De locuras privadas contextualiza y especifica las ideas expuestas en Narcisismo de vida, narcisismo de muerte. En el intento de introducir al lector en la presente compilación de trabajos. André Green se propone narrar brevemente, a través de la escritura como testimonio, su propia historia psicoanalítica. Es así como en la «Introducción» recuerda aspectos de su trato y de su ruptura final con Lacan, que tuvo por eje el vuelco del autor hacia la problemática del afecto. Explica, además, los pormenores de su encuentro con el pensamiento psicoanalítico inglés, sobre todo el de Winnicott y Bion, a quien considera un teórico de no menor envergadura que Lacan. Todo analista ?señala Green- sabe acerca del proceso psicoanalítico dentro de la cura. Sin embargo, para el analista que escribe, agrega el autor, probablemente exista un proceso psicoanalítico que no se revele sólo por su autoanálisis; la obra escrita de un analista es otro modo de proseguir su autoanálisis con posible beneficio para los demás: propone llamarlo «el proceso psicoanalítico teórico». A este debe cada quien su estilo personal de pensamiento. Acaso la escritura forme parte también de la locura privada del analista, y este sólo pueda librarse de ella, en alguna medida, si escribe sobre las locuras privadas de sus analizandos, a quienes dedica una de las partes más preciosas de sí mismo en el intercambio intersubjetivo del inconciente. Los trabajos sobre el afecto, sobre el concepto de «fronterizo», sobre la ausencia, en fin rematan con unos brillantes ensayos que abordan la cuestión de la escritura en relación con el cuerpo, el pensamiento y el orden de las representaciones, donde tal vez Green responda a esa necesidad secreta que él señala y a la cual obedece su propia escritura.
Se trate del silencio del paciente o del silencio del psicoanalista, de un silencio crónico o efímero, de un silencio de resistencia o de apertura a lo inconciente, constituye un hecho analítico de primera importancia en el desenvolvimiento de una cura. El silencio es, entre todas las manifestaciones diversamente humanas, la que expresa mejor, de manera muy pura, la estructura densa y compacta, sin sonido ni palabra de nuestro propio inconciente. Es la manifestación última de la naturaleza muda de la vida psíquica: el inconciente es ante todo un «discurso sin palabras». J.-D. Nasio ha preferido dar a este libro la forma de un dossier que reúna primero las tres contribuciones posfreudianas más importantes: Theodor Reik, 1926; Sophie Morgenstern, 1927 (presentada por Françoise Dolto), y Robert Fliess, 1949; después, los principales extractos de la obra de Freud y de Lacan, por último, una bibliografía exhaustiva sobre el tema del silencio en psicoanálisis. Incluye, además, las exposiciones y los debates producidos en las Jornadas de estudio sobre «El silencio en psicoanálisis», promovidas por J.-D. Nasio en el marco de los Séminaires Psychanalytiques de Paris (1985). La participación de analistas formados en diversas corrientes de pensamiento, la riqueza de los debates y la importancia otorgada a la observación clínica, que se reflejan en el conjunto de los textos aquí presentados, permitirán al lector situarse en las avanzadas últimas de la investigación sobre el silencio, ese lugar originario de la palabra.
Este nuevo manual de psicoterapias expone más de treinta y cinco influyentes modelos de psicoterapia, desde los más clásicos hasta los más modernos. Todos ellos son explicados desde un mismo esquema común -historia, visión de la persona, patología y trat
Una sintesis de las ideas esenciales del Psicoanálisis y la Psicoterapia Relacional, desde la contribución de las Neurociencias hasta la revisión de numerosos aspectos de la teoría y técnica psicoanalítica Esta obra nos aporta una valiosa síntesis de conocimientos y experiencia para comprender por qué el psicoanálisis viene transformándose necesariamente hacia un modelo relacional. Escrito con un lenguaje fresco y directo, el lector tendrá la sensación de escuchar hablar a Coderch en un intercambio llano entre colegas, hablando de su práctica y de su experiencia, respetuosa escucha de las vivencias de sus interlocutores y a la vez incitante interrogador que nos lleva a pensar con libertad todas las cuestiones de la práctica, respetando las ricas aportaciones que desde Freud ha hecho el psicoanálisis en su más de un siglo de existencia, pero sin quedarnos atados a dogmatismos innecesarios. Un pensar que enriquece la práctica, abriendo caminos y animando a explorarlos, y una práctica que puede y debe ser pensada, desde todos los ángulos de la experiencia, la de los analistas o terapeutas, y la de las personas que como Coderch señala en su dedicatoria depositan en los terapeutas su confianza y les permiten seguir aprendiendo, un aprender en el estar con, donde la riqueza potencial del encuentro puede ser aprovechada por ambos partícipes, en el marco del compromiso ético de la participación y respeto que es el lugar natural de la psicoterapia.