«No podemos cambiar las cartas que se nos reparten, pero sí cómo jugamos nuestra mano.» RANDY PAUSCH Muchos profesores pronuncian conferencias con el título «La última lección». En ellas, los organizadores suelen pedirles que se planteen su propia muerte y consideren qué es lo que más les importa en la vida. Y mientras hablan, el público no puede hacer otra cosa que hacerse la misma pregunta: ¿qué nos gustaría comunicar a los demás si supiéramos que esta es nuestra última oportunidad? Si mañana desapareciéramos, ¿cuál querríamos que fuera nuestro legado al mundo? Cuando se invitó a Randy Pausch profesor de ciencias informáticas de Carnegie Mellon a impartir esta conferencia, no tuvo que echar mano de su imaginación, porque le acababan de diagnosticar un cáncer terminal. Sin embargo, su conferencia titulada «Cómo alcanzar los sueños de tu infancia» no trataba de la muerte, sino de la importancia de superar los obstáculos, de hacer posibles los sueños de los demás, de aprovechar cada momento (porque «el tiempo es lo único que tienes y quizá un día descubras que no te queda tanto como pensabas»). La conferencia fue la suma de todo aquello en lo que cree Randy. Era una conferencia sobre la vida. Randy Pausch ha escrito este libro con el mismo humor, convicción e inteligencia que hicieron de su conferencia un inolvidable fenómeno para muchos. La última lección, por eso precisamente, está llamado a conmover y hacer pensar a los lectores durante muchas generaciones.
«En sus buenos tiempos, Cela llegó a confesarme que lo mejor que podía hacer un escritor literario de verdad era huir, como alma que lleva el diablo, de publicar en los suplementos literarios o culturales de los periódicos. Ya estaba bien con publicar en los periódicos, una suerte de maldición dulce, porque al mismo tiempo que agota cierta energía del escritor también mantiene su maltrecha economía. En mi caso, desde que me recuerdo escritor publico con frecuencia artículos, entrevistas, reportajes y ensayos en los periódicos en los que hasta ahora he colaborado. Celebración de la intemperie recoge todos los artículos de mi columna del ABCD Las Artes y las Letras titulada A la intemperie, hasta finales del año 2007. De modo que, contra el consejo de Cela, he regresado a mis años al lugar del crimen, un suplemento cultural y literario semanal; y para no variar, me he seguido sintiendo, siempre a mis años, como si estuviera a la intemperie; con el temor de que el viento rolara en la dirección contraria a la dirección contraria en la que siempre he querido moverme.»
Paul Valéry escribió que los dos peligros que amenazan al mundo son el orden y el desorden. Sobre el orden y el desorden de la sociedad contemporánea gira este texto. Una idea lo recorre, la de que acaso el reino del hombre ha llegado a su fin. La civilización fundada sobre la supremacía humana, sobre la idea de la superioridad de nuestra especie, deberá ceder su lugar a un orden más respetuoso, más cordial con las otras criaturas. Quiere señalar también que el hombre sólo encontrará el camino de su propia supervivencia si abdica de su trono arrogante y se somete discretamente a los poderes que de verdad rigen la vida y sostienen el universo. Tal vez en el poder terrible de la ciencia, en el influjo abrumador de la técnica, y en esa creciente hostilidad indiscriminada del hombre hacia el hombre que llamamos industria militar y terrorismo, se pone de manifiesto que la supremacia de lo humano ha perdido su justificación, que hay que buscar caminos por fuera de esa arrogancia ingenua, y que siendo algo mucho más grande lo que ahora debemos salvar, es tarde para el hombre. Estas palabras de la introducción de Ospina resumen con extremada claridad los temas tratados en los seis ensayos que ahora se publican por vez primera en España. Éste es uno de los libros esenciales sobre los que gira toda la obra, tanto poética, narrativa y ensayística, de William Ospina. ¿Qué le queda al hombre al final del milenio que no sea reencontrar el genuino sentido de lo sagrado y lo bello? ¿Qué significado poseen hoy la enfermedad, la muerte, la naturaleza, y el tiempo libre desprovistos de la profundidad de la mirada mítica? ¿Es -como escribe con tersura William Ospina en estos seis ensayos- tarde para el hombre?
Todo el mundo tiene derecho a su memoria. Cada individuo la ejerce libremente, legitimado por la experiencia de las horas vividas, de los momentos pasados, del tiempo que se consume y que para uno mismo siempre son historia. En esta ocasión el cineasta Antonio Isasi-Isasmendi ha creído que era bueno manifestar la suya propia, ahora que su oficio de hacer películas queda lejos, ahora que está sentado frente al mar de Ibiza en compañía de su perro, aunque sólo sea para convertir la nostalgia en melancolía, la imaginación del pasado en la belleza de un tiempo que regresa y que dibuja tímidas sonrisas. El presente de aquellos días grises de la guerra que habitan entre sus recuerdos y que se proyectan sobre las olas. Y junto a sus hermosas palabras, llenas de emoción y experiencia, rememoramos en su compañía los pequeños avatares que constituyen el tejido de la vida y que alcanzan toda su profundidad en la escalera de casa, en la esquina del barrio, en el rostro de los vecinos, en la ropa íntima femenina colgada en los tendederos del patio o en los juegos eróticos con una niña en el rellano. Todas las cosas grandes están hechas de cosas pequeñas. Mediante esta urdimbre cotidiana de sensaciones primarias Antonio Isasi-Isasmendi atraviesa la Guerra Civil y la guerra europea, involucradas en la propia pubertad sin saber si era más importante el desembarco de Normandía que la primera caricia femenina aceptada con todo el sabor del pecado. Los días grises reconstruye unos años de lucha desde la mirada de un hombre que entonces experimentaba como niño la pérdida de la inocencia. «Los días grises en Barcelona desde 1936 hasta 1945, donde Antonio Isasi pasó la niñez, es una memoria histórica. Después de tantas calamidades, un placer». MANUEL VICENT
Conscient d'aquest fet, la supermainadera més estimada de la televisió posa a l'abast de tothom la seva àmplia i reconeguda experiència en aquest camp amb aquesta pràctica guia.Amb un to càlid i proper, però alhora precís i directe, Jo Frost dóna als pares tota una sèrie d'informacions pràctiques i el suport emocional necessari per tal de superar amb èxit el repte que suposa el primer any de vida d'un fill.Farcit de consells sensats, el nou llibre de la supermainadera inclou les respostes més assenyades i útils a qüestions tan freqüents com:- Com em preparo per anar a l'hospital?- Què cal comprar necessàriament abans que arribi el nadó?- Quins canvis són imprescindibles a casa? Com és aconsellable decorar l'habitació del nadó?- Quina és la millor manera de marcar les pautes de rutina per als àpats i perquè el nen dormi sense problemes?- Quin és el millor moment per tornar a la feina? Què caldria tenir en compte a l'hora d'escollir mainadera i escola bressol?- És sempre aconsellable donar el pit? Quan s'hauria de deixar de fer-ho?
«Fue suficiente que compartiera usted conmigo, y tan generosamente, las lluvias y lloviznas, los remojones y los costes de nuestra travesía por ríos y canales; que remara usted con tanto brío para recuperar el Arethusa tras el naufragio, cuando ya se lo