El símbolo de la seducción amorosa, de la arrogancia y el cinismo, la figura del burlador, toma cuerpo en el personaje de don Juan que la literatura española ha difundido universalmente. Don Juan Tenorio, el drama romántico escrito por José Zorrilla, es la versión más exitosa de un tipo de seductor, muy común en nuestro acervo cultural, que ya llevaba más de dos siglos pagando sus culpas en los escenarios. Aunque el carácter ejemplarizante se haya perdido en la versión de Zorrilla, lo fundamental, lo que ha pervivido, es el tipo de persona que seduce por el mero placer de la conquista, sin que le importe en absoluto dejar ultrajadas a sus víctimas. Los donjuanes y los tenorios de hoy, ya sean hombres o mujeres, siguen teniendo en este "drama religioso-fantástico" una de sus mejores y más populares traslaciones.
En este volumen se ofrecen pautas de estudio del teatro en España, desde el teatro áureo hasta el de nuestros días, así como repertorios bibliográficos básicos, sobre lo realizado en el SELITE@T, que sin duda alguna servirán de modelo para la investigación rigurosa del arte de Talía
Un texto complejo, con una carpintería teatral muy elaborada, singular, atrevido, inquietante y poco frecuente en nuestros escenarios; donde el absurdo se entremezcla con el suspense y el humor aparece como reacción a unas situaciones desconcertantes. Sin explicaciones realistas, se mueve en un terreno que oscila entre el sueño y la vigilia. Con esta obra, Marsillach, intenta averiguar el hecho misterioso y apasionante de saber si estamos vivos o muertos. Una cuestión que, quizás, vaya más allá del hecho físico.
Texto y montaje de la obra de Gógol, en versión de Miguel del Arco, estrenada en el Teatro Valle-Inclan de Madrid. Gira en torno al tema de la corrupción política y tiene como base la risa, pues según el propio autor "la risa es el único personaje honrado que figura en mi comedia, la risa tiene más valor y es más profunda de lo que se piensa".
Max Frisch es uno de los intelectuales más leídos, traducidos, representados, interpretados, alabados y criticados del siglo XX. Este éxito del autor en todos los sentidos se debe no sólo a su genialidad como creador, y a su faceta de novelista y dramaturgo, sino también a su alto grado de compromiso social que manifestó durante toda su vida a través de sus composiciones literarias y de sus apariciones en público. «Don Juan o El amor a la Geometría» es una genial parodia del personaje clásico: al burlador de Frisch no le importan en absoluto las mujeres, lo que le interesa de verdad es la Geometría, un mundo puro, claro y nítido, en oposición al alma femenina. «Andorra» se dispone, en cambio, como una especie de parábola: una sociedad cerrada cuyos individuos forman un colectivo que alcanza límites insospechados de brutalidad y destrucción.
«Los conserjes de San Felipe (Cádiz 1812)» constituye un espléndido ejemplo teatral de reelaboración y recreación histórica. Alonso de Santos construye una magnífica historia de amor y de guerra en el marco del Cádiz de los primeros años del siglo XIX. El mapa conceptual y político adquiere categoría dramática y las vidas y muertes de unos personajes sirven de lección ética a lectores y espectadores, en el marco histórico de unos acontecimientos que influyeron de forma decisiva en el desarrollo de la historia contemporánea. Una obra abierta, poliédrica, que indaga en los diversos pliegues y capas de la sociedad, donde lo popular se combina con lo erudito, el componente amoroso con el elemento trágico, la densidad dramática con la gramática jocosa de la comedia, el discurso político con la canción tradicional, el marco histórico general con el acontecimiento histórico cotidiano particular.
Si bien la obra de Bertolt Brecht (1898-1956) abarca muy diversos géneros, su legado literario ha ejercido una influencia decisiva ante todo en el dominio del teatro. Después de un largo exilio forzado por el régimen nazi, a su regreso a Alemania fundó y dirigió la compañía Berliner Ensemble, donde llevó a la práctica, a través de sus múltiples experiencias innovadoras, su teoría del teatro épico, que postula sustituir la intensidad emocional ligada al teatro tradicional por el alejamiento reflexivo y la observación crítica a través del distanciamiento. Este sexto volumen de la serie que recoge su «Teatro completo» incluye tres piezas escritas entre 1934 y 1938: " Los horacios y los curiacios " , " Terror y miseria del tercer Reich " y " Los fusiles de la señora Carrar " . Traducción de Miguel Sáenz
El asesinato de Federico García Lorca (1898-1936) fijó la imagen de " La casa de Bernarda Alba " como la obra máxima de toda una dramaturgia. Con este drama en el que unos personajes y un espacio se encadenan con suprema maestría a una pasión estéril -el amor no conseguido- cuya liberación sacrificial es la muerte, el poeta granadino llegó, en efecto, a una cumbre similar a la alcanzada por las más grandes creaciones del teatro clásico y contemporáneo. Mario Hernández fija rigurosamente en la presente edición el texto de esta tragedia en la que la tiranía de unas normas sociales opresoras, encarnadas en Bernarda Alba, sofoca de forma implacable el deseo y el ansia de libertad.
