Hasta me voy de filo cuando muerdo La tentación de carretero De fumar la distancia en un cigarro Pero desarmándome en medio de la calle Estoy de engaños Recordé lo del tango «A mí me toca emprender la retirada» Sin embargo de atrás una noticia traigo La tos del cerdo ha sido siempre Un caso clínico polémico. «La tos del cerdo», de Hugo Mayo. «Miguel Augusto Egas Miranda? ¿Hugo Mayo? ¿Quién soy? Sólo puedo afirmar que Miguel Augusto Egas Miranda ha muerto. Yo soy el mejor poeta del Ecuador. Soy Hugo Mayo, un poeta distinto. Soy a mi manera ?como temo intoxicaros, olvidad que soy poeta?. Les permito llamarme como quieran. Nací en Manta, en el año 1895. Manta es una bella ciudad pesquera de la provincia de Manabí, Ecuador. Pero he vivido gran parte de mi existencia en Guayaquil. Tomé el nombre de Hugo Mayo por el escritor francés Victor Hugo y Mayo por ser el mes de la primavera.» H. M.
He aquí una respiración, un camino, un punto de vista y una humanidad deslumbrante. Aquí se escribe desde un sitio descreído pero no amargo ni cínico, como si la lucidez no necesitar de sobreactuaciones.
William Ospina (Padua, Tolima, 1954) es autor de numerosos libros de poesía, agrupados en la antología Poesía 1974-2004, de ensayo, entre ellos, Es tarde para el hombre, Las auroras de sangre, ¿Dónde está la franja amarilla?, La escuela de la noche, y de un ciclo novelístico compuesto por Ursúa, El país de la Canela (Premio Rómulo Gallegos), y La serpiente sin ojos. Entre sus últimos títulos destacan El año del verano que nunca llegó y La lámpara maravillosa (Navona, 2015).
ISABEL ESCUDERO RÍO nació en Quintana de la Serena (Badajoz), en 1944 y falleció en Madrid, el 7 de marzo de 2017, donde residió y ejerció como profesora de la UNED. Desde muy niña escribía versos y los recitaba en público. Devolver la poesía a la viva voz y al canto siguió siendo su empeño más constante: ?Prestar oído a la gente, ya que es del lenguaje corriente de donde toda poesía, cuando es verdadera, se alimenta?. Tinta robada es su poemario póstumo, cuya edición ha estado al cuidado de Virginia López Graña, nacida en Alcázar de San Juan y licenciada en Filosofía Clásica. De la poesía de Isabel Escudero se ha escrito: ??Que este aprendizaje de la voz anónima y los aciertos que el amor del azar le haya brindado a doña Isabel Escudero en la imitación y continuación por escrito de las fórmulas orales, pueda traer algo de rotura y riqueza a la literatura de los Cultos, es algo que no podemos sino desear fervientemente, no ya por los merecimientos de ella, sino también por la dominación y pesadumbre de la retórica y pedantería de varia color en la poesía literaria??. AgustÍn GarcÍa Calvo, prólogo a Coser y cantar, 1984. ??No conozco otro caso parecido de fidelidad extrema a la herencia de lo popular, entendiendo lo que esa fidelidad conlleva, ya que no se trata de una lírica revitalizadora del folclore, emuladora de su ejemplaridad, se trata de una voz enormemente personal, expresiva de un mundo muy propio, que alcanza una extraordinaria dimensión, al sonarnos como anónima?? Luis Mateo DÍez. Prólogo a Cifra y aroma, 2001. ?Hay momentos donde el lenguaje es, a la vez, flecha y herida. Flecha capaz de romper el velo ?la ilusión? de la realidad; herida que nos toca el corazón porque acierta a mostrar lo que no se ve a simple vista, pero que alguna vez, como en un sueño perdido, hemos vislumbrado.? VÍctor Erice. Epílogo a Cifra y aroma, 2001.
Aníbal Cristobo. Buenos Aires, 1971, poeta, traductor y editor. Entre 1996 y 2001 vivió en Rio de Janeiro, donde publicó los libros de poesía Teste da Iguana (1996), Jet-lag (2002), Miniaturas Kinéticas (2005) y Minha vida como bactéria (2014). En Argentina obtuvo en 2001 el subsidio de la Fundación Antorchas para la publicación de su libro Krill (2002). También publicó Krakatoa (2013) y Una premonición queer (2015). Desde 2002 vive en Barcelona donde creó la editorial Kriller71 en la que ha publicado entre otros a Gonçalo M. Tavares, Ben Lerner, Frank OHara, Kenneth Koch y Joseph Brodsky. Ha traducido a un gran número de poetas brasileños al castellano para diversas revistas y publicaciones. La ruta de la tos es su primer libro publicado en España.
