Jacinta la Pelirroja irradia frescura, desenfado, espontaneidad, encanto y buen humor gracias al distanciamiento y a la ironía que José Moreno Villa (1887-1955) sabe poner en sus versos.Poemas con toques cubistas, surrealistas, ultraístas dan vida a este estimulante Poema que interesará a todos cuantos se acerquen a sus páginas.
Las RIMAS HUMANAS Y DIVINAS DEL LICENCIADO TOMÉ DE BURGUILLOS, que ofrecen la apariencia de un Cancionero a Juana, lavandera del río Manzanares de la que el supuesto autor de la obra, Burguillos, está enamorado, forman un poemario construido de manera auténticamente moderna. Un libro unitario, pensado, planificado y estructurado con criterios que bien podrían haber sido utilizados por un creador de nuestros días. Contiene ciento setenta y nueve poemas distribuidos en dos partes. La primera, la mayor, recoge las Rimas humanas. La segunda, más breve, con apartado propio y diferenciado, incluye las Rimas divinas.LOS EDITORESJUAN MANUEL ROZAS(1936-1986) Fue catedrático de Literatura Española y director del Departamento de su especialidad en las Universidades de Extremadura, Santiago y Autónoma de Madrid. Frecuentó, en sus investigaciones, especialmente dos épocas: el Barroco y el primer tercio del siglo XX. En la primera parcela publicó una treintena de trabajos sobre Lope de Vega, Góngora, Villamediana, Soto de Rojas, Jiménez Patón, etc. En esta misma colección (n. 8) editó las Obras del Conde de Villamediana.JESÚS CAÑAS MURILLO(1951) Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Extremadura, dirige el grupo de investigación Barrantes-Moñino, que prepara un Catálogo bio-bibliográfico de escritores extremeños anteriores a 1750 y una Historia literaria de Extremadura hasta el Romanticismo. Ha editado Estudios sobre Lope de Vega de Juan Manuel Rozas, así como sus artículos dispersos.
Poeta desarraigado, VICENTE GAOS (1919-1980) centra su poesía en el hombre, en la angustia de vivir, en la presencia de la muerte y sobre todo en el diálogo con Dios, lo que le convierte en un poeta existencial de gran hondura y le emparenta con la obsesión por el tema religioso de los autores de la primera generación de posguerra tema que sólo compartirá en su obra en cantidad y énfasis con el asunto amoroso primero, antes de ceder espacio a una poesía social irónica y existencial. Sin embargo, Gaos ironizó, bromeó, se burló incluso de su fe, y llegó a afirmar que no quería luz sino sombras.
Esta ANTOLOGÍA recoge una amplia selección de la obra del gran poeta Blas de Otero, uno de los autores más influyentes de la poesía española del siglo XX, en la que se pueden distinguir tres etapas claramente diferenciadas: la "religiosa" (en torno a 1935), cuyo exponente más claro es Cántico Espiritual. Le sigue el periodo "existencial", con obras como Ángel Fieramente Humano (1950), Redoble de Conciencia (1951), y Ancia (1958). Y una última fase "social", con obras como Pido la paz y la palabra, En castellano, Esto no es un libro y Que trata de España, que marcan el paso definitivo del "yo" al "nosotros", el encuentro con la solidaridad y la búsqueda de un mundo más humano a través de la poesía. Sin olvidar que el tema del amor es una de las constantes en Blas de Otero; su poesía es unas veces espiritual, otras carnal, otras humana, pero, ante todo, es amorosa.
Antes de abrazar la línea clara, Luis Alberto de Cuenca quiso acabar con el pasado de la tradición poética y, como el resto de los Novísimos, se regodeó en un esteticismo culturalista. Esa etapa hermética, de línea oscura, ya delataba, sin embargo, las obsesiones que han marcado el resto de su obra: el mundo grecolatino, la mitología germánica, la Edad Media, el desencanto amoroso, la pasión por la cultura pop En este primer libro, Los Retratos, que inaugura la biblioteca donde irá recuperándose toda su obra, el Marqués de Sade se codea con Ennio, François Villon y Ezra Pound, y lleva del brazo a la cantante de gospel Mahalia Jackson, entre otros muchos nombres propios.
