Las víctimas se han hecho por fin visibles. No lo fueron en la tregua de ETA en los años ochenta, con F.González; tampoco se habló de ellas en la segunda, con Aznar y en la última, con Zapatero, han sido protagonistas. Ahora son visibles, pero ¿entendemos lo que significan?, ¿comprendemos lo que significa construir la historia o defender ideas políticas produciendo víctimas? Dar significación a las víctimas no es compadecerles, sino hacerles justicia y eso se traduce en la exigencia de repensar a fondo la relación entre política y violencia. Una vez que la víctima ha tenido lugar, nada puede ser igual que antes. De ello trata el libro.
Cuando aún es muy intensa la estela dejada por los ataques terroristas de aquel 11 de septiembre de 2001, Poder y terror presenta una reflexión sobre el terrorismo, la política exterior de los Estados Unidos y las propuestas personales de Noam Chomsky sobre posibles alternativas al militarismo y a la violencia. Chomsky compila, en este libro, una serie de discursos que realizó durante la primavera de 2002, y una entrevista. Su nacionalidad estadounidense no le impide juzgar la política y la moral de su país con los mismos ojos que los Estados Unidos usan para mirar y juzgar a las otras naciones. Después de su anterior libro 11/09/2001, publicado en RBA, recibido con entusiasmo tanto por parte de la crítica como de los lectores, Noam Chomsky insta de nuevo a una reflexión sobre los más terribles efectos del poder norteamericano ejercido, demasiado a menudo, de manera tiránica.
Este libro analiza la deportación política en España y Cuba en el siglo XIX. El surgimiento de la política contemporánea a partir de 1808 implicó el nacimiento de la disidencia política, a la que el poder hizo frente por la vía de la represión. El libro analiza uno de estos métodos de castigo, la deportación, es decir, el traslado a territorios ultramarinos. La práctica empezó con actos dispersos a puntos cercanos como las Baleares y continuó con otros mucho más lejanos, pero sin variar el elemento que los motivaba, el desembarazo de los opositores. La investigación expone su profusa utilización por gobiernos de cariz muy diferente en periodos muy distintos, a menudo tras años sin usarse, lo que manifiesta su utilidad para el Estado en momentos de debilidad o de inestabilidad política. En España, las deportaciones se realizaron al margen de las leyes. Aun así, el efecto de las mismas fue muy importante, especialmente en los lugares emisores, la Península y Cuba. Esto se extendió a los puntos de destino donde en la mayoría de ocasiones se intentó que los sujetos proporcionaran utilidad al Estado, lo que motivó que dejaran su impronta en mayor o menor medida.
Las víctimas se han hecho por fin visibles. No lo fueron en la tregua de ETA en los años ochenta, con F.González; tampoco se habló de ellas en la segunda, con Aznar y en la última, con Zapatero, han sido protagonistas. Ahora son visibles, pero ¿entendemos lo que significan?, ¿comprendemos lo que significa construir la historia o defender ideas políticas produciendo víctimas? Dar significación a las víctimas no es compadecerles, sino hacerles justicia y eso se traduce en la exigencia de repensar a fondo la relación entre política y violencia. Una vez que la víctima ha tenido lugar, nada puede ser igual que antes. De ello trata el libro.
Cuando aún es muy intensa la estela dejada por los ataques terroristas de aquel 11 de septiembre de 2001, Poder y terror presenta una reflexión sobre el terrorismo, la política exterior de los Estados Unidos y las propuestas personales de Noam Chomsky sobre posibles alternativas al militarismo y a la violencia. Chomsky compila, en este libro, una serie de discursos que realizó durante la primavera de 2002, y una entrevista. Su nacionalidad estadounidense no le impide juzgar la política y la moral de su país con los mismos ojos que los Estados Unidos usan para mirar y juzgar a las otras naciones. Después de su anterior libro 11/09/2001, publicado en RBA, recibido con entusiasmo tanto por parte de la crítica como de los lectores, Noam Chomsky insta de nuevo a una reflexión sobre los más terribles efectos del poder norteamericano ejercido, demasiado a menudo, de manera tiránica.
Este libro analiza la deportación política en España y Cuba en el siglo XIX. El surgimiento de la política contemporánea a partir de 1808 implicó el nacimiento de la disidencia política, a la que el poder hizo frente por la vía de la represión. El libro analiza uno de estos métodos de castigo, la deportación, es decir, el traslado a territorios ultramarinos. La práctica empezó con actos dispersos a puntos cercanos como las Baleares y continuó con otros mucho más lejanos, pero sin variar el elemento que los motivaba, el desembarazo de los opositores. La investigación expone su profusa utilización por gobiernos de cariz muy diferente en periodos muy distintos, a menudo tras años sin usarse, lo que manifiesta su utilidad para el Estado en momentos de debilidad o de inestabilidad política. En España, las deportaciones se realizaron al margen de las leyes. Aun así, el efecto de las mismas fue muy importante, especialmente en los lugares emisores, la Península y Cuba. Esto se extendió a los puntos de destino donde en la mayoría de ocasiones se intentó que los sujetos proporcionaran utilidad al Estado, lo que motivó que dejaran su impronta en mayor o menor medida.