La hora de los Tanques narra en primera persona las vivencias en el Frente Oeste de las tripulaciones de los recién nacidos carros de combate, tanto en batallas tan cruentas como las del Somme, Ypres o Cambrai, como en la retaguardia. Considerado por muchos historiadores de la Primera Guerra Mundial como la mejor fuente primaria escrita por un carrista durante ese conflicto, el relato del comandante Watson satisface a los entendidos en el tema por su amplitud de detalles, y resulta accesible y absorbente para los no iniciados gracias a las excelentes dotes narrativas del autor, quien combina el clásico humor británico con la exposición de los males de la guerra y la crítica a los errores cometidos por los estamentos militares, algo poco habitual en las memorias aparecidas inmediatamente después de aquella guerra. Esta primera edición en castellano agrega una introducción del entonces coronel de los Ingenieros Reales Ernest Swinton, uno de los principales artífices del nacimiento y empleo del carro de combate, a la que se suman numerosas notas explicativas y un apartado de textos breves complementarios, la mayor parte de ellos escritos por otros carristas de la época, así como por Winston Churchill, quien intuía que el tanque iba a convertirse en un arma decisiva en el campo de batalla. Del mismo modo, los nueve croquis del libro original se ven acompañados ahora por un extenso apartado gráfico, en el que se incluyen nuevos mapas a color y numerosas fotografías a color y en B/N.
El despertar del genio teilhardiano tuvo lugar en los campos de batalla de la Gran Guerra. El «bautismo en lo real», como él mismo lo llamó, llevó a Pierre Teilhard de Chardin a escribir estos textos que constituyen una clave imprescindible para comprender la posterior evolución de su pensamiento religioso, filosófico y científico. En medio de la carnicería del frente, donde sirve como camillero y capellán, el alma mística de Teilhard se abre a altas consideraciones sobre el sentido profundo de la vida, la muerte, la historia o el Cristo cósmico que se hace transparente en la materia ensangrentada. Teilhard escribe sobre todo para sí mismo. Redacta un testimonio, casi un testamento. No comunica sus escritos más que a un pequeño número de personas. No espera poderlos publicar. Todo lo que había visto, sentido, pensado, durante aquel periodo extraordinario del que salió transformado, ¿podría un día revelarlo? Él mismo se planteaba ansiosamente esta pregunta la víspera de su desmovilización: «¿Se me entenderá alguna vez?». Se hallaba en el punto de partida de su gran aventura intelectual. Esta nueva edición de los Escritos del tiempo de la guerra se ofrece en dos volúmenes. El primero, La Vida cósmica, incluye los siete primeros ensayos comprendidos entre 1916 y 1917. El segundo, La gran Mónada, presenta los trece ensayos restantes, pertenecientes a los años 1918 y 1919.
¿Sabía que hubo una batalla en Europa recién acabada la guerra, que Churchill permitió una terrible hambruna en la India o que hubo judíos en la Gestapo? ¿O que muchas de las cosas que tiene en su cocina se originaron en aquella contienda? Conozca éstas y otras sorprendentes historias, en una visión amena y rigurosa del conflicto de 1939-1945. Cuando parece que ya está todo escrito sobre el conflicto de 1939-1945, el historiador y periodista Jesús Hernández nos demuestra que no es así con Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial. En esta amena obra, el autor acepta el reto de sorprender al lector con episodios que, a buen seguro, no encontrará en sus libros de Historia. Quien se acerque a estas páginas podrá descubrir los sofisticados trucos que pergeñaron los soviéticos para engañar a los alemanes o los épicos esfuerzos norteamericanos para conseguir algo tan prosaico como suministrar libros a sus soldados. También conocerá al verdugo más prolífico de la Historia, y a algunos españoles que tuvieron su inesperado protagonismo, como el ingeniero que pudo haber salvado miles de vidas en Londres, o los republicanos a los que Stalin les encargaría una importante misión secreta. Aquí leerá, por primera vez, que la India tuvo también su propio juicio de Núremberg, o que los japoneses recurrieron a las mafias locales para apoderarse de la colonia británica de Hong Kong. En esta obra figuran temas que, por la incomodidad que provocan, son eludidos en los libros sobre la contienda, como el de los miles de soldados aliados que murieron víctimas del fuego amigo, la discriminación de los soldados negros en el ejército norteamericano o los judíos que colaboraron activamente con los nazis en el exterminio de su propio pueblo. El lector se sorprenderá, igualmente, al saber que en su vida cotidiana puede encontrar no pocos artículos y alimentos que nacieron gracias a la Segunda Guerra Mundial: desde el papel de aluminio y el papel film al zumo de naranja concentrado, pasando por las barritas energéticas o los aperitivos de maíz frito. Además, el autor incluye un capítulo con 111 datos curiosos de la guerra, así como 10 cuestionarios que pondrán a prueba los conocimientos del lector más entendido. Todo ello hace de la lectura de esta obra divulgativa una experiencia tan sorprendente como enriquecedora.
