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Luis García Montero ha reunido en La puerta de la calle una selección de columnas periodísticas y literarias publicadas durante 1995 y 1996 en la edición de El País Andalucía. Con este libro, el poeta trata de jugar con una mirada propia en campos de interés colectivo, sugerir como individuo algunas ideas de repercusión pública y penetrar con la distancia callejera de lo cotidiano en la subjetividad propia. La primera persona del columnista literario es un buen recurso. Frente a la homologación y al consenso del pensamiento único, el detalle de la mirada personal y la experiencia biográfica adquieren significación. La literatura aporta en los periódicos un saludable cambio de tercio, un aliento rojizo de vida en la piel neutra de las informaciones. Cuando los mensajes totalitarios de las grandes agencias han sustituido a las lecciones de San Isidoro o Santo Tomás, la melancolía y la perplejidad del columnista sirven para recordarnos que muchas verdades son simples opiniones, puntos de vista interesados. La literatura rompe el consenso, porque nos revela el derecho a la disidencia de los lectores, la posibilidad impertinente que tiene cualquiera de buscar sus huecos en el día, su opinión personal.
Un segundo aspecto en el que se detiene especialmente es en el motivo esencial de su viaje: Canarias como centro de curación. Es éste uno de los primeros antecedentes de lo que será el desarrollo de una infraestructura hotelera dedicada a satisfacer las demandas de acaudalados turistas ingleses que residirán en las Islas para curarse de sus afecciones. El relato de Debary resulta de gran interés por situarse en una época de transición en todos los órdenes en Canarias y proporcionarnos una visión crítica y analítica del estado del Tenerife que Debary conoció a mediados del siglo XIX.
Voltaire es uno de los enciclopedistas franceses más notables e influyentes. Su libre pensamiento, sus sátiras del poder establecido y su actitud tolerante y abierta, le valieron varios exilios y hasta encarcelamientos. Este volumen recoge una selección de sus Cartas filosóficas o Cartas inglesas, bajo el nombre de Epistolario inglés, y su célebre Cándido, representación de su filosofía a través de un inocente personaje que descubre la injusticia y maldad del mundo.
Ensayos en suma recoge distintos textos de José Ricardo Morales dedicados al mundo del escritor y del intelectual. Tras analizar la disidencia propia de los escritores, el autor estudia el Quijote según los atributos del libro y de la lectura, estimando que la narrativa moderna no deriva de la epopeya, del epos o palabra pronunciada ante un pueblo, sino que puede proceder, más bien, de la antigua narratio, en cuanto descripción fidedigna de los acontecimientos que deben puntualizarse en una causa judicial. Además, al tratar extensamente el mayor poema filosófico de nuestra lengua el Primero sueño, de sor Juana Inés de la Cruz lo entiende a partir de fuentes y supuestos muy otros que los habitualmente empleados, considerándolo como «un poema monádico» en el que predominan la ambigüedad y la incertidumbre. Después el autor perfila diferentes figuras de escritores, como Federico García Lorca, José Ferrater Mora, Max Aub y Violeta Parra, a base del conocimiento directo que de todos ellos tuvo, relacionándose así algunos aspectos de sus vidas con sus obras. Por último, una vez analizada la condición del intelectual en función de su capacidad electiva y aun de su dudoso poder, el autor indica la necesidad de dar sentido a la técnica según su humana razón de ser, pues una técnica sin logos nunca será tecnología. Con todo ello, este libro se une a las numerosas obras dramáticas y a los diversos volúmenes de ensayo publicados por José Ricardo Morales, entre los cuales Arquitectónica (Biblioteca Nueva), Estilo y paleografía, Poetas en el destierro, Al pie de la letra, Mímesis dramática y Estilo, pintura y palabra fueron ampliamente reconocidos en España y América.