Ir al contenidoMinisterio y actividad pastoral cristianas
Desde las altas cumbres nos llegan noticias del silencio. Un silencio elocuente en el que resuena una discreta invitación a andar el camino que nos remite al propio corazón: Si me buscáis, buscadme en el silencio, en el silencio de vuestro corazón. Ahí me encontraréis... Con estas palabras se despedía de la Escuela del Silencio y de sus amigos Moratiel, el discípulo del silencio que fue para muchos el maestro y el hermano. Él, desde la plenitud de este Silencio hacia el que peregrinó durante toda su vida, nos anima en estas páginas a vivir el instante presente sin sobresaltos; a entrar en el silencio donde todo nuestro ser se siente remansado. Desde el Silencio, Moratiel nos recuerda que el Maestro está dentro y nos llama -Jn 11, 28- y que La vida avanza como un río. No hay que empujarlo para que llegue antes. El río no se extingue: se funde en el inmenso océano. La vida en su globalidad alcanza la cima, la cumbre. Y la muerte viene a ser la culminación.
Primera obra comenzada y acabada por san Juan de la Cruz. Contiene una serie de canciones espirituales -plasmadas en unos versos impactantes por su belleza y calado-, seguidas por los magisteriales comentarios a cada una de ellas. En su redacción es la obra más armónica y unitaria del Santo. Y su tema no es otro sino la narración del itinerario amoroso del alma basado en el simbolismo tradicional del amor esponsal o nupcial, y enmarcado en el esquema clásico de las etapas o estadios de la evolución espiritual.
Dios, que es amor, nos ha creado a su imagen y semejanza. Nos ha creado para amar. Este es el origen de la familia, su fin último y el ámbito donde se desarrolla en plenitud. Sin duda, las diferentes culturas y momentos históricos ofrecerán tintes diversos a esta verdad originaria. Pero el mensaje de la Sagrada Escritura, cuyo centro y clave de interpretación es Jesucristo, nos invita a volver siempre al mismo punto de partida: vivir como familia cristiana es manifestar que Dios es amor en relación. Ese es el objetivo de la presente publicación: ofrecer unos materiales de reflexión bíblica, en clave de Lectio Divina, para todos aquellos grupos que deseen profundizar en su vocación de crecer como familia cristiana. Sin duda, su reflexión y vivencia serán un valiosísimo aporte a la tarea común de la Iglesia en la Nueva Evangelización.