Esta obra recoge dos de los escritos marianos más relevantes de san Luis María Grignion de Montfort: «El secreto de María» y el «Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María», obras que se consideran piezas clave en la comprensión y evolución de la espiritualidad mariana. Luis María Grignion de Montfort debe su fama como adalid de la devoción a la Virgen a estos escritos, y a la fórmula que él mismo acuñó y popularizó: «Por María, en María, con María y para María» para propagar la consagración a la Santísima Virgen.
Como experto director de Ejercicios, a cuya difusión ha dedicado gran parte de su ministerio sacerdotal, el padre Mendizábal ha logrado en este libro entretejer magistralmente, dentro del esquema ignaciano, los aspectos fundamentales y las nuevas aportaciones de la encíclica "Redemptoris Mater", de Juan Pablo 11, con intuiciones propias, de gran solidez teológica, expuestas con sencillez y profundidad. La lectura y aplicación de los contenidos tan vitalmente expuestos en sus páginas logrará revitalizar la vida cristiana en la indispensable dimensión mariana que ha de tener. Crecerá así la relación filial con María, haciendo más sólida la devoción a ella y más eficaz su influjo materno.
A lo largo de la historia muchas mujeres creyentes han vivido experiencias místicas profundas y transformadoras. Tener una fe madura, que cambia desde dentro, deriva en consecuencias que afectan diariamente a la vida de las personas, y que las mujeres creyentes miran con ojos diferentes, por el mismo hecho de ser mujeres. «Mujeres, espiritualidad y liderazgo» pretende mostrarnos los diferentes matices e inevitables consecuencias que se derivan de una mística de las mujeres que busca mostrar la luz de Dios encarnada en el día a día para contribuir a la renovación espiritual del cristianismo desde una perspectiva femenina y feminista de la fe. Un encuentro de asociaciones de mujeres cristianas celebrado en Granada en 2016 está en el germen de esta publicación. Coordinada por la actual presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, Silvia Martínez Cano, en ella participan también Rosario Ramos, Pepa Torres, Mariola López Villanueva, Pilar Yuste Cabello y María Luisa Paret, todas ellas prestigiosas teólogas.
La apasionante vida de Vladimir Soloviev se refleja en una trayectoria literaria que culmina con Los tres diálogos y el relato del Anticristo. Inspirándose en los diálogos de Platón, pone en escena a algunos exponentes de la cultura rusa de fines del siglo XIX, que dialogan sobre la guerra, la moral y la religión. Allí encontramos interesantes argumentos sobre, por ejemplo, la falacia del pacifismo, aunque el texto que ha consagrado esta obra y la hace plenamente vigente es ese breve relato acerca del Anticristo al que uno de los contertulios, el Señor Z. (portavoz del autor), dará lectura, no sin antes aclarar que "si bien tiene la forma y la fisonomía de un cuadro histórico imaginario y de anticipación, en mi opinión esta composición ofrece todo cuanto la Sagrada Escritura, la tradición de la Iglesia y la sana razón permiten enunciar, en la forma más veraz posible, sobre este argumento". Más allá de algunos detalles más o menos verosímiles, y que el mismo Soloviev advierte que no son más que suposiciones, destaca con poderosa fuerza el retrato del Anticristo y el relato de su ascenso hasta el mayor grado de poder que puede ser concebible en la Tierra. No se presenta el Anticristo como aquel desagradable ser demoníaco que nos presentan ciertas imágenes medievales, sino como un joven inteligente y atractivo, seductor y filántropo, comprensivo y tolerante, y sobre todo penetrado hasta el último rincón de su ser de un agudo y desmesurado amor propio. Este relato del Anticristo es considerado una pequeña obra maestra por la vivacidad y simplicidad de la representación, por la riqueza de significado y por el estilo brillante, claro y expresivo. En el mismo se funden la teología, el profetismo, la inventiva y el lirismo, consiguiendo así crear una obra universal. El año 2007 el Cardenal Giacomo Biffi predicó los ejercicios espirituales al Papa Benedicto XVI y a la Curia romana, centrándolos en "la advertencia profética de Vladimir Soloviev sobre el Anticristo". Biffi destacó que el Anticristo de Soloviev encarna "la religiosidad confusa y ambigua de los tiempos que hoy estamos viviendo". Vladimir Soloviev nació en Moscú el 16 de enero de 1853. Su padre, Serguei Soloviev, profesor y más tarde rector de la Universidad de Moscú, se hizo célebre por su magna obra Historia de Rusia. Tras publicar varias obras filosóficas, se enfrentó con las posturas nacionalistas eslavófilas predominantes en su país. Desilusionado, Soloviev se convence de que el pecado de Rusia está en el cisma religioso que la alejó de la catolicidad y se consagra al acercamiento entre las iglesias. Se interesa por los eslavos católicos y defiende a los polacos frente a la política de rusificación. El 13 de febrero de 1896 comulga de la mano de un sacerdote católico, N. Tolstoi. Soloviev morirá a los cuarenta y siete años de edad, el 13 de julio de 1900. Su amplia influencia abarca, desde Dostoievski, que se inspiró en él para el personaje de Alyosha Karamazov, hasta Pasternak, pasando por Berdiaev o Bulgakov.