El objetivo de la presente investigación ha consistido en analizar la forma en que la información periodística bursátil es percibida como una fuente creíble para la toma de decisiones de compra / venta de las inversiones que realizan los particulares que no poseen conocimientos ni recursos suficientes para invertir cantidades apreciables en Fondos de Inversión o Acciones, pero que utilizan sus excedentes en ello atraídos por el "efecto imitación" de otras clases sociales con mayores recursos para los que invertir en productos financieros formas parte de su cotidianeidad económica. La razón del acotamiento de la investigación a los particulares sin ánimo de grandes conocimientos o experiencias acerca de la Inversión en productos financieros viene determinada por el hecho de que los inversores "expertos" manejan suficiente información bursátil para tomar sus decisiones de compra / venta y, por consiguiente, hubiera sido vano inquirir sobre las percepciones de esa información y sus soportes, suficientemente conocidas tal y como señalan las investigaciones más recientes (Murphy, 2005) a las cuales se suma el autor de este trabajo a lo largo de los muchos años de dedicación profesional a la información periodística bursátil en prensa, radio y televisión. Por otro lado, al enunciar los objetivos de la presenta investigación, es necesario señalar como punto de partida, que, para conocer la realidad investigada, se ha considerado imprescindible contar con el discurso de los implicados en la misma. No se trata, pues, de una observación directa de comportamientos reales y, por lo tanto, no se ha pretendido conocer fehacientemente hechos complejos y de infinitos detalles. En realidad, se ha tratado de detectar la presencia de grandes ejes psicológicos que están en juego en las cuestiones planteadas.
Este libro no es el típico manual de gramática para escribir de acuerdo con las normas de la Real Academia. Es un conjunto de trucos, tomados de las técnicas de los guiones de cine y de los cuentos cortos, para aplicar a los reportajes, las columnas de opinión, los informes financieros, la redacción de textos jurídicos y de tesinas; en resumen, a cualquier tema que se ponga por escrito.
Autor de numerosos artículos, columnas, notas, estudios críticos y conferencias, destacó por su maestría en las crónicas históricas de su ciudad natal, que en su mayoría ofrecen al lector un sabroso anecdotario de los barrios de Vegueta y Triana. A Benítez Inglott le tocó ejercer de testigo directo de las grandes transformaciones sociales que experimentó la isla de Gran Canaria entre los siglos XIX y XX. Tales cambios se reflejarán permanentemente en su obra, de marcado carácter costumbrista. Buena parte de esos escritos representan hoy la memoria de un tiempo y unas formas de vida ya perdidas, narradas con la erudición propia del personaje. Durante varias décadas se ocupó también como redactor-jefe o director en diversos diarios de Las Palmas, entre otros La Provincia, convirtiéndose en una de las grandes figuras del periodismo local y, para muchos de sus antiguos colegas, en maestro y promotor de dicho oficio en Canarias.
Su manera de hacer periodismo lo relacionaba, de alguna manera, al «sacerdocio», en el sentido de sacrificar muchos aspectos de su vida a una sola creencia: la de la palabra escrita y narrada. Entre sus numerosas cualidades profesionales estaban su memoria lúcida, su gran serenidad y exacta ponderación tanto en la alabanza como en la protesta y la polémica. Lemus entendía el periodismo como una vocación integral y se ocupaba de todo el proceso para escribir la noticia, desde la observación y construcción del discurso, hasta la presentación final en la imprenta. Además, hablar de Antonio Lemus es hacer mención a páginas gloriosas del deporte canario y, sobre todo, a la historia del club de sus amores: la Unión Deportiva Las Palmas.
Su obra como profesional de la prensa es bastante amplia y variada. En este sentido, su reconocida labor supone un significativo ejemplo de total y auténtico periodismo; constituyéndose en referencia obligada en la historia isleña de las publicaciones periódicas en particular y de los medios de comunicación en general. Este volumen recopila una parte sustancial de su primera época en la prensa (1925-1936); primero como poeta en ciernes y luego como completo profesional del periodismo insular. Las páginas de los principales diarios de la capital tinerfeña, La Prensa y La Tarde, al recoger sus numerosas y variadas aportaciones, se impregnarán también de un estilo que tenía mucho de compromiso con el lector, al que Álvarez Cruz no dudaba mostrar las realidades de la época; de un tiempo en el que, ayer como hoy, los periódicos y los periodistas eran claves en la concienciación ciudadana.