Obra de misterio y suspense



EL EXTRAÑO DEL AYER (HIGUERAS, CRISTINA)
Tras una pesadilla, el forense Gonzalo Feomorel despierta sobresaltado antes del amanecer. Aturdido, repara en un pendiente de mujer brillando en su mesilla de noche. Lo más lógico es que pertenezca a su novia, pero ha dormido solo, y no le resulta familiar. Horas después aparece el cadáver de una joven cuyos órganos sexuales han sido amputados. Sobre el vientre inerte, una flecha roja; sobre sus ojos, una cinta adhesiva negra. No es un crimen corriente y va a poner a prueba a la inspectora de homicidios Loren Barceló y a su compañera Mónica Rojo. Cristina Higueras, conocida actriz y productora, nos presenta El extraño del ayer, una novela en la que nadie es quien cree ser. Una historia en la que la verdad y la mentira no son más que conceptos que la realidad supera.

PIEL DE SÁTIRO (PEDRAZA, PILAR)
En esta sexta novela, Piel de sátiro, Pilar Pedraza ha logrado crear una oscura fábula moderna al resucitar a la Bestia que dormía en los estantes de las librerías -en relatos como Frankestein, La isla del doctor Moreau o Lokis- y darle al eterno mito del hombre-bestia (un miedo atávico anclado en el fondo de nuestros sueños y pesadillas) una consistencia verosímil en la vida cotidiana de nuestra época. Con el telón de fondo de una ciudad trastornada por el revuelo de las elecciones y la amenaza de un subsuelo que parece rebelarse (las alcantarillas empiezan a vomitar toda su inmundicia, sale a la luz un viejo cementerio judío), una mujer cuya principal misión consiste en escribir discursos para los políticos de turno, se verá inmersa en una imposible y alucinada historia de amor con un extraño domador que proporciona animales salvajes al ultramoderno Zoológico de la ciudad. Narrada con la sabia dosificación a la que nos tiene acostumbrados Pilar Pedraza, y no exenta de un tono irónico que a menudo desemboca en el humor, Piel de sátiro nos invita a una suerte de safari urbano (del taller del taxidermista al matadero, pasando por el Zoo, el laboratorio y el criadero) donde se pone en evidencia nuestra relación abusiva con los animales salvajes y el entorno y donde ese otro mundo, el de la política cotidiana (también lleno de depredaciones), es examinado con ojos de entomólogo, para revelar sus comportamientos codificados, que están casi siempre más allá de la ideología.

POR QUE AS SOMBRAS NON TEÑEN OLLOS (GARCÍA MAÑÁ, LUÍS MANUEL)
O 22 de febreiro de 1944 un bombardeiro Hudson da Royal Air Force estrelouse na Serra de Pena, á altura do marco número 125 da fronteira con Portugal, entre o concello galego de Calvos de Randín e a vila portuguesa de Montealegre. Un contrabandista será a primeira persoa en chegar ao escenario do accidente, onde de entre os seis corpos carbonizados ripará unha pistola e unha carteira na que atopará a fotografía dunha moza, unha carta remitida desde Canadá e tres follas manuscritas, material que agochará na casa dun familiar. O mesmo día, na embaixada do Reino Unido en Madrid recibíronse instrucións encriptadas para que o persoal diplomático do consulado de Vigo recuperase os efectos persoais e restos documentais atopados no lugar do sinistro. Coa chegada a Montealegre dunha profesora finlandesa de historia, colaboradora do servizo de intelixencia alemán, comezará neste territorio da Raia Seca galego-barroso unha batalla de espías na procura destes documentos que será decisiva para o desenlace da Segunda Guerra Mundial. Nesta orixinalísima novela de misterio e espionaxe, historicamente moi documentada, García Mañá consolida a súa mestría como narrador de intriga e promotor do espazo literario arraiano.

NO HAY QUE MORIR DOS VECES (GONZÁLEZ LEDESMA, FRANCISCO)
Una niña que vive aislada en una casa que recibe demasiadas visitas, un hombre que acepta el encargo de volver a matar, una novia que dispara a su prometido en plena boda. ¿Tienen algo en común estos crímenes? Tras un inicio trepidante, el famoso policía Méndez sigue el rastro de pistas a través de las calles de Barcelona en busca del alma del asesino, comprobando una vez más lo fina que es la línea que separa la vida y la muerte.

