En nuestro imaginario, Sarajevo es un topónimo vinculado con el asedio, la supervivencia, el horror. En el contexto de la guerra de Bosnia, a principios de los años 90, la ciudad se convirtió en una red de balas cruzadas y proyectos culturales, de destinos negados y de gestos esperanzadores, de carestía e imaginación. Como Susan Sontag o Juan Goytisolo, Alfonso Armada estuvo allí y nos lo cuenta. Lo hace con una prosa precisa y lírica, que recurre tanto a la bitácora como a la crónica, tanto al apunte personal como al texto de opinión, para transmitir la complejidad del conflicto que decidió la Europa del siglo XXI en un libro lleno de desgarros. Lo acompañan dos grandes conocedores de la antigua Yugoslavia: con sus fotografías el prestigioso fotorreportero Gervasio Sánchez compañero de viaje del autor, que también fue testigo de la guerra; y con su prólogo, Clara Usón, autora de una novela indispensable sobre el tema, La hija del Este.
En la década de los setenta, Tom Wolfe, Gay Talese y otros escritores estadounidenses impulsaron el llamado Nuevo Periodismo, movimiento que revolucionó el género periodístico al situarlo al nivel de la mejor literatura, tanto por las audaces técnicas narrativas empleadas como por la novedosa forma de explorar los temas y los personajes. Cuarenta años después, Robert S. Boynton define en este libro lo que él denomina el «nuevo Nuevo Periodismo», y lo hace a través de una serie de conversaciones con diecinueve profesionales cuya labor continúa y actualiza el legado de sus predecesores. Estos «nuevos nuevos periodistas» son ante todo reporteros que se implican a fondo en sus investigaciones, como Ted Conover, que vivió durante meses como un vagabundo; Jon Krakauer, que acompañó una expedición al Everest de funesto desenlace; o Adrian Nicole LeBlanc, que dedicó casi diez años a escribir un reportaje sobre una familia del Bronx. Estrategias de inmersión que ilustran el análisis de los problemas más candentes de la actualidad y le dan una dimensión real. Las entrevistas recogidas en El nuevo Nuevo Periodismo revelan los métodos, las fuentes de inspiración, los objetivos y las inquietudes de un grupo de periodistas que han infundido nueva fuerza a una profesión apasionante y más necesaria que nunca.
Aprender a comunicar con Manuel Campo Vidal. "Atención al poder de la palabra". Manuel Campo Vidal, sociólogo, profesor de comunicación y reconocido periodista, lo sabe mejor que nadie: somos lo que comunicamos, y por eso en este libro se identifican, se describen y articulan las claves para conseguir la excelencia comunicativa: la palabra y su poder, el valor del silencio, la escucha imprescindible y el impacto de la emoción. Una obra eminentemente práctica, porque con técnica, trabajo y ensayo se puede lograr ser un excelente comunicador que sorprenda al auditorio, que emocione con sus palabras y también con sus silencios, y Manuel Campo Vidal es, tal vez, el mejor profesor en la materia para enseñarnos a serlo.
La Estafeta Literaria ni ha contado con demasiada fama posterior, ni ha sido objeto de extensas páginas en los manuales sobre el tema (Garbisu, 2017). Se sigue, de la explicación de la investigadora y profesora, que La Estafeta ha sido, todavía y hasta e
A lo largo del convulso otoño político de 2017, los corresponsales en España han gozado de una privilegiada mirada sobre los acontecimientos que se produjeron antes, durante y después del referéndum catalán del 1 de octubre. En primer lugar, porque el propioEjecutivo catalán les dio un protagonismo importante de cara a internacionalizar el conflicto. Y, en segundo lugar, porque contemplaban los hechos desde la perspectiva única que da la falta de vinculación emocional.Sandrine Morel, corresponsal de Le Monde en España, nos cuenta en este libro su versión de lo acontecido con información de primera mano y con un resultado sorprendente. En la obra se reproducen declaraciones de los protagonistas desconocidas hasta ahora. Aunque no es este un análisis aséptico. La visión de Sandrine es crítica y mordaz, y pone en evidencia las estrategias de manipulación y movilización llevadas a cabo por las partes, a la vez que da su propia versión de los hechos sobre los verdaderos motivos ?históricos, políticos y económicos? que confluyeron en el procés.Un relato que pone luz a unos acontecimientos que forman ya parte de la historia de este país y que siguen muy abiertos en nuestras propias vidas cotidianas.