Alberto Insúa, corresponsal de la Gran Guerra presenta una faceta menos conocida del autor, la de periodista y, más concretamente, de corresponsal en París del periódico ABC en la primera guerra mundial, entre 1915 y 1917. En su centenario, la presente edición recupera dos textos publicados este último año, Páginas de la guerra. Por Francia y por la libertad y Nuevas páginas de la guerra. Son artículos en los que describe los paisajes en el fragor de la guerra, enumera y enjuicia las controvertidas posturas de políticos e intelectuales del momento desde una perspectiva abiertamente francófila -entreverando la literatura con la guerra-, narra los avances y retrocesos de la contienda y detalla el acontecer diario de los soldados. Como Plutarco, ?la anécdota es la sal de la Historia? repite Alberto Insúa, quien expone su personal visión de la guerra y de las partes implicadas en la misma, sin soslayar lo sórdido y desagradable, dándose la mano ?lo trascendente y lo fugitivo?.
La Gran Guerra no fue tan sólo un conflicto europeo. Eugene Rogan, autor de Los árabes, nos relata esa otra Gran Guerra que se desarrolló en el Oriente Próximo entre el Imperio Otomano, aliado a Alemania, y las potencias coloniales europeas. Una «guerra santa» proclamada por el sultán turco con la intención de sublevar contra sus colonizadores todos los países islámicos, desde Marruecos ala India, que pudo haber cambiado el resultado final del conflicto. Rogan revive aquí los episodios de esta otra guerra demasiado ignorada: el desastre de Galípoli, en que hubo medio millón de bajas; el genocidio de los armenios, que llevó al exterminio de un millón y medio de seres humanos; la campaña de Mesopotamia, con el dramático sitio de Kut, una de las mayores derrotas británicas, o la revuelta árabe, que precipitó la derrota de los otomanos y el fin de un imperio que durante seis siglos había sido una gran potencia mundial. Unos antecedentes que es preciso conocer para entender la naturaleza de los problemas actuales del Oriente Próximo.
De Atenas a Constantinopla, de Carlos Ibáñez de Ibero, es un documento vivo de excepcional interés para adentrarse directamente en la delicada situación en los Balcanes en el primer año de la Primera Guerra Mundial. El libro está concebido como un conjunto de entrevistas realizadas por el autor en Atenas y en Constantinopla con jefes de Estado y de gobierno, de ministros, así como de relevantes personalidades de la vida militar, política y económica de Grecia, como el rey Constantino I, Elecferios Veniselos, Ion Dragumis, Dimitiros Gúnaris o Stéfanos Sculudis; y de Turquía, como Enver Pachá, Talat Pachá y Ahmed Cemal, el triunvirato dirigente del Comité de Unión Progreso que llevó al Imperio otomano a su implicación en la guerra al lado de Alemania y Austria-Hungría. El libro de Ibáñez de Ibero, publicado en Francia (1916), nunca circuló en España hasta hoy en que por primera vez se edita en español.
Un análisis exhaustivo de las causas, el desarrollo y consecuencias de la Gran Guerra: las principales batallas, los protagonistas, la cultura y las ideologías que la sustentaron. Un manual imprescindible para conocer y comprender el siglo xx.
Las ocupaciones nacionalsocialistas y las de la Unión Soviética condujeron a miles de personas a lanzarse a una lucha oculta por defender sus patrias, sus vidas y su dignidad, tanto en el Este como en el Oeste de Europa. A causa de la división producida por la Guerra Fría nadie había intentado hasta ahora realizar una interpretación global de la resistencia contra la Alemania nazi y contra la Unión Soviética. Porque en realidad la Segunda Guerra Mundial no concluyó hasta que a finales de los años 1950, los últimos guerrilleros en España, en Grecia, en Rumania, en Lituania, en Ucrania o en los bosques polacos, se dieron por vencidos o fueron exterminados. Estos grupos partisanos habían sucedido a los movimientos clandestinos que en el violento huracán de la Segunda Guerra Mundial habían combatido contra sus respectivos invasores. Muchos de los últimos partisanos habían integrado aquella clandestinidad antinazi o antisoviética, incluso ambas. Esta es la primera historia de la Europa clandestina.
?Es este un libro sobre la Primera Guerra Mundial. No es, sin embargo, un libro sobre qué fue esa guerra ?es decir, sobre sus causas, su progreso, su final y sus consecuencias-; sino un libro sobre cómo fue. Lo que el lector encontrará aquí no son tanto factores como personas, no tanto procesos como impresiones, vivencias y estados de ánimo. Lo que he intentado reconstruir, más que el curso de unos acontecimientos, es un mundo emocional.. Mayoritariamente se trata de gente muy joven, hombres y mujeres de apenas veinte años. De esta veintena de personajes dos caerán en combate, dos serán tomados prisioneros, dos se convertirán en héroes homenajeados, dos acabarán siendo, físicamente, unas piltrafas. Varios de ellos reciben la guerra con los brazos abiertos pero aprenden a aborrecerla; algunos la aborrecen desde el primer día; otro la ama de principio a fin. Uno de ellos perderá literalmente la razón y dará con sus huesos en un hospital psiquiátrico, otro no llegará a oír ni un solo disparo. Y así sucesivamente. Pese a todas las diferencias en cuanto a destino, roles, sexo y nacionalidad les une el hecho de que a cada uno de ellos la guerra les robó algo: la juventud, las ilusiones, la esperanza, la humanidad ?la vida. La mayor parte de estas veinte personas vivirán experiencias dramáticas y atroces; sin embargo, lo que se pretende enfocar es el lado cotidiano de la guerra. En cierto modo este texto es un pedazo de anti historia, lo que he querido ha sido reencauzar a sus elementos más atómicos e ínfimos, es decir, al individuo y sus vivencias, un acontecimiento que, se mire por donde se mire, hizo época.?