LOS SIGNOS DEL PUDOR (POMPEYO REINA MORENO)
Aidé es una reportera que busca como sea darle un giro a su carrera profesional y la oportunidad se le presenta cuando aparecen dos cadáveres sin aparente relación y que muestran idénticas marcas de laceraciones en la muñeca izquierda. Lo curioso es que estos dos individuos fallecieron hace más de cinco siglos llevándose consigo un misterio mucho mayor. Con la ayuda de Dani, su desagradable jefe de producción local y el doctor Ulises Galán, un erudito profesor de la Universidad de La Laguna, Aidé se adentrará en una sórdida trama en la que se entremezclan antiguas familias, tradiciones y cultos de una ciudad siempre envuelta en las nieblas del misterio.

RABIA CARNAL (JEAN-FRANÇOIS ELSLANDER)
Jean-François Elslander nació en Bruselas el 19 de septiembre de 1865. A los diecinueve años empezó a trabajar como maestro de escuela en Saint-Josse-ten-Noode. A los veinticuatro se traslada a vivir a Watermael-Boitsford, a una colonia de artistas bohemios y libertarios. Allí conoce en 1910 a Georges Giroux, al que introduce en los ambientes artísticos belgas y ayuda a inaugurar la GGG (Galería Georges Giroux) que contribuyó de forma decisiva a modernizar el arte belga de principios del siglo XX, con exposiciones como las de James Ensor, Toulouse Lautrec, Edouard Manet, Kandinsky, etc. Escribió algunos libros de pedagogía, como La educación desde el punto de vista sociológico (1898) o La infancia liberada (1948). Escritor inquieto, Elslander militó de joven en el movimiento naturalista, y con el tiempo llegó a convertirse al decadentismo. El protagonista de Rabia carnal (1890), un ser primitivo y miserable llamado el Marú, vive en una torre –una suerte de crepuscular Casa Usher– en medio de un bosque con Madeleine, la hija de una ex-amante muerta. El Marú está obsesionado con ella, poseído por una pasión descontrolada cuya rabia intenta saciar, y la acosa implacablemente, hasta que Madeleine decide huir de la torre. El Marú ya no puede vivir sin ella y la perseguirá sin descanso con la única idea de poseerla. La narración nos describe con todo detalle la locura del Marú: lo que comienza como una historia verosímil va hundiéndose poco a poco en el delirio y la alucinación.

EL BOSQUE DE LOS INOCENTES (MORENO, GRAZIELLA)
Una abogada se ve envuelta en una investigación criminal a la que han estado conduciéndola sus desasosegantes sueños. No imagina que la vida de un inocente depende de ellos. Un pueblo envuelto en leyendas donde alguien está imitando a uno de los peores asesinos de la historia: el noble francés del siglo XV Gilles de Rais. Iris ha vuelto a tener el mismo sueño que la desvela cada noche, del que esta vez ha despertado con un grito de terror. Ese mismo día decide aceptar la invitación de su tía a pasar el fin de semana en el pueblo al que iba de pequeña, cuyo recuerdo está bañado por la luz de los veranos de la infancia, las reuniones familiares y los juegos junto al pozo y en el bosque. Allí podrá olvidarse de los casos del bufete, de los mil y un problemas y de Barcelona. Y sobre todo, eso espera, podrá descansar y dormir de un tirón. Entretanto Carlos, cabo de los Mossos d#Esquadra, estudia el plano del parque natural en el que se encuentra enclavado Rocablanca, mientras organiza las tareas del equipo de búsqueda. Tiene un mal presentimiento, en otoño los días se acortan y el tiempo corre en su contra. Solo entrar en la plaza del pueblo, Iris se fija en una pancarta: «Vamos a encontrar a Julián». De pronto un coche embiste el suyo por detrás. Cuando el conductor, un forastero instalado en un viejo caserón restaurado, baja para disculparse y le estrecha la mano, a ella se le eriza la piel. Esa misma noche vuelve a soñar. Pronto se verá envuelta en una investigación criminal que da nuevo sentido a las pesadillas de las que quería huir. Hay vidas de inocentes que dependen de que deje de darles la espalda y empiece a investigar en sí misma, en su pasado y en lo que está sucediendo en Rocablanca. El bosque de los inocentes... Para Iris es un refugio; para él, un escondite.