La forma más entretenida y creativa de vivir el sentimiento macareno. Contiene 62 figuras, paso de Cristo, paso de Virgen así como las instrucciones de montaje.
¿QUIÉN ES JONNY VALENTINE? «El Ángel del Pop, el rompecorazones de once años, el intérprete con esa voz que a todas enamora.» Eso dicen los titulares y por esa causa lucha su madre, una cajera de supermercado reconvertida en la más implacable mánager desde que su hijo saltara a la fama gracias a YouTube. Pero algo falla cuando un niño necesita atiborrarse de zolpidem para conciliar el sueño. ¿QUÉ LE GUSTA A JONNY VALENTINE? «Difundir música y amor. Mimar a las chicas.» Quizá sí, pero sobre todo jugar durante horas a la videoconsola en las suites de hotel, intentar masturbarse y arrasar con los canapés a escondidas. Y escuchar a Michael Jackson. ¿POR QUIÉN SUSPIRA JONNY VALENTINE? «No estaría donde estoy si no fuera por mis fans.» Y aunque ellas suspiran por sus huesos, él apenas ha podido conocer a ninguna niña: su primer amor, un montaje, es otra estrella del pop adolescente; su único amigo es su guardaespaldas; su padre lo abandonó hace tiempo. Siempre rodeado de gente. Siempre solo. ¿QUÉ SERÁ DE JONNY VALENTINE? La canción de amor de Jonny Valentine es un himno a la ternura y a la magia de la primera vez, a los sentimientos puros en tiempos de cinismo, pero también una lúcida sátira de la industria musical y del mundo adulto. Una segunda novela titánica celebrada como uno de los libros del año en EE.UU. Agridulce, cómico y triste, Teddy Wayne se consagra como una de las voces más decisivas de su generación con el prodigioso retrato de un niño a quien nadie deja ser un niño, pero al que tampoco le está permitido crecer.
QUEDAN POR LIQUIDAR A DIA 15/01/2013:. . * 2 EJEMPLARES DEL DEPOSITO 84 CON PROVEEDOR 42 (EDITOR/DISTRIBUIDOR). * 1 EJEMPLAR DEL DEPOSITO 8 CON PROVEEDOR 55 (AUTOR EDITOR).
Sudar la gota gorda en la cocina de la hamburguesería de turno, esperar a que suene el teléfono, tratar de llamar la atención de directores, managers, ayudantes de producción y demás gentes con poder de decisión? Es el día a día del actor aspirante Pablo Díaz-Strasser, que en esta ocasión se embarca en el proyecto de dirigir y protagonizar el montaje teatral de una obra que ha escrito
Basado en el cuento Alicia en el país de las maravillas, escrito en 1865 por Lewis Carroll, en esta ocasión, la obra se traslada al mundo del teatro para presentarnos a una nueva Alicia rodeada de los famosos personajes de la obra original, pero que protagoniza situaciones diferentes. Así Alicia se duerme con un libro en las manos y cae por un pozo. Se encuentra entonces con el conejo. Su intención es ir a una fiesta y Alicia le sigue. Se da cuenta en ese momento de que está en un lugar diferente, que no ha conocido hasta entonces. Ella no distingue entre la vida real y el sueño, aunque se da cuenta de que si despierta todo ese mundo mágico desaparecerá. El lenguaje también es novedoso: versos alocados que imprimen a la representación un ritmo pegadizo. Pero además, nuestra Alicia teatral presenta otra singular característica que le hace más moderna si cabe, y es que va vestida y se mueve en un mundo creado gráficamente por la diseñadora ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA, que confiere al ambiente mágico de Carroll más color y diversión. Ilustración no convencional, a partir del montaje teatral que se llevó a cabo de la mano de la compañía Replika y que paseará la obra por toda España. Sin duda, un producto ideal para representar, contemplar y leer.
Ante el tiempo tiene un subtítulo que precisa el contenido del libro: Historia del arte y anacronismo de las imágenes. Georges Didi-Huberman aborda una multiplicidad de problemas y debates de la historia del arte en relación con el tiempo y sobre los tironeos de esa historia del arte con los modelos temporales de la historia propiamente dicha. La noción de anacronismo es epistemológicamente decisiva. La imagen es portadora de memoria, de modo que la relación entre tiempo e imagen supone un montaje de tiempos heterogéneos y discontinuos que sin embargo se conectan. Didi-Huberman plantea dos preguntas clave: '¿qué relación de la historia con el tiempo nos impone la imagen?' y '¿qué consecuencia tiene esto para la práctica de la historia del arte?'. El libro propone una arqueología de la historia del arte, cuestionando sin eufemismos ni vacilaciones la visión de Erwin Panofsky sobre la 'historia del arte como disciplina humanista'. Esta visión, antecedida por una tradición teórica que une a Vasari con Kant y con el mismo Panofsky, se prolonga hasta el presente, tras haberle cerrado el paso a quienes se propusieron 'reinventarla': Aby Warburg, Walter Benjamin y Carl Einstein. El libro se centra en estos tres pensadores del anacronismo, autores de obras poderosamente innovadoras. En sus textos teóricos las imágenes no toman la forma de fetiches intemporales sostenida por la estética clásica, ni la de simples crónicas figurativas como supone la crítica de arte positivista. Por vía del anacronismo esa parte maldita del historiador Didi-Huberman propone un nuevo modelo de temporalidad y coloca a la imagen en el centro de todo pensamiento sobre el tiempo.
¿Por qué se le llama el Séptimo Arte? Esa expresión, acuñada en 1911 por Ricciotto Canudo, consagró al cine como un arte nuevo el séptimo en el que se resumían los seis anteriores. De la escultura y la arquitectura heredaba la creación de espacios; de la danza, el movimiento escénico; de la música, la banda sonora; de la pintura, la composición y la luz; y de la literatura, el guión y los diálogos. A partir de Canudo, el cine se ha visto siempre como un arte compartido. Este libro se propone seguir paso a paso el proceso de creación de algunos filmes destacados (dicho en términos populares, descubrir cómo se hicieron las grandes películas). Y esto supone prestar atención, en cada una de sus fases, a la creatividad y al buen hacer profesional que aportaron diversos artistas. Creatividad, en primer lugar. Porque el cine tiene algo de esa inspiración que solemos reconocer en el creador de una obra artística. Profesionalidad, en segundo lugar. Porque el cine tiene unas reglas, un modo de hacer (un arte, en el sentido de hábito) que permite asegurar la calidad de los trabajos y crear las condiciones para alumbrar obras maravillosas. Al final, se descubre que la respuesta a la pregunta del título (¿cómo se hicieron las grandes películas?) se encuentra no sólo en el hallazgo de su idea creativa, sino en el seguimiento de las decisiones acertadas que se tomaron en cada fase del proceso: elección de la historia, escritura del guión, búsqueda de localizaciones; selección de los actores, ensayos previos, rodaje; montaje, sonorización, composición de la música. Una vez terminada la cinta, aún hay espacio para la profesionalidad en el amplio abanico del marketing cinematográfico: el lanzamiento adecuado de la cinta, la publicidad en salas y medios de comunicación, o la presencia en los más importantes festivales de cine son elementos estratégicos que pueden determinar el éxito o el fracaso del filme.