?Es este un libro sobre la Primera Guerra Mundial. No es, sin embargo, un libro sobre qué fue esa guerra ?es decir, sobre sus causas, su progreso, su final y sus consecuencias-; sino un libro sobre cómo fue. Lo que el lector encontrará aquí no son tanto factores como personas, no tanto procesos como impresiones, vivencias y estados de ánimo. Lo que he intentado reconstruir, más que el curso de unos acontecimientos, es un mundo emocional." Peter Englund
El libro que tiene el lector entre sus manos es absolutamente único. Traducido y publicado por primera vez al castellano, El pueblo en la guerra recrea algunas conversaciones fragmentarias de soldados rusos que fueron heridos en el frente de la Primera Guerra Mundial entre los años 1915 y 1916, y a los que Sofia Fedórchenko atendía en calidad de enfermera, creando un mosaico de testimonios que, al ser recopilados en el formato de libro, convirtieron en protagonista a todo un pueblo sumergido en una guerra atroz. Desde su aparición en 1917, el libro cosechó un éxito rotundo dentro y fuera de Rusia. Pronto llamó la atención de escritores como Thomas Mann o Elias Canetti, quien lo leyó como si se tratase de la mejor literatura rusa que uno ama. Es la imagen de la Primera Guerra Mundial más fiel y verdadera que conozco, no escrita por un escritor, sino hablada por personas que, sin sospecharlo, son todos escritores, anotó en uno de sus cuadernos de apuntes.
Un ensayo basado en las novelas y memorias más destacadas de algunos de los grandes novelistas del siglo XX: Ernest Hemingway, Erich Mª Remarque, Joseph Roth, Robert Graves, Lajos Zilahy, Isaac Bábel, Henri Barbusse, John Dos Passos, Jaroslav Hasek, Curzio Malaparte, Mijaíl Bulgakov, Ernst Jünger...
Fernando Pessoa sólo publicó un libro en vida, Mensagem, en 1934. Minado por el alcohol, Pessoa murió al año siguiente, dejando una vasta obra inédita que se conoció en forma póstuma. Conocido sobre todo por el Libro del desasosiego, publicado en Portugal en 1982, Pessoa se desdobló en varios escritores ficticios o heterónimos, con estilos diversos, siendo una de sus facetas menos conocida todavía hoy la de ensayista político-filosófico. Los materiales reunidos en este volumen revelan un Pessoa teórico social, creador de doctrina, agitador y filósofo político, cronista e intérprete de los sucesos que le toca vivir entre 1910 y 1935. En este dramático contexto mundial (Primera guerra mundial, Revolución rusa, caída de monarquías europeas, surgimiento del fascismo) Pessoa exhibe una particularísima y excéntrica visión político-social, en la cual confluyen un conservadurismo revolucionario, un antiparlamentarismo radical, un anti-igualitarismo nacionalista, un tenaz aristocratismo à la Nietzsche, hasta incluso una visión imperialista mesiánica, que modifican radicalmente la visión de su vida y su obra.
El prestigioso autor Max Hastings se aparta de los relatos al uso para mostrarnos cómo una Europa incapaz de imaginar la magnitud de la catástrofe que iba a desencadenarse se lanzó a lo que pretendía ser ?la guerra para acabar con todas las guerras?, y fue, por el contrario, el inicio de un siglo de barbarie. Hastings se basa en los resultados de las investigaciones más recientes para profundizar en los orígenes, los planes y la dirección del conflicto, y baja después hasta el campo de batalla para, como gran historiador de la guerra que es, narrarnos los combates y revivir la experiencia humana de quienes participaron en ellos, valiéndose de una riquísima documentación de cartas, diarios y testimonios de veteranos de guerra -oficiales rusos, artilleros serbios, soldados franceses o belgas?- que está en poder del autor. Un libro esclarecedor que va mucho más allá de los tópicos.
La carrera en pos del poder económico y político, la lucha por las colonias, la rivalidad militar y los sentimientos nacionalistas fueron el germen que terminó con el estallido de la I Guerra Mundial, un conflicto que durante cuatro años asoló Europa, empobreciéndola, arrastrándola a la Gran Depresión de 1929, levantando los pilares de la II Guerra Mundial y, sobre todo, cobrándose la vida de unos 8 millones de combatientes, además de los civiles muertos y heridos.