Música



EL ARPA DE DAVITA (CHAIM POTOK)

Sus amorosos padres, ambos fervientes militantes comunistas, la contagian con el brillo feroz de la esperanza de un mundo nuevo y mejor. Pero las privaciones de la guerra y la Depresión se cobran su implacable peaje. Inesperadamente, Davita encuentra en la fe judía –que hace largo tiempo su madre ha abandonado- un consuelo a su inquisitivo dolor interno y una prueba para su incipiente espíritu de independencia. Para ella, las escurridizas posibilidades que la vida ofrece de felicidad, logros y decencia se convierten en algo real y reverberante como la música de la pequeña arpa que cuelga en su puerta y les da la bienvenida a los visitantes con sus tonos dulces y suaves. Potok ha abierto un nuevo claro en el bosque de la literatura estadounidense.

EL CORAZÓN EN BRAILLE (RUTER, PASCAL)

Victor vive con los sentimientos a flor de piel. Artesano de las palabras, es un apasionado del rock. Le gusta, además, hincharse de gominolas con su mejor amigo, y le divierte esconder el papel higiénico del baño de las chicas. El colegio siempre ha sido para él como hacer " puenting " pero sin cuerda. Hasta que un día, Marie-José, que padece una enfermedad degenerativa, irrumpe en su vida. Ella es un auténtico cerebrito; él, algo vago y mal estudiante. Ella quiere disimular su enfermedad hasta conseguir su sueño: entrar en una de las mejores escuelas de música; él necesita orden en su vida. Cuando se encuentran, un universo totalmente nuevo se abre ante ellos.

EL CABALLERO DE GRACIA . VIDA Y LEYENDA (SANABRIA, JOSÉ MARÍA / PÉREZ ARANGÜENA, JOSÉ RAMÓN)

Diplomático en la Santa Sede, muy conocido por la familia real española, mecenas en pleno Siglo de Oro... La increíble y azarosa vida del Caballero de Gracia. Jacobo Gratij, el Caballero de Gracia, nacido en Italia en 1517, falleció en España en 1619. Nos hallamos ahora, pues, en el entorno del V centenario de su nacimiento y el IV de su muerte. Como diplomático de la Santa Sede, estuvo en Roma, París, Trento, Venecia, Praga, Colonia... y Madrid. Se relacionó directamente con la batalla de Lepanto, el Concilio tridentino o sendas negociaciones de paz con Francia y Flandes. No solo trató muy de cerca a Urbano VII, entre otros Papas, sino también a Felipe II y a toda la familia real española. Justamente su sintonía con la princesa Juana, madre del rey Sebastián de Portugal, le granjeó el hábito de la Orden de Cristo. De ahí el título, al castellanizar su apellido, de Caballero de Gracia. Cincuenta años residió en Madrid. Aquí, en pleno Siglo de Oro, propagó cuanto pudo las artes: sobre todo, la música y la literatura. Aquí promovió tres instituciones de atención a desfavorecidos, movido por su honda preocupación social, así como tres fundaciones de religiosos. Y aquí se ordenó sacerdote, legando a la posteridad, hasta hoy, la Asociación Eucarística y el Real Oratorio del Caballero de Gracia. Frente a la burda leyenda popular que le persigue desde el siglo XIX, los autores narran con brioso estilo esa vida intensa y viajada, tan desconocida e interesante. José María Sanabria y José Ramón Pérez Aragüena, además de haber escrito "a cuatro manos" la presente obra, ambos coinciden en la publicación anterior e individual de otros varios libros, así como en el desempeño del cargo de Vicerrector del Real Oratorio del Caballero de Gracia: el primero, ya emérito; el segundo, actual.

UNA FAMILIA FELIZ. GUÍA PRÁCTICA PARA PADRES . GUÍA PRÁCTICA PARA PADRES. LOS SECRETOS QUE LOS PROGENITORES BUSCAN PARA EDUCAR (GUEMBE MAÑERU, PILAR / GOÑI ZUBIETA, CARLOS)

Anna Karenina, la inmortal novela de Leon Tolstoi comienza con estas palabras: “Todas las familias felices se parecen; mientras que cada familia infeliz lo es a su manera”. Aunque cada familia es un mundo, el escritor ruso tiene razón: hay muchas formas de ser desgraciados, pero una sola de ser felices. ¿Qué tienen en común las familias felices? ¿Cuál es su secreto? Una familia feliz: guía práctica padres no pretende aleccionar sobre el mejor modo de educar a nuestros hijos, al contrario, invita a que sean los propios padres los que reflexionen sobre el camino a seguir para alcanzar ese secreto que nos lleve a ser una familia feliz. Para lograrlo Pilar Guembe y Carlos Goñi plantean situaciones, escenarios reales, sucesos acaecidos en nuestro entorno más cercano, reflejo de la familia actual, a través de diversos temas: la escuela, la alimentación, la tecnología, la psicología, la cultura, el arte, la política, la publicidad, la innovación, la música, la filosofía, el deporte, el cine, la literatura, Internet, el consumismo, la violencia, la sexualidad, el ocio, las redes sociales, las leyes, la moda… La felicidad, aunque pueda parecernos algo extraordinario y difícil de alcanzar, es en realidad una consecuencia lógica, natural. Una familia es feliz si todos sus miembros lo son. En familia, los verbos han de conjugarse en primera persona del plural. Ahí radica el secreto que desgrana este libro: en ser padres ilusionados con la capacidad de incorporar el gran potencial de nuestros hijos en la resolución de los problemas u obstáculos que surjan en el camino.

