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La quinta dimensión es un estado de conciencia en el que el hombre vuelve a conectarse con su origen divino como hijo de Dios y recupera todo el bagaje espiritual que olvidó a raíz de su descenso a la tercera dimensión.?El cuerpo humano de Quinta Dimensión? despierta a esa nueva realidad a través de las enseñanzas que nos transmiten el elemental del cuerpo humano y el Maestro Ascendido Thoth en esta canalización.El elemental del cuerpo muestra cómo un nuevo Ser que decide venir a encarnar a la Tierra programa su plan de vida dentro del vientre de su madre antes de nacer. Y cómo se crea el cuerpo de quinta dimensión dentro del Merkabah o cuerpo de Luz para poder ascender sin necesidad de pasar por la muerte del cuerpo físico.Thoth el atlante, maestro de sabiduría universal, desvela en estas páginas alguno de los misterios de la Esfinge y la Pirámide de Egipto en relación con el hombre de tercera y de quinta dimensión.Este libro abre tus ojos al nuevo paradigma de la Tierra Ascendida, un lugar donde reina el Amor a Todo lo Que Es, destino de todos los seres humanos y del planeta Tierra.
Un apasionante recorrido por la espiritualidad de la época faraónica y su relación con el poder de la mano de Christian Jacq, gran conocedor del antiguo Egipto.. Cuando por primera vez nuestros ojos divisan en la lejanía las tres formas perfectas que se
El budismo zen se introdujo en un principio en Japón como la religión de los samurais o la clase militar, configurando el carácter de muchos destacados soldados y estadistas. Pero este hecho de todos conocido se entenderá mejor si se lee este libro, donde se explica que la disciplina mental del zen equilibra la mente haciendo que uno no sea apasionado ni desapasionado, ni astuto ni poco inteligente, ni hipersensible ni insensible. Fomenta el autocontrol, subyuga pasiones tan perniciosas como la ira, la envidia, el odio y otras similares, y despierta emociones como la empatía, la compasión o la generosidad. Es una forma de iluminación, ya que disipa la ilusión y las dudas y, al mismo tiempo, aniquila el egoísmo, destruye los deseos poco sanos, eleva los ideales morales y revela la sabiduría innata, condiciones todas ellas que debía reunir todo buen samurai.