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En el mes de junio de 1998 algún que otro medio de comunicación español publicó una interesante noticia a la que, sin embargo, se le daba poco relieve: en Estados Unidos estaba a punto de aparecer Content, una revista mensual cuyo objetivo era el seguimiento informativo e interpretativo de los propios medios de comunicación, de sus empresarios y de determinados periodistas de élite. Puesto que esos medios de comunicación y esos peridodistas le decían al público qué era positivo y qué era negativo, la nueva revista creía que ese público tenía derecho a saber qué intereses podían esconderse tras ellos. La línea de la revista se completaba con esta idea: para comprender cómo un medio selecciona y presenta la actualidad hay que conocer a sus accionistas, anunciantes y aliados políticos. La intención esencial que guía a este libro es semejante. Lo importante no es tanto lo que dicen los medios de comunicación sino por qué lo dicen de una manera o silencian determinados acontecimientos. Para ello es necesario que el público en general, y el investigador y el estudioso en particular, traten de introducirse en el conocimiento del poder y de los intereses que están detrás de los medios. Pocos medios informativos de cierto relieve --por no decir ninguno-- van a quedar en el siglo XXI actuando de forma independiente; la tendencia es que estén vinculados a una gran empresa de la comunicación (los más influyentes ya están todos en esa órbita). Los medios ya no son el cuarto poder sino que forman parte del primero, del Poder, dando lugar a una estructura en la que entidades financieras, empresas de telecomunicaciones y otras ajenas al mundo de la comunicación forman un entramado que este libro pretende reflejar aunque sea en parte y sólo para orientar al lector, ya que el tema es muy complejo y siempre está abierto a nuevas aportaciones.