Publicación realizada con motivo de la primera edición del festival ''Carta blanca a'', que cada año dedican la Orquesta y Coro Nacionales de España a un compositor de reconocimiento mundial. Dedicada al alemán residente en Italia Hans Werner Henze (1926), una de las figuras más sobresalientes de la composición musical de toda la segunda mitad del siglo XX y de la actualidad.
Publicación que forma parte de la colección Carta Blanca de la Orquesta y Coro Nacional de España (OCNE). Analiza el desarrollo de la obra del compositor y director madrileño, referente de la llamada Generación del 51.
Publicación realizada con motivo del ciclo, realizado por la Orquesta y Coro Nacional de España (OCNE), dedicado al compositor británico, que permite un acercamiento a su creación y personalidad, así como a sus referentes musicales.
Esta fantástica guía con imágenes a todo color y material adicional narra la historia de las bandas sonoras desde sus inicios y documenta los mejores momentos musicales de la historia del cine y de los grandes compositores que han ayudado a engrandecer el séptimo arte, salvando a veces obras mediocres y asegurando el legado de películas inolvidables.
La gran mayoría de las obras del llamado período romántico de Granados, las que fueron escritas entre 1899 y 1909, son para piano y ponen de manifiesto la influencia de Schumann y, en menor medida, la de Chopin, ambas presentes en todas sus obras pianísticas.
Las piezas escritas según formas bailables, especialmente los valses, supusieron una parte importante de las obras que el joven Granados interpretaba en su época de pianista de café en Barcelona. Dada la calidad de sus muy elogiadas improvisaciones, es probable que repentizara toda o casi toda la música que interpretaba en los cafés en lugar de tocar composiciones terminadas. Por ello es posible que Granados hubiera ofrecido obras del talante de La sirena o Carezza en lugar de piezas tan sofisticadas y de considerable dificultad técnica como las Cartas de amor o los Valses poéticos, en las que su autor logró la estilización del género transformándolas en obras de inspiración propia. Los valses de Granados revelan distintos aspectos de su vinculación al movimiento romántico. Apenas contienen rasgos propios de la temática popular española sino que ponen en evidencia la influencia que sobre su autor ejercieron compositores como Schubert o Chopin. No es posible saber con certeza la fecha de composición de los valses porque las fuentes de las que han sido extraídos, a excepción de Cuatro notas (1888) y Valse de concert, editado en 1914, carecen de este tipo de indicaciones, pero se supone que todos ellos fueron escritos antes de 1900.
Granados escribió solamente dos obras para piano a 4 manos: En la aldea y Dos marchas militares. Su única partitura para 2 pianos no es una obra original sino la transcripción de Triana de Isaac Albéniz para piano solo. Granados interpretaba dentro de su repertorio de conciertos un considerable número de obras para 2 pianos y para piano a 4 manos, generalmente unas veces con Edouard Risler y otras con Joaquín Malats. Así, pues, sorprende que no compusiera más obras para estos géneros. Esta edición es la primera de En la aldea. La única edición previa de Dos marchas militares es la publicada en Madrid por Unión Musical Española. Editorial Boileau publicó por primera vez en 1990 la transcripción para 2 pianos de Triana que Granados preparó de la obra original para piano solo de Isaac Albéniz.
Granados es conocido como compositor y pianista, pero se suele olvidar que también fue un pedagogo de prestigio que asumió con esmerada entrega sus responsabilidades como profesor y que consagró, por lo tanto, una parte considerable de su vida a sus alumnos. Fundó en 1901 un centro pedagógico, la Academia Granados, con el propósito de convertirlo en una importante institución educativa, para lo cual no dudó en incorporar en el programa de estudios los últimos métodos de educación musical. En ella se impartían cursos regulares de piano, violín, música de cámara, solfeo, historia de la música, teoría, armonía y composición. Además, con el fin de contribuir a formar al público del futuro, se organizaban numerosos ciclos de conciertos y conferencias. Ejerció de director de la Academia y tuvo como primer subdirector a Domènec Mas i Serracant (1866-1944), cargo que más adelante fue ocupado por su discípulo predilecto, Frank Marshall (1883-1957), quien se responsabilizó de la Academia después de la muerte del fundador y le cambió el nombre por el de Academia Marshall, cuya directora es en la actualidad Alicia de Larrocha.