Los discursos más difundidos sobre los trastornos depresivos tienden a interpretarse en clave biológica o a destacarse en lo que se refiere a sus implicaciones sociales. La presente obra invita a traspasar la fachada negadora de conflictos tras la que muchos depresivos se parapetan y a explorar un universo relacional bastante menos idílico de lo que las apariencias sugieren. El depresivo accede a su condición de paciente emblemático de la psiquiatría desde un aprendizaje de exigencia y descalificación que le hace extremadamente sensible a la valoración de los demás. Defraudado en sus expectativas, tanto en la familia de origen como en la pareja, procesa su desesperanza en términos de culpabilidad pero también de hostilidad encubierta. Necesitado de ofrecer una imagen respetable, prefiere presentarse como enfermo orgánico que como sujeto de juegos relacionales presididos por la carencia y el expolio. Y si la dinámica de desvalorización inexorable lo conduce al acto suicida, enviará mensajes coherentes con su bajísima autoestima junto a otros capaces de transmitir a su entorno hostilidad y culpabilidad. El distímico, por su parte, produce sus síntomas en contextos presididos por triangulaciones manipulatorias, en las que aprende a manejarse entre coaliciones transgeneracionales y pérdidas relacionales relevantes. La utilización que hace de sus síntomas le conduce a participar en continuos pulsos simétricos que lo sumen en la cronicidad a la vez que disminuyen radicalmente su popularidad en medios psiquiátricos.
Durante mucho tiempo, la atención de los expertos en el campo de los abusos sexuales en la infancia se ha concentrado sobre todo en la diagnosis. Y en la mayoría de las ocasiones se limitaba a comprobar una verdad la mayoría de las veces callada o negada por las propias víctimas. Hoy en día, en cambio, el debate en torno a los métodos de diagnosis psicológica es mucho más rico y articulado. Sin embargo, existe un terreno menos desarrollado: el de las técnicas de intervención posteriores a la diagnosis relativa al niño víctima de abusos. Sea como fuere, por descorazonador que sea el inventario de las consecuencias personales y relacionales de cualquier situación traumática, aceptar el desafío y ayudar a salir del túnel en el que se encuentran tanto a las víctimas como a los adultos relacionados con ellas siempre es una aventura terapéutica estimulante. No faltan momentos de gran tensión, pero la posibilidad de ayudar a personalidades gravemente afectadas y deformadas por la experiencia traumática se erige constantemente en un poderoso estímulo para seguir adelante. Dedicado por entero a este tema, el presente volumen traduce la larga experiencia de su autora en directrices concretas para el tratamiento: verdaderos modelos de trabajo que acompañarán al lector a través de todas las etapas esenciales de la terapia.
¿Cómo ayudar a los adolescentes cuando su nuevo mundo de relaciones y actividades les tiende trampas difíciles de evitar, como las drogas, el alcohol, las "heroicas" transgresiones de toda clase de normas... o cuando su integración social provoca graves conflictos personales y con la familia? Matthew Selekman, un muy experimentado terapeuta familiar que ha trabajado exitosamente con problemas de familia de todos los estratos sociales, ofrece aquí una serie de estrategias eminentemente prácticas para ayudar a los adolescentes y sus familias a superar graves crisis y problemas. El método de la terapia de familia breve centrada en la solución de problemas evita hurgar en los aspectos negativos y difíciles de los conjuntos familiares y procura fortalecer sobre todo los aspectos positivos. Apostando por los potenciales de la voluntad de cambio, el terapeuta puede contar con la cooperación del grupo familiar en la elaboración de estrategias y la fijación de metas realistas que las familias son capaces de poner en práctica. Cada paso logrado hacia una meta hará crecer la confianza en la posibilidad de solucionar una crisis. El modelo aquí presentado integra las ideas de Deshazer, de Michael White (del grupo MRI), de Tom Andersen y del grupo Houston-Galveston. Con una gran variedad de casos clínicos se ejemplifican las tácticas de la improvisación terapéutica, el uso del humor y de la negociación de pactos de colaboración con los familiares. Dado que el grupo protagonista en el que se centra la obra, los adolescentes, muchas veces se niegan a participar en el tratamiento, Selekman incluye valiosos modelos alternativos del trabajo convencional en forma de tratamientos de apoyo sólo destinados a los padres.
