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El Padrenuestro es la oración por excelencia porque fue la que nos enseñó Jesús para que pudiéramos dirigirnos a su Padre. Por eso, a través de los siglos, muchos maestros espirituales han comentado esta oración. En este libro hemos recogido esas glosas de autores clásicos como san Juan Crisóstomo, san Agustín, santa Teresa, etc., junto con las de algunos orantes actuales; así mismo se presentan algunas versiones del Padrenuestro debidas a poetas o pensadores como Miguel de Unamuno, Gabriela Mistral o Charles Péguy, y otras para rezar en situaciones especiales.
Los orantes saben que la oración no es tanto un trabajo a realizar como un don que se recibe; en esa acción de acogida, han experimentado la necesidad de entrar en la oración ayudándose de la compañía de otro. Así, en nuestra oración siempre estará presente el Espíritu que completa en nosotros lo que le falta al cuerpo de Cristo que es la Iglesia. En este sentido, podemos orar con María que, llena del Espíritu Santo, es una buena maestra de oración. A esto nos invita el autor en su recorrido por los distintos episodios marianos narrados en el Nuevo Testamento. En este libro encontraremos una valiosa ayuda para disponernos a recibir la gracia del Espíritu con Nuestra Señora.
La oración de la Iglesia nos anima a alabar al Señor ?desde la salida del sol hasta su ocaso?. El cristiano, al abrir sus ojos a la luz de cada día, no puede menos que alabar al Creador por tanta belleza. Este libro, compuesto por capítulos cortos, especialmente pensados para las prisas de las mañanas, cuando nos espera el trabajo de cada día, ofrece en sus páginas motivos y estímulos para la reflexión y la alabanza.