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Con Francisco las cosas han cambiado y, a pesar de haber manifestado al principio su incomodidad ante la prensa (verdaderamente no concedo entrevistas pero porque no sé, no puedo, es así, dijo en el vuelo que le conducía a Rio de Janeiro el 22 de julio d
El cristianismo es un acontecimiento imprevisto e imprevisible: el anuncio de que el Misterio se ha hecho hombre y ha nacido de una mujer en un momento y un lugar determinados. La nodalidad que Dios ha elegido para entrar en relación con el hombre y salvarlo es un acontecimiento, un hecho histórico, no un pensamiento o un sentimiento religioso vago. Y este acontecimiento de Cristo permanece en la historia a través de la compañía de aquellos a los que Él incorpora a Sí por medio del Bautismo. Es el comienzo de un yo nuevo, un protagonista nuevo de la historia cuya dimensión es la pertenencia a un sujeto histórico preciso: el pueblo de aquellos que «son llamados con su nombre» (Jr 14, 9).
Monseñor Óscar Romero, arzobispo de San Salvador, dedicó su vida entera al servicio del Evangelio en una sociedad marcada por la opresión y la pobreza, hasta dar la vida, asesinado mientras celebraba la Eucaristía el 24 de marzo de 1980. La Iglesia lo proclamó mártir y lo beatifi có el 23 de mayo de 2015. Óscar Romero supo comunicar, a través especialmente de sus homilías dominicales, la buena noticia de Jesucristo que se hace presente en toda realidad humana. Y lo hizo partiendo del itinerario básico de la celebración cristiana: los distintos tiempos y momentos del año litúrgico. Por eso, buscar en sus escritos la manera como él entendía y vivía el año litúrgico será sin duda de gran valor para todo cristiano. Y eso es lo que este libro nos ofrece. Judá José David García Avilés (San Salvador 1981), presbítero de la diócesis de Zacatecoluca y licenciado en liturgia en el Instituto Superior de Liturgia de Barcelona, es administrador parroquial de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del departamento de La Paz, delegado diocesano de juventud, y formador y profesor de Sagrada Liturgia en el seminario Mons. Oscar A. Romero. (Emaús 131)
Ante la importancia significativa del gran acontecimiento del jubileo de la Misericordia, los responsables de la revista Corintios XIII hemos visto conveniente ofrecer a los lectores un comentario tanto de este evento como de la bula Misericordiae vultus (MV), proclamada por el papa Francisco. Firmada el 11 de abril, domingo de pascua de la misericordia y dirigida a «cuantos la lean: con deseo de gracia, misericordia y paz», esta bula está compuesta de 25 números.El jubileo es un tiempo para exultar de gozo porque Dios es misericordioso. Es el ser humano en su integridad quien salta de gozo como María al conocer que Dios ha puesto su mirada en ella. El jubileo ha de vivirse por tanto con el cuerpo y con el espíritu, con una vida intensa de relación con la familia, con la creación, con la sociedad con uno mismo. Se ha de vivir con una antropología eclesial donde la capacidad humana del sacerdocio, la profecía y la realeza se hagan realidad: oración, anuncio y generosidad han de ponerse en funcionamiento en su dimensión vertical y horizontal. La misericordia se vuelca especialmente en los pobres y excluidos, que son los destinatarios de las palabras del Evangelio y que nos recuerda Francisco: No a una economía de la exclusión (cf. Evangelium Gaudium 53); no a la nueva idolatría del dinero (cf. EG 55); no a un dinero que gobierna en lugar de servir (cf. EG 57); no a la inequidad que genera violencia (cf. EG 59). Esto significa la opción preferencial por los pobres del Evangelio y que manifiesta la misericordia de Dios hacia los más débiles, empobrecidos e indefensos. La falta de misericordia es no reconocer a nuestro prójimo, lo que conlleva un pecado de omisión, pues es de justicia curar las heridas con aceite y vino, y vendar al necesitado, tal como hizo el samaritano, pese a sus diferencias religiosas con los judíos. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él (Lc 10:25-37). Jesús concluye de modo imperativo: «Vete y haz tú lo mismo».
El Hogar Nazaret está en Puerto Maldonado (Perú), en medio del corazón de la selva del Amazonas. Es una casa rescate de niños que han sido utilizados como pagos a la tierra, como esclavos en las minas o como atractivo sexual en los prostíbulos.El Padre Ignacio renunció a su vida en España y comenzó una aventura de acogida y auxilio para esos niños desprotegidos, niños que sufren maltratos, que son esclavos y víctimas sexuales. Niños que, por no tener, no tienen ni identidad.El Hogar Nazaret intenta recuperar a estos niños dándoles los derechos que les han quitado. Cuando ya tienen identidad, cuando ya no pueden traficar con ellos, cuando su salud ha mejorado, cuando están escolarizados y trabajando con la familia, es cuando les permiten volver a su entorno. En este libro puedes leer historias de estos pequeños, de rescate de niños que vuelven a ser niños gracias al Padre Ignacio María Doñoro.
Todo lo que nos pueda ayudar a conocer más y mejor la palabra de Dios, y todo lo que facilite su penetración en lo más profundo de nuestra vida, habrá que aprovecharlo al máximo. Por eso son importantes libros como este, en el que se explican con sencillez y profundidad temas diversos sobre la Biblia. En la linea del que recientemente publicó la misma autora, en esta misma colección, con el título de Nacidos para la alegría. Las mujeres seguidoras de Jesús es el tema más repetido entre los siete escritos que reúne este libro. Sin duda, una buena invitación a adentrarnos en este camino para acercarnos y vivir plenamente las páginas bíblicas, punto de referencia de nuestra fe. Nuria Calduch-Benages (Barcelona 1957), licenciada en Filología anglo-germánica (Universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra) y doctora en Sagrada Escritura (Pontifiício Instituto Bíblico, Roma), actualmente es profesora de Antiguo Testamento en la Pontifícia Universidad Gregoriana de Roma y desde el año 2014 miembro de la Pontifícia Comisión Bíblica. En el Centre de Pastoral Litúrgica ha publicado, además de Nacidos para la alegría (2016), Los profetas, mensajeros de Dios (2013) y La Palabra Celebrada (2014).
En 1934 se plantea ya como la disyuntiva política Paz o Victoria. A derecha e izquierda, hubo partidarios de luchar y ganar. Fue imposible una paz sin vencedores. A ella se negaron quienes esperaban ganar cada vez que la Santa Sede propuso la paz. Paz o Victoria es una clave para entender labor y senda escogidas para beneficiarse de la victoria. La llamaron paz, pero no lo era.
La experiencia mística, por ser un trance supralingüísticoy suprarracional, que coloca al que lo experimenta más allá de las coordenadas del espacio-tiempo, es sencillamente imposible de expresar con el lenguaje humano. San Juan de la Cruz, posiblemente el más alto poeta de nuestra lengua, acepta el reto descomunal de intentar comunicarnos algo de su theopoiesis transformante através de las liras embriagadas del «Cántico espiritual», la «Noche» y la «Llama». Habla con iniciados (sobre todo, con iniciadas como Ana de Jesús y Ana de Peñalosa) porque sabe que sus interlocutores naturales son místicos como él, y les susurra, cómplice, en el Prólogo a la «Subida»: «sólo el que por ello pasa lo sabrá sentir, mas no decir».