Este libro se nutre de la experiencia de Mony Elkaïm -de los principios teóricos de la terapia familiar y de los numerosos casos que se han empleado- e inaugura una renovación importante de la terapia sistémica familiar. Apoyado en las investigaciones sobre cibernética y los sistemas fuera del equilibrio de H. Von Foerster y de I. Prigogine respectivamente, Mony Elkaïm insiste en el modo como el terapeuta puede ser utilizado en el interior del sistema terapéutico y en las resonancias y los ensamblajes que produce este sistema en sí mismo. La intervención del terapeuta no se centra en la búsqueda de una "verdad" del sistema o de sus miembros, sino en el ensanchamiento del campo de sus posibilidades; y la terapia no se desenvuelve más en el seno de un universo único, sino en la intersección de universos tan múltiples como desiguales.
En el tramo final del siglo XX es difícil mantener certidumbres, y más aún en el campo de la psicoterapia. Las corrientes posmodernas de la terapia familiar han enfatizado la importancia de la mirada del observador y recuperado temas históricos, como la sobredeterminación social de los procesos individuales, relativizando las aproximaciones objetivadoras a los fenómenos psicológicos. Restan planteadas, sin embargo, cuestiones eternas de máxima vigencia para el psicoterapeuta: ¿por qué hay situaciones que cambian más fácilmente que otras?, ¿qué significa la gravedad en psicopatología?, ¿existen redundancias entre expresiones relacionales que implican a la familia y a sistemas más amplios?, ¿cómo puede el terapeuta organizar su intervención para que resulte útil? Este libro pretende aportar algunas respuestas, desde la profunda creencia en que el respeto por la incertidumbre y la complejidad es compatible con la utilización de mapas y brújulas que faciliten orientarse en ellas. La práctica clínica exige un movimiento objetivador, que tradicionalmente se ha relacionado con el diagnóstico, pero también una afirmación de la subjetividad del terapeuta al elegir, entre las referencias y los recursos disponibles, los elementos necesarios paras su intervención.
Los mitos personales y familiares -es decir, el conjunto de símbolos, valores y creencias en constante evolución que ejercen una poderosa influencia en roles y relaciones- son omnipresentes, aunque a menudo no los percibamos. Como se demuestra en esta obra, utilizar esos mitos puede provocar cambios importantes en la psicoterapia. Recurriendo a la integración de teorías del desarrollo individual y de los sistemas familiares, así como también a los enfoques conductual y psicodinámico, los autores demuestran que los mitos permiten que los individuos, las parejas y las familias organicen cognitivamente sus experiencias conscientes e inconscientes y logren así definir y explicar sus relaciones en el presente. Además, constituyen un vínculo con la cultura en sentido amplio y, en última instancia, con los aspectos universales de la experiencia humana, lo cual permite al libro describir el proceso por el que los mitos personales se combinan entre sí para formar mitos conyugales y familiares: sistemas de significado, en fin, que influyen sobre el desarrollo de los individuos, ilustran el sentido de la vida familiar y convierten en predecibles las conductas y los modelos de relación.
¿Cuál es el origen de las psicosis? ¿Qué compleja relación existe entre ellas y los problemas que acosan a las familias? Siguiendo una línea de investigación cualitativa basada en el estudio intensivo de casos individuales (149 familias recibieron durante ocho años una serie invariable de prescripciones) M. Selvini Palazzoli y sus colaboradores experimentaron algo absolutamente nuevo en el campo de los procesos interactivos familiares (a los que metafóricamente dieron el nombre de juegos) que llevan a la psicosis a un hijo. Muchos lectores encontrarán, en las vicisitudes familiares simbólicas que aquí se relatan, aspectos de algunas de sus historias dramáticas. Esperemos que psiquiatras y psicoterapeutas reciban el mensaje de este libro sobre todo como una invitación a controlar, para confirmarla o desmentirla, la reconstrucción de los procesos psicóticos que aquí se presentan.
La imagen corriente sobre el alcoholismo es la de familias devastadas por la violencia y desgarradas por conflictos dramáticos. Los autores de este libro orientador pintan un cuadro muy distinto y ofrecen pruebas contundentes de que la mayoría de los alcohólicos crónicos llevan adelante su vida en ambientes de familia intactos, relativamente tranquilos. Pero muestran que vivir en una familia alcohólica -en la cual el alcoholismo es el tema central alrededor del cual se encuentra organizada la vida de la familia- ejerce profundos efectos sobre sus integrantes, tanto de los que beben como de quienes no lo hacen, y que dichos efectos pueden prolongarse de generación en generación, en formas complejas. Sobre la base de más de diez años de investigaciones intensivas, incluidas entrevistas en profundidad y observaciones en los hogares, los autores -tres psiquiatras y un antropólogo cultural- utilizan la teoría de tos sistemas familiares para trazar el curso del desarrollo del alcoholismo en las familias. Ponen en tela de juicio muchas ideas vigentes en general, y muestran, por ejemplo que la identidad alcohólica de una familia la mantiene unida con tanta frecuencia, como la disgrega, y que las familias en las cuales el alcoholismo no invade las rutinas y los rituales no tienden a transmitir su identidad alcohólica a sus hijos. En la última sección, los autores describen un modelo de terapia familiar para el tratamiento del alcoholismo con una perspectiva de desarrollo. Su libro constituye un aporte de vital importancia para la bibliografía sobre el alcoholismo y la familia.