La amalgama de realidad y fantasía, tan constante en el teatro de Casona, vuelve a ofrecernos una pugna entre la existencia de la maldad y la esperanza de salvación por una relación amorosa. El protagonista Pablo, trasunto del buen salvaje y de un Segismundo universal, encarna la felicidad de la naturaleza frente a la perfidia de la civilización. Esta beatitud horaciana se verá trastocada por la presencia femenina de Marga, su nueva profesora. Con ella alcanzará la destreza en la lectura y escritura, pero vivirá la desazón de las pasiones. Solo un tercer concepto añadido al de las palabras Dios y muerte pueden remediar la angustia de hombre sin rumbo. A ese misterio se acogerá la solución del drama.
Mercedes es una casadita de mediana edad que para no aburrirse demasiado en su matrimonio lee novelas de aventuras. Una noche, en la que su marido (Lorenzo) aún no ha llegado por cuestiones de trabajo y mientras lee una de sus novelas, se queda dormida y tiene un sueño con absoluta apariencia de realidad. En ese sueño, disparatado y sorprendente, su marido se había enamorado de una secretaria (Raquel, una joven huérfana) y para poder vivir ese amor habían decidido envenenarla. En ese sueño también aparece un misterioso personaje: Un indio americano que conecta muy bien con ella. Después de constatar con los criados de la casa que sólo había sido un sueño, Mercedes intenta tranquilizarse, pero...
Obra famosa del autor. Estrenada en 1953, fue prohibida a los tres días bajo la acusación de antimilitarismo. Una escuadra de soldados sigue un destino que parece ineluctable.
En 1925, la editorial George G. Harrap de Londres realizó un nuevo encargo a Harry Clarke, que en su propia opinión, sería el mejor de sus trabajos, y probablemente uno de los más curiosos: el poema dramático Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe, obra cumbre de la literatura universal. La virtuosa ejecución de las más de setenta imágenes que iluminan esta tragedia deslumbra por su perturbador estilo vanguardista. Las ilustraciones de Clarke convierten la lectura del gran poeta alemán en una nueva experiencia estética y literaria. Una edición esencial, nunca antes publicada en castellano, con la reconocida traducción del poeta español José María Valverde.
Un personaje indeclinable de la comedia plautina es el esclavo; su contrapunto o cómplice, el parásito. La picaresca de los esclavos y el hambre de los parásitos acabarían siendo legado de pícaros y graciosos. Y así, algunas palabras del Gelásimo de " Estico " podrían haber sido recitadas en octosílabos por cualquier gracioso de la comedia áurea: " Mi padre me puso el nombre de Gelásimo, porque ya desde chiquitito era muy gracioso. Y fue la pobreza la culpable de que me pusieran este nombre, porque ella me obligó a ser gracioso [...] Me dijo mi padre que nací en época de carestía. Y creo que esta debe de ser la razón por la que paso un hambre tan atroz " . Plauto aprovecha estos y otros personajes para bordar sus burlas sobre la ropa femenina, las modas y las marcas; sobre los abogados, los banqueros y la usura, todo tan actual y tan moderno; pero también, entre burlas y entre veras, sutiles reflexiones sobre el amor, ese pequeño detalle. En el capítulo 146 de su legendaria " Leyenda áurea " , Santiago de la Vorágine recoge el testimonio contrito de san Jerónimo, según el cual " de día leía las obras de Cicerón y de noche las de Plauto " , y cuando comparaba su estilo " con el ramplón de los libros sagrados sentía una enorme decepción " . Ya Varrón elogiaba " el estilo y la gracia de su lengua " .Y es que los textos de Plauto son una fiesta del lenguaje, que solo a duras penas pueden sortear los escollos de la traducción desde " el obstinado mármol de esa lengua " a la que " manejamos hoy despedazada " , por decirlo al borgesiano modo. Con todo, hay momentos en que hasta despedazado refulge el brillo del mármol. El esclavo Sagaristión de " El persa " se burla así del lenón Dórdalo al decirle su nombre: [Me llamo] " Falsiloquidoro Vendedoncellónides Gastabromístides Sacatudinerónides Diceloquetemerécides Burlónides Embaucónides Loquetequítides Nuncalorrecuperarástides " .