Ir al contenidoMinisterio y actividad pastoral cristianas
Confiesa el autor que le ha movido a realizar su esfuerzo de condensación para publicar este libro lo que leyó en octubre de 2010 en la Exhortación Apostólica de S. S. Benedicto XVI sobre la PALABRA DEL SEÑOR: "La homilía constituye una actualización del mensaje bíblico, de modo que se lleve a los fieles a descubrir la presen-cia y la eficacia de la Palabra de Dios en el hoy de la propia vida. Debe apuntar a la comprensión del misterio que se celebra, invitar a la misión... Se han de evitar homilías genéricas y abstractas, que oculten la sencillez de la Palabra de Dios, así como inútiles divagaciones... Debe quedar claro a los fieles que lo que interesa al predi-cador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda homilía" (Exh. Apost. VERBUM DOMINI, Nº 59).
No se trata de una recopilación de anécdotas curiosas y atractivas, o de sucesos importantes sobre la vida del papa san Juan XXIII o acerca de la historia de la Iglesia de nuestro tiempo. Esta obra es más bien una selección ordenada y muy cuidada de su pensamiento espiritual, hecha por quien viene estudiándolo desde su tesis doctoral. Un libro reflejo de una vida interior profunda y cultivada con gran celo, donde sale a relucir lo que normalmente queda oculto y escondido: el misterio del hombre. Sus convicciones, sus criterios, su sensibilidad. Los movimientos y latidos de su corazón y de su alma. Sus anhelos, sus aspiraciones, sus amores de mayor calado, junto con sus conocidas intuiciones de vida evangélica certeras y luminosas. Todos los pensamientos están tomados de su obra Diario de un Alma.
En la parroquia de Santa María, de Majadahonda (Madrid), hay unos grupos de mujeres que se reúnen y reavivan su fe y su oración tal como aquí se recoge. A ellas les va bien, les hace crecer y madurar y con toda sencillez, se atreven a ponerlo al servicio de otros.
A distinguir, me paro, las voces de los ecos
decía el poeta Machado. Algo así es el discernimiento. Discernir es saber separar, para quedarse con lo que parece lo mejor, optar por ello y llevarlo a la práctica. Pero en estas páginas damos un paso más, hablamos de discernimiento espiritual y cristiano. Para ello tengo que conocer qué se experimenta cuando Dios me habla y cómo distingo entre tantas cosas que pasan, la voz de Dios en mí y en los acontecimientos de la vida. Y todo ello a ritmo de danza, suave, con la justa cadencia entre dos: Dios que marca el paso y tú que te dejas llevar. Carlos Rafael Cabarrús, s.j. (Guatemala, 1946). Es antropólogo y actual director de Integración Universitaria de la Universidad Rafael Landívar, en Guatemala. Fue durante mucho tiempo maestro de novicios jesuitas, donde obtuvo la experiencia psico-espiritual que lo llevó a la preocupación por la metodología del discernimiento cristiano. Es autor de numerosos títulos sobre espiritualidad y antropología entre los que cabe destacar: La mesa del banquete de Reino (Desclée De Brouwer, 1998), Beber creciendo del propio pozo (Desclée De Brouwer, 1998), Cuaderno de bitácora para acompañar caminantes (Desclée De Brouwer, 2000)
Hoy en día la humildad necesita, pues, una rehabilitación. Muchos filósofos y moralistas han acometido esta tarea y se esfuerzan por dar a esta virtud un aspecto mucho más positivo y atractivo que el de estar reducida tantas veces al conocimiento desagarrado de la propia miseria y pecado. Si ha tenido tantos enemigos hasta identificarla con una especie de auto desprecio ¿no será porque estaba sin fundamento teológico, arrinconada entre una ascética y espiritualidad equivocadamente interpretadas? Cierto: la humildad, cimiento de toda vida espiritual, se ha reducido no pocas veces al conocimiento desgarrado de la propia miseria y pecado a un auto-desprecio.
El Otro Cielo es un libro para descubrir la vida auténtica que todos podemos alcanzar. Son muchas las pistas, pautas, reflexiones y orientaciones que el autor nos ofrece junto con Santa Teresa. Quien quiera que se adentre en su lectura se verá inmediatamente interpelado y ayudado. Experimentará el efecto que esos hombres y mujeres marcados por una profunda y auténtica experiencia de Dios produ-cen en nosotros.
La dimensión estética de la vida nos acompaña y forma parte de la cotidianidad del ser humano. No trata la obra de ofrecer unos parámetros estéticos, sino que cada uno de los autores quiere mostrar un camino, un modo de ver que, a través de las diversas expresiones artísticas, nos ayude a percibir ese algo que nos transmite el valor de la belleza. La expresión artística manifiesta en sí misma la profun-da dimensión espiritual del ser humano pues participa del mismo ser creativo de Dios. El artista y el místico son personas de experiencia del Misterio escondido, perciben la realidad con ojos diferentes a como estamos acostumbrados a percibirla y sienten la necesidad de transmitir, contagiar aquello que ellos perciben y viven
El libro parte de distintas perspectivas, pero complementarias en su conjunto, buscándose con ello que cada una de ellas enriquezca el panorama de acercamiento a la estética y a la espiritualidad, con el objetivo de revitalizar ambas percepciones y de potenciar la belleza como vía evangelizadora, de diálogo y de encuentro entre los hombres.
Primera traducción al español en verso alejandrino (14 sílabas, con cesura) y rima consonante, tal como la versificó en alemán, el poeta y místico del barroco alemán Angelus Silesius. Como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y otros autores, Angelus Silesius expresa sus experiencias místicas en verso pues el verso es el lenguaje de la mística. El traductor consigue que la música de la palabra del verso original, la expresión de su ternura, su lírica íntima del amor y el arrobo místico se perciban lo más posible en cada una de las estrofas.