EL HOMBRE QUE SE CREÍA VICENTE ROJO (HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, SÒNIA)

Berta cree que está predestinada a que en su vida sólo sucedan cosas desagradables, por lo que busca algo que pueda proporcionarle una visión diferente de la realidad. Su madre se esconde en una apariencia y unas decisiones que no siempre reconoce como propias. En sus vidas se cruza un hombre que se presenta como el prestigioso artista mexicano Vicente Rojo y desencadenará un sorprendente juego de identidades en el que es difícil reconocerse o diferenciar lo que está a nuestro alcance de lo que es imposible: una enigmática lección de vida. «Yo puedo decir que no sólo he alcanzado la paz, sino que he hecho una gran labor. He trabajado mucho por la cultura, ha sido lo único que me ha interesado. No conozco sensación más placentera que la de leer un buen poema, escuchar música o mirar una pintura bella. Ése es el único significado de todo, el lugar del que fuimos expulsados y que nos pasamos toda la vida buscando».

INCENDIO (ADN) (GERRITSEN, TESS)

En una sombría tienda de antigüedades de Roma, la violinista Julia Ansdell tropieza con una curiosa pieza musical, un vals, " Incendio " , que la hechiza de inmediato. La composición, apasionada, atormentada y estremecedoramente bella, de notas sombrías y febriles arpegios, parece dotada de vida propia. Julia está decidida a dominar su compleja ejecución y mostrársela al mundo entero. De nuevo en Boston, en cuanto el arco y las cuerdas de su violín reproducen por primera vez las notas encendidas del vals, comienzan a suceder cosas extrañas que trastocan su tranquila existencia. La música tiene un efecto inexplicable y aterrador en Lily, su pequeña de tres años, que parece sufrir una brusca transformación. Convencida de que los hipnóticos compases de " Incendio " están urdiendo un hechizo maligno, Julia se propone encontrar al creador de la pieza y averiguar el origen de esta. Su búsqueda la lleva a la ancestral ciudad de Venecia, donde descubre el oscuro secreto de una familia peligrosamente poderosa que no se detendrá ante nada para impedir que la violinista desvele la verdad.

100 OBRAS MUSICALES IMPRESCINDIBLES (COMELLAS GARCÍA-LERA , JOSÉ LUIS)

¿Cómo aprender a disfrutar de la mejor música de todos los tiempos? ¿Cómo entender su intención y su belleza, su capacidad de conmover y de comunicar? Puede decirse que toda la gran música está accesible hoy en Internet, al alcance de cualquiera y con una calidad sorprendente, pero cada una oculta una historia personal y una inspiración particularísima. El autor ofrece en este volumen una guía para aproximarse a ese inmenso universo, y lo hace mediante 100 breves comentarios, uno para cada obra seleccionada. Leer los textos, más aún mientras se escucha alguna de las numerosas interpretaciones accesibles desde cualquier dispositivo, proporcionará al lector una experiencia estética, cultural y también espiritual difícilmente repetible.

UNA CIERTA EDAD (ORDÓÑEZ, MARCOS)

«Comienzas a tener ?una cierta edad? cuando caes en la cuenta de que un día más es, irrevocablemente, un día menos. ¡Gran descubrimiento, molesta constatación!», dice Marcos Ordóñez en el pórtico de este variadísimo dietario, que abarca de 2011 a 2016. En él afirma también: «Un dietario suele escribirse por diversos motivos. Los míos diría que son tres: tratar de sujetar lo que escapa del paso de los días, pensar con un poco de calma, y correr en libertad, jugando con tonos y géneros.» Ordóñez entiende los dietarios como unas memorias con otra forma, mitad «autobiografía en clave íntima» y mitad «libro de horas (o deshoras), escrito de noche y para ser leído de noche». Y que revele, señala, el «vagabundeo mental» del escritor, «los vaivenes, convicciones y contradicciones de su pensamiento en su faceta más ensayística, de tentativa». Pero hay mucho más. En Una cierta edad, el lector va a toparse con cuadernos escritos a lo largo de cuatro años, donde desfilan destellos de infancia, adolescencia y anteayer; crónicas breves, artículos de madrugada, apuntes al sesgo, microrrelatos, pequeños poemas, humoradas luminosas o bromas oscuras de la existencia? Y también alegrías de las estaciones, ecos de sabidurías ajenas, pensamientos sobre la escritura, el teatro, la crítica, la música y otras artes; notas de lectura, de revisiones, de paseos, espejos y espejismos, sueños y pesadillas, «y el intento, reiterado por torpeza, de ?arrancar del tiempo lo transitorio apasionado?, como pedía Patrick Kavanagh». Marcos Ordóñez encuentra en su paseo esquinas inusitadas, y gentes y cosas sorprendentes; recolecta aforismos tímidos; se pasma ante el avance de los años, y camina con el miedo o la felicidad pintados en la cara. Se reencuentra con muchos compañeros de viaje: escritores queridos (Capote, Salter, Modiano, Ferrater, Handke, Auden, Chandler, Casavella, Raúl Ruiz, Charles Simic, Bernard Frank), diaristas de cabecera (Renard, Flaianno, Uriarte, Vidal-Folch) o maestros teatrales (Núria Espert, Mario Gas, Lluís Pasqual, Julia Gutiérrez Caba, Alfredo Sanzol, Toni Servillo, Peter Brook), y vuelve a escuchar canciones de Dylan, Johnny Cash, Paul Simon, Montand, Mina, Sinatra? Cambian las luces, las ciudades y los estados de ánimo; la «cierta edad» del título le «permite fantasear con la presunción de que en alguna parte de este libro quizás se encuentre mi esencia sin argumento, mi voz hecha de muchas», y al final del paseo reconoce tres señales de que el día ha sido bueno: «Si he atrapado un momento de belleza, si he reído con alegría al menos una vez, y si he podido decir: ?Bueno, creo que tengo un borrador, mañana lo paso a limpio.?».