Desde el protoperiodismo medieval hasta el periodismo en crisis de 2016, pasando por las primeras publicaciones regulares o la normalización de la profesión; así como la información de masas, los escollos de la censura, la apertura democrática del país o la revolución digital a escala planetaria, todos estos fenómenos tuvieron su reflejo interno y externo en los medios de comunicación social, cuya función histórica se analiza en la presente obra desde una perspectiva interrogadora, crítica y estructural. Las autoras de este volumen examinan la historia del periodismo español atendiendo a las relaciones que esta labor esencial para la salud demo crática ha mantenido con el devenir social, político y empresarial de cada momento histórico. Solo partiendo de un conocimiento del contexto es posible comprender una profesión que cambia la historia de las naciones, transforma las sociedades y derriba las fronteras. Historia práctica del periodismo español es una obra plenamente adaptada al espacio europeo de educación superior, pues ofrece también un acercamiento a los contenidos a través de casos prácticos y ejercicios de autoevaluación; lo cual, sumado al enfoque interpretativo, supone un plus con respecto a los tradicionales manuales en la materia. María José Ruiz Acosta es profesora de Historia del Periodismo Español en la Universidad de Sevilla?.? Antonia Isabel Nogales-Bocio es profesora del? ?Área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad? ? de Zaragoza?. ?
No me olvidéis", pedía la periodista Paloma Gómez Borrero poco antes de fallecer. Si vas a Roma, llama a Paloma es el retrato de una mujer para el recuerdo, una periodista con un don especial para contar e informar, repleto de anécdotas e imágenes inédit
Tanto George Orwell como Winston Churchill vieron peligrar su vida a mediados de la década de 1930: Orwell por un disparo en el cuello en la guerra civil española y Churchill en un accidente de coche en Nueva York. De haber muerto entonces, la historia apenas les recordaría. Churchill era un político acabado, sospechoso para su clase y para su propio partido, y Orwell era un novelista del que como mucho se habría podido decir que tenía un éxito moderado. Ambos mantenían una actitud antitotalitaria que no contaba con demasiados partidarios en aquella época. La democracia había quedado desacreditada en muchos círculos y los dirigentes autoritarios, de uno y otro color, estaban, en cambio, al alza. Churchill y Orwell, cada uno por su lado, fueron capaces de ver que lo que se hallaba en peligro era la libertad del ser humano y que, ya fuera comunista o fascista, un Gobierno que negaba a la población sus derechos constituía una amenaza contra la que había que luchar. Los dos, uno en la arena política y el otro en el campo de las letras, demostraron en los años siguientes estar a la altura de los tiempos. Y aunque Churchill jugó un papel mayor en la derrota de Hitler y el Eje, Orwell creó con Rebelión en la granja y 1984 dos metáforas inmortales sobre los peligros del totalitarismo cuya influencia llega hasta hoy. Sus vidas, las de ambos, fueron un canto al poder de las convicciones morales, y al valor que se requiere para mantenerse fiel a ellas, contra viento y marea.
De aquellos polvos? Pocas veces se hace tan pertinente la reedición de un libro como en este caso. La anómala vigencia de este texto, la lucidez de sus páginas, tiene que ver no con la necesidad de mirar atrás, sino de reseguir los polvos para no olvidar de dónde vienen estos lodos. Porque fue por entonces cuando empezó a germinar el proceso de una construcción nacional que a muchos les pareció de cartón piedra, erigida, en cualquiera caso, con materiales que se creían de derribo: un romanticismo de andar por casa, un imaginario (lingu?ístico-cultural) risible de puro pacato, un historicismo saturado de naftalina, una religiosidad que conjugaba sabiamente sacristía y mancebía? Pero pocos como el autor vieron los riesgos de ese aparente arcaísmo: la sumisión, entusiasta o remunerada; la asunción general del discurso del patriotismo y el abandono del de la ciudadanía. Una obra que deja el regusto amargo de una profecía involuntariamente autocumplida: la asfixia del pensamiento independiente, del espíritu crítico y de la capacidad de «impugnación del modus vivendi dominante».