Adalber Salas Hernández. Caracas, 1987. Poeta, ensayista, traductor. Licenciado en Letras por la UCAB. Es autor de los poemarios La arena, el vidrio (Caracas, Editorial Equinoccio, 2008), Extranjero (Caracas, bid&co. editor, 2010; Bogotá, Común Presencia, 2012), Suturas (Caracas, bid&co. editor, 2011) y Heredar la tierra (Bogotá, Común Presencia, 2013). Asimismo, ha publicado el volumen Insomnios. Ensayos sobre poesía venezolana (Caracas, bid&co. editor, 2013). También es coautor del libro Los días pasan y las formas regresan, en torno a la obra del escultor Harry Abend. Recientemente han sido publicadas sus traducciones de El hombre atlántico, Agatha y Savannah Bay, libros de Marguerite Duras, Artaudlogía, selección de textos de Antonin Artaud, y Elogio de la creolidad de Bernabé, Chamoiseau y Confiant. Junto con Alejandro Sebastiani Verlezza cuidó la antología Poetas venezolanos contempoáneos. Tramas cruzadas, destinos comunes. Actualmente se desempeña como codirector de bid&co. editor, como miembro permanente del consejo de redacción de la Revista POESÍA de la Universidad de Carabobo y cursa como becario Santander el MFA en Escritura Creativa en Español de la New York University. Mientras escribo el poema, me digo que en él la palabra muerte no dice nada, no tiene densidad, no hace más honda la boca. El poema no sabe de la muerte, como tampoco sabe de la música que llenará mi cráneo cuando quede vacío. Ese mismo cráneo que nadie tomará entre sus manos para anunciar que data del siglo XXI, qué período remoto, qué tiempo bárbaro, qué época de luto. Ese mismo al que nadie hablará, llamándolo Yorick, ser o no ser, pudiera estar atascado en una cáscara de nuez y tenerme por rey de espacios infinitos, y creer que la palabra muerte sirve de algo. Ese mismo que nadie hallará por azar en una fosa común en Sudán o en Serbia, en Vietnam o en Catia. Ese cráneo, digo, ese cráneo mío, que sabrá que el poema es sólo un relato que se hace la muerte, que se vale de nuestras manos para decirse, para verse. Esto lo sabrá mi cráneo, será lo único que sepa, cuando permanezca quieto, sonriéndole al barro desde su vientre. Gusanos breves colgarán de sus cuencas, velarán sus sueños sin palabras.
SI pudiera la palabra en su avatar gracioso levantisca hacer el nicho de tu cuerpo. Si pudiera oler como en la noche olían tus manos saber ligero como el líquido furioso de tu orgasmo convenido y cierto. Si pudiera la palabra enfebrecida ser un cuerpo y como un cuerpo, tibia clavada el asta de tu efigie contra el tiempo que todo desdibuja contenerte, evitarte el sueño, la dormición, el desencanto en el agua muda del olvido. De "De A. Ars poetica", de Luis Pérez Oramas. Luis Pérez Oramas nació en Caracas (Venezuela, 1960). Ha publicado los poemarios: Poemas (Editorial Arte, Caracas,1978), Salmos y boleros de la casa (Premio Monte Ávila Editores 1983, Monte Ávila, Caracas, 1986), La Gana Breve (Fondo Editorial La Pequeña Venecia, Caracas, 1991), Doble siesta (En colaboración con el artista Daniel Nadaud, Sixtus Editions, Limoges, 1994), Gacelas y otros poemas (Editorial Goliardos, Caracas, 1999), Gego-Anudamientos (en colaboración con el diseñador Álvaro Sotillo y la fotógrafa Gabriela Fontanillas, Sala Mendoza, Caracas, 2004) y Prisionero del aire (Editorial Pre-Textos, Valencia, España, 2008). Su poesía ha sido incluida en diversas antologías publicadas en Caracas, España y México. Ensayista, crítico y comisario de artes visuales, ha publicado los libros Armando Reverón, de los prodigios de la luz a los trabajos del arte (Museo de Arte Contemporáneo, Caracas, 1990) La década impensable y otros escritos fechados (Museo Jacobo Borges, Caracas, 1996), Mirar Furtivo (Consejo Nacional de la Cultura, Caracas, 1997) y La cocina de Jurassic Park y otros ensayos visuales (Fundación Polar, Caracas, 1998). Es doctor en Historia del Arte por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París, 1994). Actualmente trabaja como asesor de arte latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
