Pocas veces en la historia de una ciudad es posible encontrar un periodo tan corto en el tiempo, pero tan importante para entender su futuro desarrollo. Los trece años que se narran en este libro son casi una etapa cerrada que comienza con una ciudad dest
La movilización escolar tiene como características específicas su discontinuidad y fragmentación, un ámbito de actuación restringido, el carácter estacional de las actividades académicas, los límites temporales de la vida escolar o la diversidad de intereses que confluyen en la comunidad universitaria. Esto ha hecho que la capacidad de transformación política de la movilización escolar haya resultado muy relativa, y dependa en buena parte de la convergencia estratégica con los intereses de otros colectivos integrados en la comunidad académica y con los que nutren las acciones de protesta de otros movimientos sociales y políticos. Este libro propone un recorrido histórico por siglo y medio de contestación escolar en España, desde los alborotos de la «Noche de San Daniel» de 1865 hasta la actual movilización contra el marco europeo de educación superior diseñado en Bolonia en 1999. El autor propone un conjunto de tipos ideales de movilización estudiantil que incluyen la algarada, la autodefensa corporativa, la reivindicación profesional, la competición política faccional o la sindicación más o menos oficializada y burocratizada. Y trata de comprobar cómo este tipo de actuaciones han ido surgiendo y evolucionando en paralelo a los cambios políticos, sociales y culturales que han ido afectando a las instituciones educativas en la época contemporánea.
Paredones de fusilamiento, fosas comunes, cárceles clandestinas o campos de concentración forman parte del paisaje que observamos cada vez que nos asomamos a la ventana de nuestro pasado reciente. Un pasado de violencia, de trauma y de terror que invade de polémicas el presente y que nutre las memorias colectivas de la Guerra Civil española. Pero precisamente por polémico y complejo, el análisis de esas violencias debe alejarse de simplificaciones y maniqueísmos, de martirologios alimentados por la mitificación y la propaganda. Debe apartarse de confusas cosmovisiones de la guerra en clave de equiparadora, determinista y cómoda «locura trágica», y de las de las violencias desplegadas durante la misma en términos de correlación, simetría y responsabilidades colectivas. Frente a esa visión desdibujada que habla de violencias coyunturales, espontáneas o irracionales, este libro plantea las asimetrías, las lógicas, los fines y los límites de unas políticas de terror y exterminio supraindividual que marcaron a fuego el siglo XX español.
Un cinéfilo adolescente en el franquismo es el subtítulo de La Huella en los ojos. El cinéfilo es el autor. Este libro consiste por ello en una memoria autobiográfica. Y en cierto modo documental. Al texto -recuerdos, películas, vivencias- acompaña siempre el contexto: Anuncios, noticias, curiosidades, dolores, sorpresas, escándalos, pruebas de que aquellos años oscuros fueron reales. Aunque hoy parezcan una pesadilla. Los cines existían, para descanso y engaño del adolescente en cuestión, pero la verdad de fuera, de alrededor, de encima y de abajo, el país y su precariedad, sus mordazas, sus absurdas formas de vida, no eran menos verdad. Cotejando ambas realidades, la de la vida y la del sueño, transcurren más de diez años de franquismo. Todo él fue posguerra. Y lo que duraría, más allá de los márgenes de esta crónica. Una larga guerra cruenta precedió a una lamentable posguerra interminable. Pero quienes lo disfrutaron lo saben: Ahí estaban los cines. Donde comer pipas, ver películas, y coger, con suerte, la mano al chico o chica que les gustaban. En la pantalla Rita Hayworth, Cantinflas, Stewart Granger, Carmen Sevilla... En las butacas -o en entresuelo, o en " general " - ellos, nosotros, el autor, bebiendo mentiras. Con las que se pudo sobrevivir. La memoria de unas películas, de unos espectadores, pero también de unos locales que en su mayoría ya no existen. Aquí se recogen muchos de esos fantasmas. Y desde la doble perspectiva de la capital y la provincia. Fiel a su experiencia personal, Juan Tébar sitúa la acción en La Coruña y en Madrid, dos tramas paralelas, coincidentes, o consecutivas, que comparten el material filmico, el duelo y la resignación del pais, y las ilusiones que a veces se conformaban con ver nadando a Esther Williams o batiéndose en duelo a Scaramouche. José Luis Borau, uno de los mejores conocedores de todo aquello, nos hace el honor de prologar esta memoria.