Cómo una saga puede esconder otra ¿Quieres vivir una aventura excepcional gracias a tu árbol genealógico y ofrecer a quienes amas la magia de tus descubrimientos? La psicogenealogía es una herramienta excelente para analizar la historia familiar, pues permite reparar los sutiles lazos que unen las generaciones y dar sentido a la propia historia personal, familiar o relacional. A partir de elementos simples, tales como el nacimiento, la elección de nombres, las situaciones conflictivas o la formación de la pareja, es posible determinar las programaciones vitales positivas y negativas de la genealogía. El hecho de poder revivir los acontecimientos clave y las experiencias fundamentales de nuestra saga familiar nos libera de las dificultades que nos depara el transcurso de la existencia. Las familias en crisis, el abandono de los hijos, el fallecimiento de parientes cercanos, los accidentes, las enfermedades, los fracasos, las migraciones los caminos de nuestros ancestros se funden en el mar de la gran Historia. La psicogenealogía aplicada decodifica la combinación de alianzas, desvela las repeticiones que se producen en la historia familiar, pone voz al silencio de los muertos y libera los secretos de la familia y el peso de lo tácito.
Éste es el libro más completo aparecido hasta el momento sobre el fenómeno de las toxicodependencias, un texto que integra diferentes hipótesis etiopatogénicas en un modelo clínico complejo. Los múltiples aspectos del tema ?individuales, sociales y relacionales, por un lado; psicodiagnósticos y terapéuticos, por otro? quedan unificados por la referencia constante a la familia, contemplada como el origen del sufrimiento y a la vez como el recurso más importante para la cura. Y en esa aproximación se mueven personajes de tres generaciones: el hijo toxicodependiente, sus padres ?también en su rol de cónyuges? y los padres de los padres. A través del esfuerzo de rastrear las vicisitudes que han marcado la existencia infantil y adolescente de cada generación, se derivan tres modelos de procesos evolutivos perfilados en el universo multiforme y huidizo de la droga y que parecen afectar tanto a los núcleos disgregados como a las familias «normales». Tres recorridos que representan otras tantas modalidades según las cuales, de una generación a otra, se transmiten traumas y carencias escasamente reconocidos y elaborados. Stefano Cirillo, terapeuta familiar, es miembro del equipo del Nuevo Centro para el Estudio de la Familia, dirigido por Mara Selvini Palazzoli, y también autor de Niños maltratados (con P. Di Blasio) y El cambio en los contextos no terapéuticos, ambos igualmente publicados por Paidós. Roberto Berrini y Gianni Cambiasso, psicoterapeutas de formación psicodinámica y sistémica, han coescrito los libros Terapia della famiglia in crisi y Figli per sempre. Roberto Mazza es profesor de la Escuela Superior de Servicio Social de la Universidad de Pisa.
Con unas características y peculiaridades que lo distinguen del resto de los medios en los que se desenvuelve el ser humano, la familia constituye un marco privilegiado para el desarrollo de las personas. Las relaciones que ocurren entre sus miembros, las funciones que cumple en la sociedad, su desarrollo evolutivo y los tipos de familia existentes con su problemática psicológica propia, hacen que el ámbito familiar sea muy específico y que exija una formación especializada del psicólogo que se ocupa de él. En este manual se desarrolla el perfil profesional del psicólogo de familia. El objetivo es contribuir a la formación tanto de los futuros profesionales como de los psicólogos que trabajan en este campo. Para alcanzar este objetivo, el manual cubre una amplia gama de temas. Analiza la situación de la familia actual, proporciona información para la adecuada formación de los padres y revisa los problemas que surgen con más frecuencia en la crianza y en la educación de los hijos. Aborda la adopción, el divorcio, la problemática de los ancianos en la familia, el maltrato, los problemas con las adicciones o el afrontamiento de la enfermedad crónica y de la muerte. También contempla condiciones familiares específicas, como es el caso de las familias reconstituidas o las familias de doble empleo. Asimismo, se señala el ámbito familiar como medio idóneo para detectar problemas de salud mental y para educar en la salud. La obra proporciona información relevante pero con un carácter aplicado, que se plasma tanto en pautas y procedimientos generales de actuación como en programas de intervención en cada uno de los temas que se abordan. También orienta sobre el modo más adecuado de hacer frente a las peculiaridades de las intervenciones psicológicas con padres.