POETA, traductora, ensayista y crítica literaria, Ida Vitale nació en Montevideo, Uruguay, donde estudió Derecho y Humanidades y fue discípula de José Bergamín. Con la aparición de su primer libro, La luz de esta memoria (1949), se convirtió en una de las figuras poéticas centrales del grupo de escritores de su país que Emir Rodríguez Monegal denominara Generación del 45. Durante los años 50, 60 y comienzos de los 70 publicó libros de poesía, de crítica y traducciones de textos poéticos, teatrales y narrativos, y colaboró en importantes revistas de Uruguay y de América Latina. Desde 1989 vive entre las ciudades de Austin, México y Montevideo. Su obra, que ha merecido varias distinciones en Uruguay (Premios Nacionales y Municipales de Poesía, Premios a Traducciones Tea trales, Doctorado Honoris Causa de la Universidad de la República) y en México (Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo, Premio al Mérito Cultural de la Ciudad de México Carlos Monsivais) ha sido editada en Uruguay, en México, en Venezuela, en España, en Colombia, en Inglaterra y en los Estados Unidos. Entre sus últimos libros publicados, merece destacarse Reason Enough, edición bilingüe (Austin, Host Publications, 2007); Fracción quinta (Málaga, Centro Cultural Generación del 27, 2009); Garden of Silica (Londres, Salt Publishing, 2010); Treinta y seis poemas (Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2010); Mella y criba (Valencia, Pre-Textos, 2010); 17 poemas (Madrid, Residencia de Estudiantes, 2010) e Y punto (Madrid, Duplex, 2011).
«Cuando conocí a Karla Ontiveros no la conocí, a día de hoy apenas la descubro. Si uno se sumerge en los paisajes del alma tendrá mucho que recorrer para coincidir con ella, pero si así es, la experiencia seguro que vale la pena. De ella puedo deducir que se ha aliado a las artes marciales para nod esfallecer en el peregrinaje por la libertad, que ha ofrecido su cuerpo a la dramaturgia para liberar a su esclava y que se haacostumbrado a imprimir en la belleza muchos de sus alientos, y todo ello realizado a la par que de madre en una tarea sorprendente para estos tiempos. No creo que se pueda explicar el cómo de todo ello porque, como todo en ella, lleva un signo de originalidad. Si de ella se percibe un aroma, a más del rojo o blanco floral sobre negro, es el geográfico. Su México natal no se suelta de su tez, de su cabellera en ondas ni de su mirada zigzagueante y curiosa, lo que representa para nosotros, los mediterráneos, un espectáculo el vivirla tan viva, arrabalera con despecho y tan generosa.» IÑIGO CORREA
Dzhan, escrito en 1935, uno de los escritos más bellos de la carrera de Andréi Platónov, se presenta por primera vez en una edición íntegra, con todos los finales alternativos que su propio avatar político como bestia negra de Stalin le obligó a redactar, en un intento infructuoso de ver publicada su obra. Novela indispensable, no solo como alegoría del socialismo en términos filosóficos,sino como retablo humano y ejercicio literario extremo, total.
Durante nueve meses, Federico García Lorca vivió en Nueva York, alejado por primera vez de su país, de sus padres y amigos más íntimos. A lo largo de ese período, su poesía cambió radicalmente, oscureciéndose y dejando a un lado el folclorismo andaluz que tanto despreciaron Buñuel y Dalí. El resultado de esa etapa quedó recogido en Poeta en Nueva York, libro publicado cuatro años después de su muerte. Esta edición, ilustrada con acierto deslumbrante por Fernando Vicente, ofrece el texto completo de la obra cumbre de Lorca junto a una selección de su correspondencia, lo que permite conocer la vida que hacía el poeta mientras escribía sus versos. Sus cartas, alegres y dicharacheras, reflejan la preocupación por asuntos mundanos como el dinero, la moda, las fiestas? Su poemario, sin embargo, adquiere una dimensión social mucho más profunda. La Gran Manzana le lleva a bucear por las sombras de la condición humana y los rincones más tenebrosos y secretos del ánimo, convirtiéndolo en otro Federico.