Una gran obra colectiva que radiografía el acervo cinematográfico español, portugués e iberoamericano desde el punto de vista creativo y profesional. Ofrece 16.000 entradas (personas, obras y materias), más de 5.000 ilustraciones e información sobre más de 1.000 películas (recopilada en dos últimos volúmenes antológicos, a todo color).
Robert Desnos nació cinco años después de que el cinematógrafo iniciara su andadura y de entrada se entusiasmó por ese nuevo modo de expresión. Fue tal su afición que participó en el séptimo arte por partida doble. Primero, escribió sobre cine: reseñas de películas, estudios de obras de cineastas, así como artículos sobre problemáticas extrínsecas a las propias películas (entre 1923 y 1930 entregó más de ochenta trabajos). Y además escribió para cine. Desnos es autor de unos veinte cinetextos de los cuales solo cuatro se publicaron en vida, entre 1925 y 1933 que plasman lo que anhelaba ver en las pantallas de las salas oscuras. El presente volumen aclara la relación apasionada y fructífera que mantuvo Robert Desnos con el cine. Esta obra ha sido coeditada con PUZ
Cuatro años, desde la lectura de la novela hasta el estreno de la película, durante los cuales el periodista Agustín Rivera ha entrevistado a los implicados y asistido a la elaboración de la segunda película dirigida por Antonio Banderas: El camino de los ingleses. Entretenido y repleto de curiosidades este cuaderno de rodaje nos muestra todo el proceso de creación. Incluye fotografías en blanco y negro.
Las modas tienden a repetirse. Siempre logran regresar oportunamente para hacerte sentir estúpido por tirar aquellos vaqueros o colocar a tu hermano pequeño cierta chaqueta que te parecía tan hortera. Cada década deja un poso y, como todo ya está inventado en esto de la fashion victim, ya sea de una u otra representación cultural, los padrinos que implantan el no va más del año lo tenían claro. Aun así, no debemos ser netamente críticos con una década como la encuadrada en los años 80. No tiraremos de aquello tan manido, e igualmente afirmativo, como cualquier tiempo pasado fue mejor (aunque ahí queda eso). Lo cierto es que esos diez años dotaron a la cultura de unos parámetros que en cierta forma eran desconocidos para ella. Veamos, algo ya se olía... pero, ¿tanto y tan a lo bestia? En España aterrizó cuando comenzábamos a digerir muchas de las expresiones a la última en clave de refrito que habían imperado en Estados Unidos y en Inglaterra una década antes. Y es que nuestro reloj de modernidad tenía complejo de islas Canarias en los husos horarios, sólo que con algunos años de retraso. The Buggles editarían por aquellos días un Video Killed the Radio Star que lo dejaba todo claro, al igual que el título del álbum en el que se contenía: The Age of Plastic. Toda la razón, pues si existió una época plastificada fue aquella; aunque, menuda ternura que nos ofrece en las retrotracciones actuales.