«Nunca una moción de censura ha triunfado en España»; «es imposible ganarle unas primarias al aparato de un partido»; «aquí nadie dimite para ser fiel a su palabra»? Uno tras otro, los lugares comunes de nuestra vida política han sido derribados por un hombre: Pedro Sánchez. Su llegada a la Secretaría General del PSOE en 2014, en plena crisis económica global, abrió una nueva época en la formación política. Transcurridos dos años, era expulsado del liderazgo de su partido, al que regresó, aupado por la militancia, para ser investido presidente del Gobierno un año después. En cuestión de meses ha situado a nuestro país en primera línea de la defensa de valores y políticas progresistas, la justicia, el europeísmo, el feminismo y el ecologismo. Ese recorrido vital lo narra el autor en este libro ?verdadero Manual de resistencia? como parte de un proceso personal de resiliencia, que no se entendería sin la fortaleza de sus convicciones. Ha sido un cuatrienio de aceleración en la política, donde todo se ha vuelto imprevisible. Sin duda, el momento es histórico: la crisis catalana, los cambios en los partidos y el auge del autoritarismo otorgan a nuestro presente una dimensión trascendental. En estas páginas, entreveradas de reflexiones políticas, acción, traiciones y coraje, el lector descubrirá, además, el lado más desconocido del presidente del Gobierno.
Esta es la historia de un combate desigual entre los políticos y los mercados. Entre los leones Daoíz y Velarde que custodian el Congreso de los Diputados, la sede de la soberanía nacional, y los dioses Hermes y Deméter que presiden el Palacio de la Bolsa. Una lucha que empezó en enero de 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero subió al escenario de Davos y el mundo vio que España podía ser como Grecia. La prima de riesgo fue el marcador de esa confrontación. El relato abarca a dos presidentes y sus rectificaciones. Desde Zapatero, que se cae del caballo del keynesianismo en mayo de 2010 en una cumbre en la que firmó un comunicado fantasma del que después no se ha acordado, hasta Rajoy, cuya rectificación más profunda es el discurso del «no podemos elegir» de julio de 2012, casi el lamento de un presidente mendicante. Los años de la prima de riesgo fueron terribles para el poder político. Nunca en la historia de la democracia los mandarines vieron tan amenazado su statu quo. Ni Zapatero ni Rajoy tuvieron que pedir rescate, aunque en esos tres años estuvieron varias veces a punto de hacerlo. De las luchas por librarse de él han quedado una reforma constitucional exprés y varias otras medidas (laborales, fiscales, financieras?). Sin embargo, su victoria momentánea ha impedido el gran cambio que muchos esperaban para que España rompiera con algunos de sus atavismos. Por eso, esta también es la historia de una oportunidad perdida.