En el transcurso de los sesenta la crisis llegó a convertirse en un tema de conversación cada vez más corriente. En la actualidad son pocos los que dudan de que en comparación con los espléndidos años de la posguerra, hoy en día millones de personas viven como antes, y todavía más, viven con el temor-certeza de un futuro inmediato peor.
La historia del pensamiento penal español no podría entenderse sin las aportaciones del penalista y catedrático de la Universidad de Salamanca Pedro Dorado Montero (1861-1919). Con la publicación de sus obras "Bases para un nuevo Derecho Penal" y "El derecho protector de los criminales" se inició una penología sustitucionista del castigo alejada de los anhelos retribucionistas que venían caracterizando al Derecho penal desde sus inicios. Esta monografía le ofrece al lector un viaje por la vida del hombre que humanizó el Derecho penal y en ella se analizan su trayectoria e ideología política, su teoría social y su teoría del Estado. Por ello, se muestra la mirada que Dorado dirigió a una sociedad dividida en dos clases sociales antagónicas, sus vínculos con los partidos políticos de la época, y su forma de entender el Estado y el Derecho. Todo ello a través de los acontecimientos y las reflexiones que posibilitaron la creación de lo que Dorado Montero llamó "el Derecho penal del porvenir".
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial Munis y sus compañeros publicaron en México la revista Contra la corriente. Desde sus páginas sostienen las posiciones internacionalistas contra la guerra, no sólo negándose a apoyar a ninguno de los contendi
No hay una elaboración tan relevante, tan decisiva, de la teología política del cristianismo como La ciudad de Dios de San Agustín, que hace suma y balance de la actitud de la Iglesia ante el mundo de la Antigüedad. Su influencia se deja sentir a lo largo de los siglos y culmina en las posiciones de la Iglesia medieval, que reclama competencias y atribuciones en la esfera secular, de tutela, de control, de supremacía, según los casos. La historia ulterior de Occidente es la historia de la pugna para liberar la res publica de este tipo de tutela. La reconstrucción de la teología política del cristianismo constituye una historia apasionante, una clave para entender aspectos decisivos de un pasado que aún proyecta sombras sobre acontecimientos completamente actuales. Este estudio clásico permite una aproximación pormenorizada y documentada al pensamiento político de san Agustín, a lo largo de varios capítulos centrados en el derecho natural del Estado, el concepto de justicia, la configuración del agustinismo político, la concepción imperial de Carlomagno y la aspiración hegemónica del papado medieval. El agustinismo político es una puerta de entrada privilegiada a las teorías políticas de la Edad Media, que a su vez constituyen el trasfondo de una originalidad decisiva de Occidente: la formación, lograda con sangre, sudor y lágrimas, de una esfera pública secular y aconfesional, con separación estricta entre la Iglesia y el Estado.