La historia de la dictadura franquista es también el relato de la vida imaginaria de su general homónimo, Francisco Franco. Leyenda que tuvo su origen en la forma de dominación carismática del «Caudillo», en la especial capacidad para fascinar por la gracia que Dios concede a su elegido en beneficio de la comunidad, España, amenazada por las influencias del marxismo y el comunismo internacionales. Como forma de legitimidad extraordinaria, portadora asimismo de facultades taumatúrgicas, el carisma del general Franco nació de la propia guerra tras su proclamación como jefe del Estado y «Generalísimo» de los Ejércitos de la «España nacional» el 1 de octubre de 1936, fundamentando tras la «victoria» la imagen pública de Francisco Franco y la progresiva formación propagandística del relato legendario de su vida.
Esta es la historia de la fundación de un régimen político llegado al poder tras unacinsurrección y una guerra civil y que se mantuvo durante más de tres décadas. Toda relación de dominación que quieracperpetuarse aspira a fomentar entre lascgentes la creencia en su legitimidad. Elcrégimen franquista no fue una excepción. La dictadura franquista necesitó configurar un entramado simbólico para conformar su legitimidad y autoridad. Ceremonias,critos, fi estas, reelaboraciones de la historia, martirios, símbolos, discursos, caídas y redenciones, ciudades y monumentos. El fi n de todo ello era establecer una nueva realidad ideal en al que la totalidad de lacvida de la Nueva España cobrase sentido subjetivo. Este libro aborda ese procesocde construcción simbólica por el que un régimen impuesto, dictatorial y represivo quedó insertado dentro de una nueva visión del mundo. Aunque más adelante también hubo confl ictos y pugnas dentro del régimen, aquí se abordan los primeros años en que parecía que la historia se abría de nuevo y los protagonistas se sentían capaces de modelar lo que podía ser la España de la Victoria.
Max Aub (París, 1903-México, 1972) es uno de los escritores más emblemáticos del exilio republicano español. El autor vivió su primer exilio ya en 1914, cuando sus padres huyeron a España desde Francia, país al que regresó en 1939, en lo que supuso su segundo exilio. Aub se exilió por tercera y última vez en 1942, a México, donde vivió hasta el final de su vida. El escritor cultivó todos los géneros literarios, iniciándose muy temprano en el mundo de las letras como dramaturgo. Su constante dedicación al teatro se refleja en el hecho de que, además de ser autor de una cincuentena de obras dramáticas, fue director de grupos teatrales, secretario general del Consejo Central de Teatro, crítico teatral, articulista y ensayista de teatro, y hasta diseñador de un proyecto de Teatro nacional. Aub empezó escribiendo teatro experimental y su escritura dramática evolucionó desde un teatro de vanguardia a un teatro político, un teatro ético de circunstancias colectivas, que el propio autor denomina «Teatro Mayor» (obras posteriores a 1942): «mayor» no ya por su extensión, sino por «lo desmesurado del tema». En estos dramas épicos, obras de madurez, se pone en juego la historia y el destino de una colectividad, así como el sufrimiento de todo un pueblo. Esta escritura dramática de Aub surge bajo el fuego de la acción: sus dramas del Teatro Mayor «son hijos de la guerra, son hijos de los campos de concentración, son hijos de la represión», escritos sin el distanciamiento, sin el filtro de la memoria y del tiempo. El drama Morir por cerrar los ojos fue creado a partir de la obra narrativa Campo francés, redactada a modo de guión cinematográfico, durante su travesía hasta México. Se trata de una «obra-retablo» donde prima la exposición de cuadros o frescos representativos de la época, más allá de las historias individuales. Morir por cerrar los ojos fue publicada por vez primera en el año 1944, en México, por segunda vez en Barcelona en 1967, y por última vez en México en 1968, a fin de evitar la censura española que había obligado a eliminar fragmentos del texto original. Esta es la primera vez que se publica en España el texto íntegro del drama en tres actos Morir por cerrar los ojos. Carmen Venegas Grau (Valencia, 1973) -prologuista y editora literaria de esta edición- es licenciada en Lettres Romanes por la Universidad de París IV-Sorbonne, así como en Derecho por la Universidad de Valencia y LL.M. en International Legal Studies por la Universidad de Georgetown.
En enero de 1966 colisionaron en la zona de Palomares (Almería) un avión cisterna y un bombardero B-52 cuando repostaban en el aire. El B-52 dejó caer su carga de cuatro bombas termonucleares. Dos explosionaron parte de su carga convencional, diseminando