El 11 de septiembre de 1973, Orlando Letelier era Ministro de Defensa y acudió a su puesto de alta responsabilidad sin inclinarse ante las voces de quienes habían ocupado el Ministerio y ordenaban a las tropas que disparasen sobre sus propios conciudadanos. El mismo día en que la ciudadanía chilena iba a ser convocada para expresarse en las urnas, las bombas y las balas sembraron la muerte en el Palacio de La Moneda, iniciando el politicidio que se mantendría durante lustroso En septiembre de 1975, Letelier respondía a determinadas cuestiones que le planteaba Joan E. Garcés para aclarar aspectos, situaciones y actuaciones de algunos personajes en torno a aquellos hechos. Este testimonio oral es una pieza de indudable valor. Orlando Letelier evoca, en la cinta magnetofónica cuya transcripción se ofrece ahora, las situaciones vividas en, aquellas fechas, y proporciona claves que invalidan o rectifican numerosas páginas publicadas sobre aquellos episodios. Una bomba terminó con la vida de Orlando Letelier el 21 de septiembre de 1976. El castigo de sus asesinos coincide con la negociación, en 1995, entre Chile y los Estados miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).
Cuando la segunda legislatura de Zapatero camina hacia su final, es momento de hacer balance de un legado político que suscita cada vez mayor rechazo social. A tres errores capitales de gran calado y trascendencia, como son la negociación política con ETA, la ruptura de la articulación territorial de España con el Estatut, y la negación y posterior mala gestión de la crisis económica, se suma una forma de gobernar que ha alterado profundamente los consensos básicos de la sociedad. A lo largo de todo ese recorrido, Antonio Jiménez ha ido señalando una a una las líneas rojas que traspasaba La Moncloa, al tiempo que denunciaba el agobiante claustro de lo políticamente correcto con que desde el poder se intenta manipular a la opinión pública. El programa de televisión que dirige en Intereconomía TV, El Gato al Agua, se ha convertido además en una referencia para miles de personas que buscan información y criterios de calidad, en un entretenido y exitoso cóctel. Mi querida España es una síntesis, tan ágil y certera como el verbo de su autor, de cuanto ha escrito para que el daño causado a nuestro país por sus gobernantes no quede impune en la memoria de quienes lo han padecido.