-, de una llama que consume las escorias de la mente y del alma; pero corre el riesgo de vivirse al margen del fuego. El fuego, lo mismo que la sal, la vigilancia o la prisa, son imágenes con que el evangelio expresa esa manera de vivir marcada por el apasionamiento de los que han tenido un encuentro con Aquel que entendía su misión como «hacer arder la tierra» (cf. Lc 12,49) y cuya palabra hacía sentir a los suyos «el corazón en ascuas» (Lc 24,32). Hemos sido bautizados «con Espíritu Santo y con fuego» (Lc 3,16), pero la indiferencia y la trivialidad ponen nuestra vida en peligro de volverse tibia, insípida y adormecida, sin que nos «abrase insoportablemente el Dios vivo del evangelio», como decía Madeleine Delbrêl. Estas páginas pretenden señalar caminos de encuentro con esa Palabra que puede volver a incendiar nuestro corazón. Y lo hacen siguiendo un cierto itinerario litúrgico -Adviento, Navidad, Eucaristía, Pascua- y acercándose a aquellos que, como Maria o los Profetas, son testigos de lo que ocurre cuando alguien entra en comunión con el fuego de Dios y se deja atraer por la zarza ardiente de su Presencia.
El fenómeno místico aparece en la encrucijada de todos los estudios actuales sobre el hecho religioso: los que se proponen describir y comprender esta parte importante del fenómeno humano que conocemos como historia de las religiones y los que se preguntan por las posibilidades de realización de la experiencia religiosa en las actuales circunstancias socioculturales y describir el perfil peculiar que adopta en ellas la experiencia mística. Por su parte, la perspectiva fenomenológica desde la que está realizado el estudio exige, tras las inevitables cuestiones metodológicas, describir las diferentes formas que ha revestido el fenómeno místico en las diversas religiones y en algunas tradiciones filosóficas, y las que presenta en la actualidad, incluso al margen de toda tradición religiosa y hasta en el interior de opciones y creencias expresamente ateas. Esa descripción permite ofrecer una interpretación de la estructura de la mística común a todas sus formas y realizada analógicamente en cada una de ellas. Finalmente, las atención prestada a la situación cultural y religiosa de nuestros días lleva al autor a plantearse cuestiones como la relación entre mística y ética, el sentido y el valor de la mística en las actuales condiciones de pluralismo religioso y la aportación de la mística a la pregunta por el futuro de la religión. Todo ello desde el convencimiento de que como todo lo que tiene que ver con la religión, y en un grado eminente el fenómeno místico contiene numerosos elementos que permiten sonderar las dimensiones profundas del ser humano y el misterio que envuelve su vida.
En este segundo volumen de sus Creaciones filosóficas, según el propio Trias, 'prevalece la filosofía en sentido estricto. Incluso en el apartado referido a filosofía de la religión y a teoría de la historia -un apartado hecho a la medida de mi libro La edad del espíritu (1994), que se halla íntegramente incorporado a este volumen- se expone la concepción de la filosofía que formulo a partir de Los límites del mundo, sólo que allí la proyecto en la historia (una historia referida preferentemente al ámbito religioso-espiritual). De hecho, todos los libros de este segundo volumen tienen por precursor Los límites del mundo. Este libro -también incorporado íntegramente-, publicado en 1985, constituye quizás la más importante inflexión filosófica de todo mi recorrido. En él sitúo en primer plano de la reflexión una idea que desde entonces me sirve de oriente y guía, y en torno a la cual elaboro una propuesta filosófica, una suerte de proposición susceptible de despliegue y desarrollo. Esa idea que elegí como campo de fuerza en el seno del cual halla mi concepción de la filosofía su propia referencia, es la idea de límite. En este segundo volumen se halla siempre presente, por tanto, la filosofía del límite.'
¿Son ciencia y religión incompatibles y opuestas? ¿Ha perseguido la Iglesia a los científicos? ¿Murió Galileo en la hoguera condenado por la Inquisición? ¿Han condenado los papas la teoría de la evolución? ¿Son la mayoría de los científicos materialistas y ateos? Muchas afirmaciones negativas sobre la relación entre ciencia y religión se siguen repitiendo hoy, a veces con enconada virulencia, y algunos ven en la religión un virus maligno que se opone al progreso de la ciencia. El tema necesita de una reflexión seria y serena que examine la relación entre ciencia y religión como formas de conocimiento y como fenómenos sociales, y cuáles han sido estas conexiones a lo largo de la historia, en especial en relación con el cristianismo. El origen del universo es hoy un tema científico candente. Por otro lado, la tradición religiosa judeo-cristiana afirma que el universo ha sido creado por Dios. ¿Podemos compaginar ambas cosas? El famoso físico Stephen Hawking afirma que, si el universo es autocontenido, no es necesario un creador. Para la ciencia, el hombre es una especie biológica surgida como una rama en el árbol de la evolución de la vida sobre la tierra. La Biblia nos dice que el hombre fue creado por Dios a su imagen. El hombre imagen de Dios y producto de la evolución biológica ¿son ideas compatibles?
El cristianismo es la religión más extendida en la tierra. Ars Sacra rinde tributo a su arte y arquitectura. Como un opulento banquete para los sentidos, este volumen causa un efecto muy impresionante gracias al gran detalle de sus imágenes. El observador
Mitos y creencias del Paleolítico Superior y el Megalitismo europeo Los símbolos del caballo, el toro, el laberinto, el hacha, la serpiente, o la diosa, aparecen de forma recurrente en los mitos y leyendas de numerosas culturas; pero todos ellos hunden sus raíces en la Prehistoria. Saber interpretarlos es necesario para entender cabalmente las creencias de nuestros antepasados, pues no dejan de constituir una materialización de sus mitos. El arte prehistórico puede ser considerado, de ese modo, una herramienta de enorme valor para indagar en nuestro pasado y en los orígenes de las creencias religiosas del ser humano. Este libro aborda una rigurosa interpretación de las primeras manifestaciones artísticas, como pórtico al conocimiento de la Prehistoria. Su lectura nos revela la naturaleza última de la «primigenia religión»: un culto a la Diosa Madre, a la Madre Naturaleza y a los astros, codificados bajo diversas formas animales. De ella derivarán todos los cultos posteriores. Sus aspectos esenciales se mantendrán incólumes en los principios constituyentes de múltiples religiones, y en el legado cultural que encarnan los mitos y leyendas populares que conforman el acervo de la memoria colectiva. Así, lograremos comprender y analizar con mayor precisión el presente, a partir del conocimiento de los símbolos que presidían la vida de nuestros ancestros.
¿Qué se sabe de los orígenes de Roma? ¿Quiénes fueron sus reyes? ¿Cuándo se fundó la ciudad? En este libro encontrarás todos los datos e informaición necesarios para conocer la historia de Roma, el ejercito, la vida cotidiana, la religión y el arte de este pueblo que terminó por convertirse en un Imperio.