Carlos Salem vuelve a la poesía recopilando todas las sensaciones de sus anteriores publicaciones y mezcla alegría y tristeza, crítica social, alguna sonrisa y buena dosis de surrealismo para crear una obra en la que el protagonista es el amor como revolución. Un mensaje lleno de esperanza que convierte al amor en el desencadenante de un cambio en la sociedad que se acerca cada vez más a unas actitudes lejanas al compartir por compartir. Deja por escrito lo ridículo que puede llegar a ser el ser humano en varias ocasiones, mostrando como primer ejemplo a no seguir su propia actitud y convirtiendo la experiencia que le dan los años en una energía renovada para empezar de cero.
Pocos autores han gozado de una vejez tan fecunda como el gran Lope de Vega, que fue capaz de transformar las tormentas con que le azotaba la fortuna en obras de gran brillantez literaria, y también profundas y conmovedoras. Gran parte de los versos de estos últimos años de vida fueron romances: los de " La Filomeno " , " La Circe " , " La Dorotea " , las " Rimas de Tomé de Burguillos " y los que llevaba en los bolsillos de su sotana, y que no llegaron a imprimirse. Entre ellos encontramos algunos de los mejores romances de su producción, e incluso de la literatura española. Se caracterizan por un intimismo sin precedentes, así como por un ritmo hechizante, de paseo contemplativo. Lo apreciamos en el ciclo de las " selvas " , en las " barquillas " y en el inmortal " A mis soledades voy, / de mis soledades vengo " . Este volumen es la primera edición crítica conjunta de estos romances, algunos inéditos.
Los poemas de Las gafas de Pessoa hablan del desdoblamiento, de esa pérdida de identidad que encontramos detrás de toda escritura y que hace que el poeta sea alguien que casi no se reconoce en sus palabras, que juega a ser a la vez otro y el mismo, en diferentes y paralelas realidades accesorias. La ventaja de nombrar es la de dar cuerpo y existencia a algo apenas aprehensible, a las ideas. Como en la cueva de Platón, el lenguaje se muestra a través de la realidad de lo que se ve, una realidad mediada por una conciencia externa, complementariapero deformadora. Los poemas son ese cristal y esperan que alguien ponga en ellos el polvo del tiempo y los caminos, marcas de dedos, nuevas identidades yusos, infinidad de esbozos y representaciones. Inspirado por lo ordinario, por el acto simple de ver, el texto sale al escenario de la realidad temeroso de que sele reconozca, con la vacilación de quien lo escribe buscando destellos metafísicos, desde una voz escindida entre lo autobiográfico y lo literario.
Me parece admirable el arte de Arturo Tendero para erigir con palabras unos ambientes en los que el lector se encuentra como en el mundo real, o, mejor dicho, como en un mundo más que el real. Este devolver realidad a la realidad apagada por la costumbre
Todo nos fue dado es un recorrido por una obra poética señalada por la tradición y la modernidad, cuyo frenesí se interrumpió en 1989. Atenta, crítica, socarrona, mordaz, lúdica, amorosamente complaciente. Una voz que llegó y desafinó el concierto del canon poético brasileño; a cambio, lo robusteció y tensionó aún más. Los presupuestos estéticos se pusieron a prueba, la modernidad a ultranza se puso en tela de juicio, la tradición se volvió presente en un hacer continuo. Oriente y Occidente se confundieron. La profusión, la mezcla -como señal de vida-, fue inevitable y el organismo que sufrió tal embestida se transformó. Es obvio que después de este registro escritural las cosas para la lírica iberoamericana ya no fueron las mismas.
Si la forma tradicional de eludir la inquietante condición paradójica del ser humano consistió en menospreciar la dimensión del «para» (esto es, la capacidad crítica, humorística o imaginativa), en la modernidad, por contra, ha predominado la impugnación de la «doxa» (es decir, las manifestaciones dadas o concretas de la vida humana). Cabe entender el presente texto como una modesta contribución a la celebración y potenciación de la mezcla de determinaciones e indeterminación que constituye la paradoja de lo humano.